El cine y sus batallas de ocupación simbólica: el 2023 es el año del Apocalipsis Marvel después de 15 años de dominio cultural; el de las huelgas que reivindicaron la creatividad y lo artesanal en tiempos de IA; el de las obras maestras de los maestros que capturaron un pasado roto para escenificar las tensiones del presente; el del motín existencial de una muñeca que pareció por un momento haber resuelto la crisis existencial de Hollywood.
Críticos y espectadores gastaron cada variación de la máxima “las películas han vuelto”, como si alguna vez hubieran desaparecido. Pero las películas siempre están ahí. El cine es mucho más que la industria, sus crisis y convulsiones. Siempre ha habido buenas películas a pesar de la industria porque el cine es, ante todo, innovación, ideas y talento, imágenes que nos llevan un poco más hacia el futuro, hacia nosotros mismos, hacia lo que podemos animarnos a imaginar con ellas.
Cada lista de las mejores películas de 2023 responde a caprichos e idiosincrasias personales. A distintas formas de entender el cine. Esta lista busca aquellas películas que dejan marcas en la memoria, que esquivan las convenciones con floripondios audiovisuales o intentan responder a la pregunta fundamental del medio: ¿cómo aprehender lo que no se puede ver con un artefacto que solo captura el movimiento de las cosas?
LAS MEJORES PELÍCULAS DE 2023
- 15. Master Gardener (Paul Schrader)
Después de First Reformed (2017) y The Card Counter (2021), Paul Schrader cierra su trilogía de hombres solitarios, con el pasado cosido a la piel, en busca de alguna clase de redención. Master Gardener narra la historia de un ex supremacista blanco (Narvel, interpretado por el glacial Joel Edgerton) devenido en maestro jardinero en los amplios dominios de una ácida y despótica aristócrata (Norma Haverhill de Sigourney Weavery).
Para Schrader, la disciplina -el sacerdocio, el póker, la jardinería- es una forma de puesta en escena, una manera de sublimar el pasado. Narvel es un hombre marcado por sus tatuajes -que recuerdan una vida hecha de violencia y racismo- y por el intento de recrear a su alrededor un entorno armónico natural a través de la horticultura, que debe enseñar las artes de su oficio a Maya (Quintessa Swindell), la sobrina mestiza de la señora Haverhill. Literalidad y simbolismo se mezclan en un relato sobre la relación con la alteridad, en la necesidad de un acercamiento, en el retorno a las sensaciones humanas.
Schrader se ha centrado en el lado oscuro de la humanidad, pero Master Gardener no es sólo un deja vu, sino un nuevo viaje siniestro y envolvente al universo de este autor, que por una vez también deja filtrar algún rastro de esperanza. Alguien debe conservar y cuidar con amor este jardín de gente. A Dios nunca se le ocurrirá. Para eso, tenemos a Paul Schrader.
- 14. Los Que Se Quedan (Alexander Payne)
No se puede comprender el presente sin conocer el pasado y, sin embargo, el ayer no tiene por qué decretar el hoy o el mañana: de esa dinámica está hecha The Holdovers (Los Que Se Quedan), la película con la que Alexander Payne explora la soledad, la familia, el abandono y los privilegios de clase. Es su mejor trabajo en más de una década y un manifiesto cargado de sensibilidad, en el que sus personajes aprenden durante el transcurso de su extraña odisea que el futuro sigue siendo prometedor, aunque el camino que los llevó hasta ahí haya sido oscuro y problemático.
Paul Giamatti brilla como un estricto profesor que se ve obligado a permanecer en el campus durante las vacaciones de Navidad para cuidar a Angus (Dominic Sessa), un pupilo de tercer año cuyos planes de esquiar en Saint Kitts se arruinan cuando su madre opta por irse de luna de miel retrasada con su muy nuevo y rico marido.
Ya aclamada como un nuevo clásico navideño, la película ofrece una calidez que no debe confundirse con debilidad. De alguna manera, Payne convierte gastados clichés en duras verdades. Nostálgica, divertida y conmovedora, Los Que Se Quedan muestra que la historia es una rueda: los buenos tiempos pasan, pero también los malos. La mutabilidad es nuestra tragedia, pero también nuestra esperanza.
