El Universo Extendido de DC (DCEU) ha estado en una posición extraña para una franquicia de su envergadura, no logrando comprometerse con ningún plan en particular y anunciando constantemente películas que en realidad nunca sucedieron. Después de años de errores, Batgirl se lleva la peor parte en los intentos de salvar una marca.
El proyecto Batgirl se anunció en marzo de 2017. En aquel momento, Joss Whedon había sido designado como guionista y director. Esto fue unos meses antes de que se revelara que reemplazaría a Zack Snyder en las nuevas grabaciones de Justice League. Tras el fracaso de JL, Whedon se alejaría de la producción y el DCEU permanecería en estado de confusión general durante varios años.
Eventualmente, Adil El Arbi y Bilall Fallah fueron elegidos para hacer una nueva película de Batgirl, pero gracias a los cambios masivos en los planes de la franquicia y las prioridades del estudio, la película está siendo eliminada por completo sin planes para ningún tipo de lanzamiento a pesar de estar en etapa de postproducción.
No solo es una tragedia para los fanáticos del personaje, que esperaban ver su entrada en solitario en el live action. Es una falta de respeto para todo el equipo que dedicó tanto tiempo a desarrollar una película que no será proyectada, gracias a años de mala planificación y una pésima gestión del estudio.
El fin del snyderverse en el DCEU
A los fanáticos de DC les puede parecer que el DCEU siempre ha sido gobernado por un estado de caos, pero en 2016 había un plan para una lista completa de películas interconectadas que surgían de Man of Steel (Zack Snyder, 2014) y Batman v Superman (Zack Snyder, 2016). Aunque ambas películas obtuvieron críticas divisivas, aún así vieron un gran interés de la audiencia y buenos resultados de taquilla, incluso si estaban por debajo de las expectativas del estudio.
Man of Steel fue la película de Superman más taquillera y Batman v Superman: Dawn of the Justice sigue teniendo una de las mejores recaudaciones del DCEU. Tanto Suicide Squad (David Ayer, 2016) y Wonder Woman (Patty Jenkins, 2017) tuvieron un buen rendimiento, mientras que Aquaman (James Wan, 2018), también un producto de la Era Snyder, superó los mil millones en recaudación.
Debido a una recepción inicial inestable de algunas de las primeras entregas del DCEU, el estudio ordenó revisiones masivas a Justice League y la mayoría de las futuras películas del DCEU que habían sido anunciadas se cancelaron, retrasaron o modificaron de forma significativa.
Sin embargo, la recepción inicial del universo no estuvo tan fuera de línea con muchas otras franquicias importantes en ese momento. Incluso la primera fase del Marvel Cinematic Universe se vio minada de críticas negativas y resultados de taquilla mediocres antes del lanzamiento de The Avengers (Joss Whedon, 2012), pero Warner jamás permitió que el DCEU se desarrollara hasta ese punto. Ante cada bache, el estudio ordenaba regrabaciones y cambiaba la dirección del universo.
Cuando el Snyder Cut, ahora llamada Zack Snyder’s Justice League finalmente fue lanzada en HBO Max en marzo de 2021, tuvo una recepción sumamente positiva, muy superior a la versión canónica del DCEU, la de 2017. La versión del director Snyder despertó interés en los fanáticos sobre lo que podría haber sido el futuro de la franquicia, pero Warner Bros estaba en otra dirección y no estaba interesado en Snyder ni en su visión para ese universo cinematográfico.
Si bien no es la primera vez que una franquicia se somete a una revisión importante a mitad de camino, abandonar el DCEU de Zack Snyder tuvo demasiados efectos secundarios en la franquicia. Personajes como Aquaman de Jason Momoa y Wonder Woman de Gal Gadot tuvieron una fuerte acogida en sus películas en solitario, pero el resto de los actores que daban vida a los personajes de Justice League quedaron en una mala posición.
Ben Affleck decidió dejar la franquicia Batman debido a la experiencia traumática de volver a filmar Justice League; Henry Cavill nunca renovó su contrato para volver a interpretar al Último Hijo de Krypton, ya que Warner no tenía deseos de continuar pagando al actor su cachet; Ray Fisher perdió el papel de Cyborg como resultado de su enfrentamiento con el estudio por el tratamiento tóxico recibido por parte de Joss Whedon y los ejecutivos de Warner Bros.; la película The Flash de Ezra Miller quedó atrapada en un infierno de desarrollo, pérdida de directores y guionistas.
Con tantos personajes de Justice League dejados de lado o que necesitaban una refundación, el DCEU no pudo avanzar con muchos de sus héroes más icónicos y los intentos de impulsar a los personajes secundarios no obtuvieron la tracción necesaria para revitalizar la franquicia.
Geoff Johns y John Berg fueron puestos a cargo de DC Films durante la producción de Justice League, pero a pesar de los repetidos reclamos de planes para mover la franquicia en una nueva dirección, cada nueva película, a partir de ese momento, se negó a comprometerse con alguna versión de la continuidad fracturada del universo cinematográfico y no aportó nada que lo ayude a expandirse o siembre las semillas de un crossovers de IPs.
