Qué pasó en el episodio 3 de la temporada 4 de Succession
Un conjunto familiar de tropos tiende a acompañar la muerte de un personaje principal en la televisión y, a menudo, implica un alboroto enorme y exagerado. Los protagonistas colapsan; llega una ambulancia rugiendo. Hay últimas palabras, montajes a cámara lenta, un primer plano de la cara de la víctima mientras todo se detiene, un momento de solemnidad con un plano final del cuerpo entero.
Un evento tan monumental como la muerte de Logan Roy (Brian Cox) siempre se sentiría como un cross a la mandíbula, pero es difícil llamarlo una sorpresa. Casi muere en los primeros episodios de la primera temporada, la amenaza de otra crisis de salud aparece en la tercera temporada, y los primeros dos episodios de la cuarta arrojaron pistas explícitas, particularmente en la devastadora conversación de Logan con su hombre de seguridad, Colin, sobre si hay algo después de la muerte. El título del programa, incluso toda su premisa apunta a su muerte.
Pero al convertir este evento en algo desconcertantemente ordinario, La Boda de Connor, el tercer episodio de la cuarta y última temporada de Succession, se convierte en una brillante ejecución de la inevitabilidad.
Si esta temporada de Succession hubiera seguido su patrón habitual, el episodio uno habría establecido dónde se encuentra cada personaje, el episodio dos prepararía la mesa para los conflictos, luego todos comenzarían a traicionarse y hacer nuevas alianzas en el episodio tres. Los primeros dos episodios hacen exactamente eso: hay un gran trato con GoJo que debe cerrarse, el matrimonio de Tom y Shiv se está desmoronando, y los hermanos están tratando de superar a su padre para lograr un acuerdo en el conglomerado Pierce.
El episodio 3 es cuando se supone que todos los hermanos se enfrentan entre sí, lo que comienza a suceder cuando Roman se encuentra con Logan en los momentos finales del episodio 2. En cambio, el fondo se cae. Logan muere.
Y su muerte se desarrolla en miniatura dentro del episodio mismo. Un capítulo llamado La Boda de Connor prepara a los espectadores para una gloriosa fiesta familiar centrada en ese feliz (?) evento. Entonces Logan, en su forma más manipuladora, le dice a Roman que necesita despedir a Gerri. También le dijo a Connor que asistirá a la boda, pero claramente no lo hará porque en realidad irá a Estocolmo para tratar de aplacar a Lukas Matsson sobre el trato con GoJo.
No hay una fatalidad flotante específica. Hay mucho impulso para llevar a todos a través de esta celebración. Pero cuando Roman recibe la llamada de que Logan está “muy, muy enfermo”, todo ese impulso narrativo se detiene. No se registra como algo que se ha estado construyendo durante años; se siente como una ausencia repentina de futuro, más palpable como algo que dejó de suceder, en lugar de algo que ha sucedido.
La muerte de Logan Roy
La clave de La Boda de Connor es cuán intensa y perversamente ordinaria se siente la muerte. Tanto los Roy como los espectadores están atrapados en un episodio estándar de Succession lleno de todas las características del programa: los Roy están en un evento de alto nivel; hay llamadas telefónicas estresantes; alguien está siendo despedido; alguien más está maniobrando para obtener más poder.
Durante un tiempo insoportablemente largo, la sugerencia de la muerte de Logan se siente como otra trampa típica de la serie: cuando Tom llama a Roman, los hermanos navegan en un extraño limbo por lo que parece una eternidad, esperando a ver si les están haciendo una broma, o si es otra falsa alarma, o si de alguna manera Logan se recuperará. Tom sigue diciéndoles lo mal que está, pero todos están atrapados en un bucle que sigue dando vueltas entre que casi definitivamente está muerto pero que nadie quiere confirmarlo.
Hubiera sido un alivio conseguir una escena de muerte importante. El episodio nos niega el momento de quietud que ayudaría a cambiar todo al modo “Mierda, esto es un gran problema”. Logan, Tom y el círculo íntimo de Waystar están atrapados en un avión claustrofóbico, lo que significa que no puede haber ruidos de hospital terribles, ningún médico puede caminar por un pasillo con un aspecto muy serio.
Lo máximo que Succession puede darnos es el ruido de fondo de un desfibrilador en funcionamiento. Hay algunos atisbos de alguien administrando RCP, y hay una toma corta a la altura del piso de la cara de Logan. Sin embargo, no hay drama ni poder en ello. Ahora es sólo un cuerpo: confirmación, no conmemoración.
Y alrededor de los márgenes, todo sigue avanzando. Connor, conmocionado y molesto pero no aplastado, aún decide casarse. Caroline, Karl y Frank comienzan a hablar sobre cómo redactar una declaración, a quién llamar y cuándo. Kerry no puede dejar de sonreír y hablar de lo raro que es todo esto. En un momento, Shiv se pregunta si tal vez puedan mantener el avión en el aire durante unos minutos para poder elaborar un plan de negocios, pero también para tener una pausa para registrar lo que sucedió, para reunirse, para crear un espacio donde todos pueden tratar de aceptar lo que está pasando. Por supuesto que no pueden.
Polaroid de la muerte ordinaria
Todo el impulso detenido comienza a reanudarse, pero sin la parte en la que alguien se detiene a pensar realmente por qué se detuvo en primer lugar. Hay más llamadas telefónicas, una conferencia de prensa. Logan se ha cernido sobre cada centímetro de Succession. Sin pompa fúnebre y circunstancia, o cinematografía que glorifica a la muerte, no hay dónde poner toda la sorpresa de su llegada, nada para absorber todo ese susto. Por lo tanto, se queda con el espectador y resuena a lo largo de todas las llamadas telefónicas inestables y los gestos tentativos hacia lo que podría suceder a continuación.
Finalmente, en los últimos momentos del episodio, Kendall (Jeremy Strong) se para en una pista para ver al personal de emergencia sacar el cuerpo de Logan del avión. Es lo más cercano que llega La Boda de Connor a un momento de gran ceremonia, pero incluso aquí, se minimiza. El cadáver está oculto sin nada especial, y la escena se filmó a la distancia, tan lejos como para parecer pequeña pero tan cerca como para ver a los técnicos de emergencias médicas luchar mientras maniobran por las empinadas escaleras.
Aquí hay un punto: toda la riqueza y el elitismo exclusivo de Logan no pudieron cambiar las sombrías y ordinarias circunstancias de su muerte. Pero también es la pieza final de Succession, un logro narrativo de Jesse Amstrong. Al igual que los hermanos Roy, hemos estado esperando este momento durante mucho tiempo. Es extraordinario que cuando llegó, todavía se puede sentir como si se nos hubiera acercado sigilosamente, sin darnos cuenta.