El episodio 1 de She-Hulk: Attorney at Law (She-Hulk: Defensora de Héroes) confirma que a la transformación de Hulk de Jennifer Walters le falta un alter ego. Compartir su cuerpo con un personaje completamente diferente arruinó la vida de Bruce Banner, pero Walters no tendrá el mismo problema. Fue debido a su conflicto de una década con Hulk que Banner estaba convencido de que Walters se vería obligada a compartir sus problemas.
Smart Hulk pasó una gran parte del episodio 1 de She-Hulk tratando de hacer que su prima se diera cuenta de que su vida había cambiado para siempre, y no para bien. Basado en sus propias experiencias, Banner creía que la mejor manera de avanzar era que se aislara de todos los demás y viviera aislada hasta que desarrollara el control sobre nuevos poderes.
Sin embargo, muchos de sus puntos se volvieron discutibles cuando los dos se dieron cuenta de que Walters mantiene el control cada vez que se transforma, lo que significa que Walters es She-Hulk, mientras que Bruce Banner y Hulk generalmente se consideran dos personajes diferentes que deben coexistir en el mismo cuerpo.
Smart Hulk se sorprendió al descubrir que Walters no tiene que sufrir por tener un alter ego, aunque no se explicó exactamente por qué no tiene este problema. Sin embargo, el material de origen proporciona una idea de lo que hace que She-Hulk sea tan diferente.
Banner, y no Walters, es el caso especial en esta situación. Se ha establecido en Marvel Comics que Banner, sin saberlo, desarrolló un trastorno de identidad disociativo como resultado de una infancia traumática. Eso explica por qué estar expuesto a la radiación gamma creó un alter ego para él, pero no para Abominación, She-Hulk o cualquiera de los otros. Algo similar podría ser cierto para su contraparte de MCU.
Podría decirse que para Jennifer Walters, no tener un alter ego es lo más importante que la diferencia de Hulk, pero sus diferencias son mucho más profundas que eso. También está la cuestión de dónde encaja la ira en la ecuación. El episodio 1 de She-Hulk confirma que la ira y el miedo juegan un papel, pero como explica Walters, este tipo de emociones son parte de su vida diaria, lo que le ha otorgado la capacidad de cambiar de un lado a otro entre She-Hulk y su forma humana sin tener que pasar por los mismos procesos con los que Banner tuvo que lidiar durante diez años.
En los cómics, la forma específica que toma Walters cuando se transforma proviene directamente de sus propios deseos subconscientes. Entonces, en cierto sentido, su exposición a la sangre irradiada de Bruce Banner aparentemente ha hecho posible que Walters se convierta en su yo ideal en la MCU. Seguro que ese será un tema central en el futuro de She-Hulk, considerando que el marketing de la serie ha dejado en claro que Walters vivirá su mejor vida a medida que aprenda a apreciar las ventajas de ser She-Hulk en un forma en que Banner nunca pudo hacerlo.
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