Uno de los momentos más llamativos del piloto original de Game of Thrones, Winter is Coming, es una escena en la que Ned Stark (Sean Bean) ejecuta a un desertor de la Guardia de la Noche frente a sus hijos. Mientras observa la decapitación, Jon Snow (Kit Harington) le dice a su hermano menor, Bran Stark (Isaac Hempstead Wright) que “no mire hacia otro lado”. En realidad, la advertencia era para los espectadores: no deberían tener sensibilidad hacia la violencia si están interesados en ver el resto de la serie.
En el transcurso de sus ocho temporadas, Game of Thrones atrajo críticas de manera rutinaria por su forma insensible, a menudo casual, de mostrar la brutalidad. Hubo algunos casos en los que la naturaleza repulsiva de la historia requirió momentos extremos: la brutal Boda Roja de Robb Stark (Richard Madden), la tortura de Jaime Lannister (Nikolaj Coster-Waldau), la castración de Theon Greyjoy (Alfie Allen) y la decapitación de Ned Stark son todos momentos de gravedad que aportan a la narración. Sin embargo, la voluntad del programa de incluir esos límites violentos en casi todos los episodios y, a menudo, infligir crueldad a personajes secundarios, fue objeto de un acalorado debate.
La ética de la violencia en House of the Dragon
El episodio 1 de House of the Dragon le recuerda al espectador que por mucho que sea diferente Westeros, hay mucho que se ha mantenido igual. Tenemos otro Rey de la Casa Targaryen; otra Guardia de la Ciudad que monitorea las actividades en Desembarco del Rey; otra situación inestable dentro del continente y otra batalla por el Trono de Hierro que gira en torno a los asuntos de la clase alta privilegiada. Sin embargo, el primer episodio, Los Herederos del Dragón, ofrece una descripción más matizada de la violencia, lo que demuestra que los guionistas de la serie han escuchado las quejas que surgieron durante la emisión de Game of Thrones.
El incidente incitador de la matanza del episodio 1 de House of the Dragon es el cruel saqueo de Desembarco del Rey por parte de Daemon Targaryen (Matt Smith), el hermano del Rey Viserys I (Paddy Considine), y comandante de la Guardia de la Ciudad. Viserys sólo ha tenido una hija, la princesa Rhaenyra (Milly Alcock), dejando a Daemon como el presunto heredero del Trono de Hierro. Sin embargo, Daemon demuestra rápidamente que es posible que no sea apto para gobernar los Siete Reinos debido a la brutal campaña contra el ‘crimen’ que libra en el corazón de Desembarco del Rey.
Daemon pronuncia un discurso incendiario frente a sus soldados feroces y letales, conocidos como Capas Doradas, dentro de la Guardia de la Ciudad. Aunque en apariencia están comprometidos a mantener segura la ciudad capital, no tienen ningún interés en mantener la paz.
Game of Thrones, y por extensión House of the Dragon, es un texto inherentemente político. Es difícil no trazar un paralelismo con la violencia del mundo real cuando Daemon ordena a la Guardia de la Ciudad que saquee a la comunidad en nombre de la ley. Lo adoran con una obsesión similar a la de un culto, y está claro que estos hombres respaldarán a su comandante, pase lo que pase. Esta secuencia es absolutamente aterradora.
Crueldad y política en House of the Dragon
El director de House of the Dragon, Miguel Sapochnik, yuxtapone imágenes de los Capas Doradas celebrando con crueldad con el crudo horror con el castigan a la gente común. La elección en centrarse en determinados individuos que son torturados puede ser perturbador, pero cumple un propósito importante dentro de la historia. Si esta es la cultura que Daemon cultiva como un simple comandante de seguridad, entonces podría infligir serios estragos como heredero del Trono de Hierro. No solo establece una competencia dentro de la línea de sucesión; establece a Daemon como el principal antagonista de la serie, de momento.
También está claro cuáles son las consecuencias de la acción de Daemon en el Consejo del Rey. Mientras el Consejo debate sobre las actividades de Príncipe, cada miembro muestra sus verdaderos colores. ¿Quién está dispuesto a justificar esta brutalidad? También vemos la línea de separación entre la gente común y su Rey. Si bien Viserys está preocupado por las consecuencias del saqueo, sus dudas son políticas. Viserys no quiere que estalle el caos cuando invita a visitantes extranjeros a la celebración del nacimiento de su hijo.
En House of the Dragon, La naturalización de la violencia por parte de la familia real queda aún más expuesta durante la justa celebrada en honor del pequeño heredero nonato. La multitud que se reúne anima a los caballeros que se baten en duelo y compiten por el favor de la princesa Rhaenyra. Si bien estos duelos comienzan como justas reducidas, los caballeros se apresuran a dejar sus caballos y comienzan a balancearse con armas entre sí. Los gritos de la multitud finalmente pasan de la sorpresa a la aprobación; mientras no tengan que involucrarse, están dispuestos a celebrar este tipo de brutalidad.
En otro ejemplo de edición brillante, Sapochnik intercala imágenes de los momentos más impactantes de la justa con la cesárea obligada y la eventual muerte de la esposa de Viserys, la reina Aemma (Sian Brooke). Viserys recibe la desgarradora noticia de que para salvar la vida de su hijo se debe realizar un procedimiento médico en el que se perderá la vida de la Reina, un alto precio que decide pagar por sobre los gritos escalofriantes de Aemma que se imponen sobre los vítores del público de la justa.
Viserys queda devastado después de la muerte de su hijo. Esto permite que House of the Dragon examine qué privilegios inherentes tiene la clase dominante. No es el saqueo de su comunidad lo que hace que Viserys considere nombrar un nuevo heredero, ni son las técnicas engañosas de su hermano durante la justa: es un insulto personal. Sir Otto Hightower (Rhys Ifans), la Mano del Rey, informa a Viserys que su hermano hizo una broma cruel sobre la muerte de su hijo y su esposa. El rey está enojado y, como resultado, elige pasar la línea de sucesión a su hija.
Game of Thrones fue examinado por sus representaciones complejas, y a menudo inapropiadas, de mujeres tanto dentro como fuera del poder. House of the Dragon le da a HBO la oportunidad de mejorar esto. Es solo a través de la crueldad de los hombres que Rhaenyra desarrolla el potencial de ascender al Trono de Hierro, vista como una gobernante “razonable y sensata”. House of the Dragon parece tener mucho para ofrecer, pero si Los Herederos del Dragón es evidencia de algo, es que el programa quizás esté aprendiendo de los errores pasados de la franquicia.
House of the Dragon está disponible en HBO Max.