- 13. Concrete Utopia (Um Tae-hwa)
Concrete Utopia -seleccionada como candidata de Corea del Sur para los premios Oscar 2024- adopta la paranoia, la indiferencia y el estado de sitio como topos del imaginario contemporáneo, para realizar una interrogación sobre los discursos y las prácticas de poder. La película de Um Tae-hwa es un cuento filosófico sobre el sentido comunitario y los microfascismos que habitan en la clase media, que demuestra lo rápido que la gente común puede inclinarse hacia un sistema totalitario en una situación desesperada.
Un devastador terremoto hace de Seúl un escenario apocalíptico. En medio de los escombros, sólo un edificio se mantiene en pie. Liderados por el delegado electo Yeong-tak (Lee Byung-hun, El Juego del Calamar), los residentes deciden que no quieren seguir compartiendo sus recursos y privilegios: todos los intrusos deben abandonar el edificio. Afuera hace un frío glacial, y la desocupación significa una especie de pena de muerte.
Basada en el webtoon coreano Cheerful Outcast, la película explora cómo se organiza una sociedad cuando las instituciones existentes colapsan. Concrete Utopia -más allá de ser una analogía sobre los extranjeros-, se conecta con el discurso político y de los medios de comunicación que utilizan el miedo como arma electoral. En una época que peligrosamente se corre hacia la derecha, la película habla con la urgencia del presente. Un cuento tenebroso sobre el contrato social; un protocolo clínico sobre los egoísmos de clase. La película recuerda que el miedo es la mano de obra del poder; que un fascista es un burgués asustado.
- 12. Cuando Acecha la Maldad (Demián Rugna)
Ciertas obras cinematográficas del género terror son auténticos desafíos emocionales para el espectador. En Cuando Acecha la Maldad, el desafío trasciende la mera capacidad de resistir los sobresaltos de esta historia de posesión, adentrándose en la esencia misma de la brutalidad humana y su confrontación con lo sobrenatural. Demián Rugna nos sumerge en un abismo donde los demonios desgarran no solo la realidad de un pequeño pueblo, sino también los límites de nuestra propia percepción.
Cuando Acecha la Maldad lleva los tropos usuales de las películas de posesión a su límite más extremo con una enorme brutalidad. Hay una profunda ambivalencia en esta película sobre los hombres y lo que son capaces de lograr, y un trasfondo importante al que se hace alusión pero que deliberadamente nunca se desarrolla por completo pero que añade más peso a la sensación de que tal vez la humanidad ni siquiera merece ser salvada. ( – Yanil Coliva)
- 11. Asteroid City (Wes Anderson)
Wes Anderson reconfirmó su incomparable destreza en 2023 con una serie de cortos para Netflix basados en historias de Roald Dahl, en los que imaginó el acto de adaptación de maneras freakies y novedosas. Pero su pequeña gema cinematográfica del año fue Asteroid City, una maravilla retrofuturista saturada del anhelo, el remordimiento y la desesperación de los adultos, así como del asombro, de la curiosidad y la angustia juveniles.
Una ciudad de un solo automóvil, en algún lugar del desierto de Nevada, en la posguerra del imperio norteamericano en expansión, es visitada con un heterogéneo grupo de visitantes a la convención anual de inventores adolescentes con los mejores proyectos científicos de la escuela secundaria. Todos son retenidos contra su voluntad, después de un encuentro cercano con un alien tan sorprendido como los humanos. Ah, todo es una obra de teatro. Y parte de un documental. Es Wes Anderson puro.
- 10. Anatomía de una Caída (Justine Triet)
La Palma de Oro de Justine Triet 2023 está impulsada por una actuación monumental de la actriz alemana Sandra Hüller, que interpreta a una novelista que acusada de matar a su marido. La película nos lleva a través de los detalles legales de la investigación, pero está más interesada en considerar la naturaleza imprecisa y abstracta de la Verdad.
El fiscal teoriza, opina, acusa. Pero lo que realmente analiza la película es el misterio que constituyen las pasiones de los demás. ¿Es Sandra una madre amorosa, una esposa asesina, una creadora egoísta o una mujer llena de culpa? ¿Dónde recae la responsabilidad cuando un matrimonio se estropea? ¿El amor se desvaneció, saltó o fue empujado por una ventana? Entre los polos absolutos -culpable / no culpable- hay un espectro de múltiples matices de responsabilidad y complicidad. Con líneas vívidas y limpias, Anatomía de una Caída navega por este pantano moral y expone lo absurdo de intentar extraer de él un veredicto.
