En House of the Dragon 1×7, Marcaderiva, Aemond Targaryen reclama a Vhagar e inclina la balanza de poder antes de la Guerra Civil. La posesión de los dragones ha sido un factor vital para la Casa Targaryen, tanto para la conquista de Westeros como para sostener su reinado continuo, y la capacidad de los jóvenes miembros de la familia para reclamar o incubar a las bestias aladas sirve como testimonio de su legitimidad. Por lo que no sorprende que Aemond haya tomado medidas tan extremas para reclamar al dragón más grande y más antiguo del mundo que acababa de perder a su jinete.
La misma noche del funeral de Laena Velaryon, Aemond conspira para robar su dragón, lo que implica hacer que Vhagar obedezca sus órdenes pronunciadas en alto valyrio, arriesgando su vida y evitando ser atrapado por los Velaryon. Aemond finalmente puede comandar a Vhagar, montarla alrededor de Marcaderiva y desembarcar sin sufrir lesiones, hasta que los hijos de Rhaenyra y las hijas de Daemon lo enfrentan.
La hija de Laena, Rhaena Targaryen, estaba destinada a reclamar a Vhagar, lo que llevó a una pelea entre los jóvenes primos que terminó con Aemond perdiendo un ojo. Sin embargo, Aemond afirma que su ojo fue un intercambio justo por el dragón más poderoso del mundo, lo que tendrá un gran impacto en la guerra civil que se desatará en House of the Dragon.
Vhagar, la dragona más vieja de Westeros
Los dragones no permiten que los nuevos jinetes los reclamen, en especial dragones como Vhagar, de casi 200 años, que han conocido a varios jinetes y han pasado muchos tramos de sus vidas deambulando en libertad. Antes de Aemond, Vhagar fue montado por la reina Visenya -la hermana-esposa de Aegon el Conquistador–, por el padre de Viserys y Daemon, el príncipe Baelon Targaryen, y por Laena Velaryon. Todos estos jinetes tuvieron que demostrar su valentía para reclamar su montura. La razón por la que un dragón permite que una persona específica lo reclame no está del todo clara, pero tiene que ver con su coraje y dignidad como jinete de dragón.
La sangre valyria de Aemond jugó un papel en su capacidad para reclamar a Vhagar, pero también puede haberse conectado con la sangre que comparte con Baelon, el último jinete de Vhagar antes de Laena. Aemond también demostró su gran valentía escapándose del castillo, enfrentándose a Vhagar por su cuenta, sin dejar de pronunciar órdenes de alto valyrio y manteniéndose firme cuando la poderosa bestia mostró signos de agresión.
Aemond prevaleció contra la resistencia del dragón más fuerte de Westeros, incluso cuando comenzó a volar de manera errática. La vieja Vhagar no hubiera permitido que cualquiera la monte, lo que significa que la considerable audacia de Aemond fue suficiente para que ella le permitiera vincularse con él.
Al igual que Aemond en el episodio 6, La Princesa y la Reina, la joven Rhaena Targaryen lamentó no tener un dragón propio. Sus padres, Laena y Daemon, así como su hermana mayor, Baela, tenían dragones, pero el huevo de Rhaena no eclosionó. Después de la muerte de su madre, Vhagar se mantuvo en Marcaderiva para que Rhaena tuviera la oportunidad de reclamar al dragón como propio, pero el hijo de Alicent se la quitó. A pesar de no poder montar a Vhagar, Rhaena Targaryen se convertirá en una jinete de dragón.
Rhaena se vinculará con el dragón Morning, que nacerá después de que la Danza de Dragones ya hubiera comenzado. Fuego y Sangre de George RR Martin explica que la noticia del nacimiento de Morning preocupa a los Verdes, que en el momento del nacimiento habían perdido la mayoría de sus dragones en la guerra civil. Alicent teme que la eclosión del huevo de dragón de Rhaena revalide la legitimidad de los Negros frente a sus partidarios, pero Morning todavía era demasiado joven para ser montada durante la pelea.
Como explica Otto Hightower en el final de Marcaderiva, ganar un dragón como Vhagar vale mil veces el precio que pagó Aemond, ya que le da al partido de Alicent la ventaja en términos de poder de dragón. Los Targaryen deben su dinastía a los dragones, por lo que tener el más grande y fuerte vivo en Westeros hace que los Verdes sean exponencialmente más poderosos. Aegon y Helaena ya son jinetes de dragones, pero Sunfyre y Dreamfyre solos no habrían prevalecido contra el poder de los cinco dragones que ya poseen los Negros.
La Danza de Dragones ahora es una pelea mucho más equilibrada. Reclamar a Vhagar también ha aumentado el ego y la arrogancia de Aemond Targaryen, lo que significa que actuará mucho más imperioso con sus sobrinos Jacaerys y Lucerys Velaryon e incluso con su hermano Aegon. Cuando llegue el momento de la batalla en la Danza de Dragones, Aemond será implacable. El hecho de que tenga a Vhagar también beneficia la percepción de la legitimidad del grupo Verde, ya que ser elegido por un dragón tan antiguo y fuerte, una vez montado por Visenya, se verá como un buen augurio.