Después del desastre en taquilla de Justice League de Whedon, Johns y Berg fueron reemplazados por Walter Hamada, cuyo enfoque no fue muy diferente, con resultados igual de pobres. Cuando Hamada ofreció teasers de los planes ‘grandiosos’ que tuvo para el DCEU, fueron en forma de cameos sin rostro, como la escena post créditos de Shazam!, exponiendo a las audiencias que el estudio ni siquiera estaba seguro quién interpretaría a algunos de sus personajes más importantes, en el caso que estos regresaran.
Se podría argumentar que las críticas divisivas y los retornos de taquilla buenos, pero lo suficiente para que cubrieran las expectativas del estudio, hicieron que el plan inicial del DCEU tuviera un enfoque defectuoso. Pero, incluso lograr un enfoque defectuoso hubiera sido mejor que no tener ningún plan en absoluto, tal como han demostrado. Las reacciones positivas al estreno de la Zack Snyder’s Justice League fueron una prueba de lo que el público esperaba de DC y que el inicio del Universo hubiera mejorado con el tiempo, cosa que el estudio nunca permitió que sucediera.
El DCEU y la cancelación de Batgirl
Cuando Batgirl entró en producción, la idea inicial era reemplazar al Batman maduro de Ben Affleck por un Batman aún más grande, el de Keaton de 70 años, a través del desajuste en el multiverso provocado por The Flash. Lo cierto es que ni siquiera los directores estaban seguros de cómo y por qué ciertos personajes eran parte de la historia, refiriéndose a ella como un ‘espagueti multiversal’.
El problema no es la existencia del multiverso, incluso el plan DCEU de Snyder incluía la línea de tiempo alternativa de Knightmare. El problema es que las películas comenzaron a desarrollarse en función de los baches argumentales y pérdidas de continuidad que querían reparar. Después de fusionarse con Discovery y formar Warner Bros. Discovery, la cúpula ejecutiva del estudio fue renovada casi por completo, dejando a la nueva administración con una pila de películas en desarrollo mientras intentan trazar otro nuevo plan para el DCEU.
Tenían la opción, como la administración anterior, de continuar con el plan “espagueti de los multiversos”, patear el problema para más adelante o deshacerse de la proyección sin sentido con una pizarra limpia que no está atascada por los muchos errores de los ex ejecutivos de WB. Desafortunadamente para el elenco y el equipo de trabajo de Batgirl, optaron por desechar la película.
Una película liderada por afrolatinas, dirigida por cineastas de ascendencia marroquí y protagonizada por una mujer asiática transgénero, habría generado un revuelo positivo para un estudio que quiere asegurar a su audiencia que está comprometido con la diversidad. Sin embargo, el problema no fue uno de canon, aunque con seguridad algo de impacto pudo haber tenido. Fue su construcción lo que puso a Batgirl en una situación difícil: la película fue diseñada para ser monetizada en el servicio de streaming HBO Max, algo que no está en línea con el enfoque de Warner Bros. Discovery.
Con un presupuesto de 90 millones de dólares, la película era demasiado costosa para adaptarse al nuevo plan de transmisión de WBD, pero la producción tampoco fue lo suficientemente grande como para convertirla en un evento cinematográfico. Pero los ejecutivos de WBD decidieron convertirla en una deducción de impuestos, en cuyo caso se considerara una pérdida total y por lo tanto jamás será proyectada con fines de lucro.
En una industria que enfrenta regularmente el arte con los intereses comerciales, el liderazgo de Warner Bros. ya había restado integridad artística al reducir las películas del DCEU a “contenido”, rompiendo el canon de DC Comics sin lograr el tipo de rendimiento de taquilla que pretendían.
Esto no significa que Batgirl fuera una película de baja calidad, pero forma parte del statu quo de tratar de construir un universo cinematográfico con bases defectuosas. Ante la opción de mantener la franquicia con soporte vital o desconectarla para recuperar las pérdidas como una exención fiscal, Warner Bros. Discovery optó por lo último. Si una película de Batgirl coprotagonizada por Michael Keaton se consideró un riesgo demasiado grande para Warner Bros. Discovery, eso no es un buen augurio para los proyectos en desarrollo previamente anunciados como Black Canary, Static, Hourman, Plastic Man y Zatanna.
Debido al estado financiero de Warner Bros. heredado por Discovery, la empresa se vio obligada a tomar una decisión empresarial brutalmente fría sobre una creación artística, sin tomar en cuenta su calidad. Si Discovery se hubiese encontrado con una empresa con menos deuda, un DCEU próspero y una película de Batgirl presupuestada y diseñada para un método de monetización más sólido, es posible que la película no tuviera la misma suerte.
Por supuesto, estos problemas también son una gran parte de por qué la empresa se vendió por segunda vez en un par de años. Una década de fallas en el estudio significó que una nueva compañía ahora era responsable de limpiar el desorden. Eso no hace que la cancelación de Batgirl sea menos trágica, pero la verdadera tragedia es que Warner Bros., una vez visto como un refugio seguro para los cineastas, haya caído al punto de que se convirtieron en víctimas de las frías y duras decisiones comerciales necesarias para salvar una marca moribunda.