- 9. The Killer (David Fincher)
David Fincher filma con pulso noir esta sutileza cinematográfica llamada The Killer (El Asesino), en la que el sicario a sueldo de Michael Fassbender comienza a lidiar con los límites de su código rector y emprende su venganza personal cuando él mismo se convierte en un objetivo después de que un trabajo sale mal. Basada en la novela gráfica de Alexis Nolent, The Killer no es el trabajo de un director que se repite a sí mismo: es el trabajo de alguien que transforma sus temas y obsesiones en algo profundamente personal, arriesgado y original.
El rentable estilo de vida del asesino (limpio, cruel, libre de empatía) evoca la ilusión de una independencia hermética, algo que confirma su propio valor con cada vida que toma desinteresadamente. Es el tipo de falsa conciencia que sugiere el vacío de la cultura moderna, un manual para la destrucción mutua asegurada de la sociedad. En última instancia, The Killer es una porción de pulp fiction meticulosamente elaborada, una especie de autobiografía en la que Fincher se pregunta si el asesino/director pueden excluir al mundo para hacer su trabajo.
- 8. Beau Tiene Miedo (Ari Aster)
Beau Is Afraid (Beau Tiene Miedo) es el complejo de Edipo a 24 fotogramas por segundo: un viaje freudiano en el que emergen todas las ansiedades de su protagonista (un Joaquin Phoenix maníacamente desinhibido) en un doloroso y lisérgico tour de force por los abismos de la locura.
A Ari Aster le pega mal el ácido, y ofrece la desquiciada odisea psicológica del freak solitario Beau por el paisaje infernal de sus propias neurosis, arraigadas en confusos sentimientos hacia su madre. Beau Tiene Miedo muestra el otro lado del espejo, la caída en una oscura y demente madriguera de miedos y complejos sociales y psicosexuales, realzada por interludios animados, producciones teatrales y la épica batalla final entre su protagonista y un monstruo fálico gigante.
- 7. Priscilla (Sofia Coppola)
Graceland se convierte en el Heartbreak Hotel para la joven Priscilla Presley en la melancólica y hermosa historia de Sofia Coppola sobre una fantasía que se mide en el abismo de la realidad. Reflexiva, elegante y sobria, Coppola ofrece el retrato etéreo de un amor alienado por la fama, las drogas y la misoginia controladora del dios del rock and roll, Elvis Presley. Cailee Spaeny es una muñeca de porcelana viviendo en el sueño húmedo de toda adolescente, con Jacob Elordi como su esposo eléctrico y hot. Pero lo que comienza como un cuento de hadas pop, se va convirtiendo en el vía crucis físico y emocional de una joven con necesidades que Elvis no puede satisfacer.
Coppola nunca intenta justificar la relación, sino que inscribe a este cortejo/romance/matrimonio en un proceso desequilibrado, marcado diferencia de edad, de poder y de estatus entre los dos. Sólo a medida en que Priscilla crece en medio del tedio de un ecosistema masculino, se da cuenta de que necesita más de lo que Elvis está dispuesto a darle. Pero Coppola está más interesada en el cautiverio que en la liberación, en mostrar el canibalismo emocional que acecha en cada fantasía adolescente, en la tensión que se esconde en la purpurina de una carta firmada con un beso con olor a chicle.
- 6. Passages (Ira Sachs)
Ira Sachs es el retorno de lo reprimido del cine norteamericano: si Hollywood no tiene reparos en mostrar un maximalismo hiperrealista de violencia, la representación del sexo en general es problemática, incómoda, atrapada entre un puritanismo histórico, la clasificación R y Twitter. Sachs -nacido en Tennessee- encuentra en Europa cuerpos eufóricos, insomnes, histéricos y misteriosos: el cuerpo pulsional que deja ver sus contradicciones, su profunda ambivalencia.
Passages está llena de gente sexy y emocional que casualmente se traiciona entre sí en bares con poca luz, magníficos apartamentos tipo loft en varios distritos parisinos e incluso una casa de campo en las afueras de la ciudad. Sólo a nivel atmosférico, Sachs aprovecha todas las características de un drama francés sensual y triste. La pregunta que circula por Passages es acerca de las apariencias en el ecosistema cerrado de las parejas: si lo que parece ser compartir información puede ser una manera de evitar una conversación; si lo que parece ser tener paciencia con el otro puede ser una forma de codependencia.
La película narra el triángulo amoroso entre el cineasta alemán Tomas (Franz Rogowski), su pareja Martin (Ben Whishaw) y la maestra Agathe (Adèle Exarchopoulos). Tomas es hedónico, egocéntrico y algo naif: quiere que las personas que lo rodean sean felices y despreocupadas, que acepten con naturalidad sus acciones y sus cambios emocionales. Para Tomas, la piel es materia viva: es un cuerpo que ya no está en su sitio, no tiene un lugar asignado y oscila constantemente entre la carencia y el exceso, que delata una dificultad para construir la identidad y exalta el cuerpo hipervisibilizado que se autonomiza, deja aparecer sus fisuras, reflejo de las fracturas y divisiones identitarias. En el camino, deja a su paso personas rotas.
- 5. Infinity Pool (Brandon Cronenberg)
La mejor película de terror de 2023 fue realizada por Brandon, el hijo demente de David Cronenberg. Infinity Pool es un LSD en forma de película, que inaugura el concepto kill-your-clon con una mirada aterradora a las derivas y obsesiones de una humanidad ontológicamente rota, incapaz de situarse adecuadamente entre los escombros de lo Real de la sociedad contemporánea.
Las piscinas infinitas de un resort de lujo en la ficticia ciudad semidistópica de Li Tolqa son el telón de fondo de una historia alucinada sobre la identidad y el poder, donde las vacaciones de un escritor en crisis, James (Alexander Skarsgård), se convierten en una cacería salvaje de su propia imagen: su clon. En el momento en que la posibilidad de liberación de todas las taras existenciales -ya sean individuales o colectivas, sexuales o violentas, concretas o artificiales-, se muestra posible, lo que hay debajo de la piel emerge y se convierte en la nueva carne: un doppelgänger, un cuerpo abierto a todo tipo violencias y abusos.
Con talento para lo provocativo, lo macabro y el morbo, Brandon Cronenberg examina las tensiones del individuo con la histeria de una comunidad hedonista y decadente, y encuentra el equilibrio entre el horror corporal visceral y el trip psicodélico, con un discurso sobre el vacío social y la exploración de los abismos internos del ser humano.
- 4. Secretos de un Escándalo (Todd Haynes)
¿Una comedia mordaz sobre perversiones psicosexuales? ¿Una crítica subliminal al cine biográfico y a las imposibilidades de la interpretación actoral? ¿Un manifiesto contra la cultura trash? ¿Quizás todas esas cosas? ¿O ninguna de ellas? Nadie lo sabe. Pero May December (Secretos de un Escándalo) es un placer radiactivo en el que Todd Haynes se confirma como el hacedor supremo de retorcidas historias de mujeres ídem.
Julianne Moore interpreta a Gracie Atherton-Yoo, cuyo romance con un menor de edad (Joe de Charles Melton) hace 20 años produjo una orgía mediática en su pequeña comunidad privilegiada de Georgia. Natalie Portman es Elizabeth Berry, la actriz que interpretará a Gracie en una película independiente. Elizabeth comienza a interactuar con Gracie y su familia no solo para observar sus gestos y actitudes, sino también para sondear las profundidades más turbias de su aventura y de su psique.
Elizabeth se revela gradualmente como una actriz ambiciosa y despiadada, una figura vampírica depredadora de la privacidad ajena. Pero Gracie es una mujer imperturbable -aunque tiene repetidas crisis histéricas- que rechaza cualquier insinuación de que su amor por Joe pueda haber sido de alguna manera equivocado. Lo perturbador y genial de la película es que ella, en realidad, no busca ser redimida.
- 3. Los Asesinos de la Luna (Martin Scorsese)
Una epopeya sobre el estado moral de Estados Unidos -basada en el libro del escritor neoyorquino David Gran– en la que su creador, Martin Scorsese, pone en escena la mecánica del genocidio, llevado a cabo por colonos blancos ricos contra nativos desconocidos. Pero Killers of the Flower Moon (Los Asesinos de la Luna) también es una reflexión sobre lo efímero naturaleza de la narración y, por extensión, de la historia misma.
Los Asesinos de la Luna es un post western que continúa esa línea del cine contemporáneo que deconstruye la historia de Estados Unidos para poner en escena su pecado original. Scorsese lo rastrea hasta principios de los años 20’s, en los que los últimos vestigios del Viejo Oeste se mezclan con la modernidad capitalista como una posdata bárbara de las guerras indígenas.
Los Asesinos de la Luna es una película anti nostálgica, si entendemos la nostalgia como la incapacidad de imaginar algo diferente al pasado, la incapacidad de producir formas que puedan comprometerse con el presente -y mucho menos con el futuro-. Scorsese es Shakespeare cuando retrata el ascenso y la caída espectacular del poder, y aquí finalmente exhuma el trauma fundacional de Estados Unidos y registra la lenta descomposición de una determinada idea que el país tiene sobre sí mismo.
En Los Asesinos de la Luna, Estados Unidos es un gran Overlook, un edificio construido sobre un cementerio hirviente de codicia y ambición, que no nació en las malas calles urbanas, sino encima de los restos sepultados de sus pueblos nativos.
- 2. Pobres Criaturas (Yorgos Lanthimos)
El extraño y lisérgico Yorgos Lanthimos encuentra en la novela de 1992 de Alasdair Gray un eco delirante de Frankenstein, que le permite desarrollar sus obsesiones personales: el mundo como una gran puesta en escena llena de aislamiento, represión, sexualidad desbordada y figuras paternas controladoras. Con una batería de recursos formales que llevan al límite su arte poco convencional, Poor Things (Pobres Criaturas) presenta a Emma Stone en el papel de la ninfa trotamundos Bella Baxter, una mujer joven con el cerebro de niña que abandona el dominio de su padre -el mad doctor (Willem Dafoe)- para experimentar los muchos placeres y depravaciones del mundo.
A lo largo de su viaje, la película descubre y se entrega a la distorsión de la realidad, presentando una visión excéntrica de la naturaleza humana definida por las diferentes actitudes, dinámicas y paradigmas de un bestiario humano deforme y conmovedor. Una combinación maravillosamente extraña de estilo y sustancia – que también cuenta con la mejor actuación del año, cortesía de Stone-, que presenta a un personaje liberado de todo tabú social para convertirla a fuerza de instinto en una heroína feminista torpe, psicodélica y ferozmente independiente.
- 1. Oppenheimer (Christopher Nolan)
Oppenheimer es una obra imponente, compleja formal y temáticamente, en la que Christopher Nolan esquiva los tropos comunes de las biopics para hacer una película que se mueve entre el thriller científico y lo siniestro de una historia de terror. El estudio subjetivo de J. Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) es un manifiesto sobre la ambición, el ingenio, el arrepentimiento, el honor y la traición. Desde las aulas de la Universidad de California, Berkeley, pasando por los puestos avanzados en el desierto de Los Álamos, hasta una sala de interrogatorios privada donde se cuestionan el historial y las lealtades de Oppenheimer, el drama histórico de Nolan es un retrato impresionista del padre de la era moderna.
Nolan ya había recurrido a medios prácticos y científicos para desmitificar los temas de sus películas: sueños, magias o los arrebatos imposibles de un huérfano multimillonario particularmente traumatizado. Oppenheimer continúa la línea de The Prestige y Interstellar, no para preservar la aparente opacidad de la física nuclear, sino para socavar la idea misma de la objetividad de la ciencia.
En la lista de mejores películas de 2023 tampoco no deberían faltar: Rotting in the Sun (Sebastián Silva), Extraña Forma de Vida (Pedro Almodóvar), Birth/Rebirth (Laura Moss), Barbie (Greta Gerwig), Return to Seoul (Davy chou), Talk to Me (Danny Philippou y Michael Philippou), Fallen Leaves (Aki Kaurismaki), How to Have Sex (Molly Manning Walker), All of Us Strangers (Todos Somos Extraños) (Andrew Haigh), Pacifiction (Albert Serra), Afire (Christian Petzold), Spider-Man: Across the Spider-Verse (Joaquim Dos Santos, Justin K. Thompson, Kemp Powers), Dream Scenario (Kristoffer Borgli).