La serie Obi-Wan Kenobi, ambientada 10 años después de los eventos de Revenge of the Sith (George Lucas, 2005), ha sido una exploración conmovedora de la fracturada relación entre el Maestro Jedi titular y Anakin Skywalker. Cada nuevo episodio no solo ha desarrollado más el conflicto entre los dos personajes, sino también ha puesto en evidencia que el amor compartido entre ambos permanece. Si bien la producción presentó la crueldad de Darth Vader de una forma que nunca antes lo hizo ninguna producción live action, el objetivo principal de la serie con el personaje se revela al sentar las bases para la redención de Anakin.
Desde el principio, Obi-Wan Kenobi se encontró en un lugar peculiar en términos de narración. Rodeada por ambos lados de historias con las que el público estaba familiarizado –Revenge of the Sith y A New Hope–, la serie se esforzó por contar una historia original que pudiera encajar perfectamente en ese período de tiempo y al mismo tiempo ofrecer algo valioso para la saga en su conjunto.
Estas luchas no son diferentes a los obstáculos que enfrentó George Lucas cuando planeó las precuelas cinematográficas, y Deborah Chow, quien estuvo a cargo de este proyecto, ha seguido el ejemplo inspirador del director en todo momento. En lugar de preocuparse por las minucias, Obi-Wan Kenobi ha puesto todo su potencial en los personajes y las emociones, además de imbuir las historias existentes con mayor motivación a través de la recontextualización.
Un ejemplo perfecto de esto viene en la forma del modelo T-16 Skyhopper que Obi-Wan intenta darle al joven Luke en la Parte I. Se ve a Luke jugando con el modelo en A New Hope, donde sirve como una encarnación física de su afán de aventura. La serie hace retroactivamente que Obi-Wan sea responsable de darle el juguete a Luke, lo que le otorga un mayor peso emocional y profundiza su relación, lo que demuestra que Obi-Wan participó en el fomento de los sueños de Luke desde una edad temprana.
El arco de Anakin Skywalker en en final de Obi-Wan Kenobi
La trilogía precuela (1999-2005) está llena de hilos narrativos y temáticos con los que Lucas realizó ingeniería inversa para que sirvieran como escenario en la trilogía original. Obi-Wan Kenobi ve a Chow y su equipo haciendo exactamente lo mismo en todo momento, logrando un efecto emotivo, no solo como fanservice. Pero en ninguna parte esto es más pronunciado que en el personaje de Anakin Skywalker.
Es crucial notar cuán duro Chow y su equipo, incluyendo a Hayden Christensen, han trabajado para vender al público una iteración de Darth Vader que sirviera como un puente entre el Anakin Skywalker de las precuelas de Christensen y el monolito intimidante de la trilogía original de David Prowse. Desde su introducción en el tanque de bacta en la Parte II, hasta su confrontación inicial con Obi-Wan en la Parte III, la serie ha destacado a Anakin Skywalker dentro de la monstruosidad que es Darth Vader.
La Parte V lleva esto a otro nivel con su dispositivo de encuadre, intercalando eventos de su historia actual con una serie de flashbacks de Obi-Wan y Anakin peleando en el Templo Jedi. Aquí, la directora destaca específicamente los ecos de la fisicalidad de Anakin presente en la de Vader, haciéndole representar fragmentos de la misma coreografía del sable de luz, no solo del duelo culminante en Revenge of the Sith, sino también de su duelo con Obi-Wan en la Parte III.
Los flashbacks muestran a Anakin Skywalker que era un padawan con problemas al que le quedaban muchas lecciones por aprender, y la edición asociativa del episodio se asegura de demostrar una y otra vez que todavía lo es, a pesar de que ahora se ha convertido en el poderoso Lord Sith.
La crisis de fe de Obi-Wan Kenobi
Obi Wan Kenobi ha visto al personaje de McGregor lidiar y superar constantemente su crisis de fe. Al salir de su exilio de una década, su viaje lo ha visto cruzar la galaxia en nombre de preservar el bien y difundir la esperanza. Una parte fundamental de ese viaje llegó gracias a Tala (Indira Varma), una desertora imperial convertida en protectora y orgullosa miembro de The Path.
En la Parte III y la Parte IV, ella desempeñó un papel activo en calmar los temores de Obi-Wan y enseñarle que podía volver a confiar en las personas, lo que lo llevó directamente a convertirse en líder cuando el Imperio ataca en la Parte V. En referencia a ella como a sus fracasos pasados, en la Parte V, Tala dice: “Algunas cosas no puedes olvidar … pero puedes luchar para mejorarlas”. Por el momento, esto se relaciona con volver a inspirar a Obi-Wan como líder, y superar la caída de Anakin Skywalker.
Las historias entrelazadas de su fe restaurada, la traición de Tala al Imperio e incluso la revelación de las verdaderas intenciones de Reva fortalecen la tesis central de la serie cuando se trata de Anakin Skywalker. En palabras de un Skywalker de los últimos días, “nadie se ha ido realmente”. Como indica la respuesta de Obi-Wan cuando Reva lo presiona, no está listo para renunciar a Anakin. La serie ha mostrado una conexión de Fuerza visceral que existe entre Obi-Wan y Anakin varias veces, incluidos los flashbacks dispersos a lo largo de la Parte V.
El flashback de apertura termina con un corte en la cara de Vader, lo que implica que es su memoria. Pero el segundo flashback termina con un corte en la cara de Obi-Wan, lo que demuestra que están compartiendo una especie de recuerdo vinculado a la Fuerza.
Teniendo en cuenta que Chow estableció su conexión inicial con la Fuerza a través de cortes duros similares entre sí en la Parte II de Obi-Wan Kenobi, y que el clímax de este episodio los ve a ambos explotando las lecciones del flashback, está claro que Obi-Wan y Anakin están conectados en más formas que una. Esto lleva a una de las recontextualizaciones más profundas de la Parte V, en la que Obi-Wan le dice a Anakin en el flashback: “Tu necesidad de probarte a ti mismo es tu perdición. Hasta que puedas superarlo, seguirás siendo un padawan”.
La pelea final entre Obi-Wan Kenobi y Darth Vader
En la Parte VI de Obi-Wan Kenobi, para distraer al Destructor Estelar Imperial de atacar a Leia y la nave de refugiados que escapan, Obi-Wan atrae a Vader a un planeta cercano para su batalla final. Enterrado vivo en la lucha, Kenobi reúne la fuerza que necesita para derrotar a Vader y proteger el futuro de los gemelos Skywalker. Es una batalla final que compensa el conflicto entre los personajes de Ewan McGregor y Hayden Christensen, más que Star Wars: Episode III – Revenge of the Sith, gracias a un momento clave.
Después de recuperar su fuerza como Jedi, Obi-Wan contraataca, cortando la unidad que le hace de soporte vital y partiendo su casco por la mitad. Antes de que pueda asestar un golpe final, Kenobi mira a los ojos expuestos de Anakin Skywalker, horrorizado. Enfrentado a lo que se ha convertido su antiguo padawan, la culpa latente de Kenobi se convierte en una disculpa emocionalmente cruda.
Es un momento más contenido y humano que la frase “¡ Se suponía que eras el elegido!” del clímax del Episodio III. Escuchar la voz cruda y torturada de Anakin le demuestra a Obi-Wan que el niño apasionado que conoció en Tatooine todavía está allí en alguna parte. Es un momento desgarrador que justifica mejor la redención posterior de Vader y lleva el arco emocional de Obi-Wan y el núcleo temático de la miniserie a una conclusión satisfactoria.
La caída de Anakin Skywalker al lado oscuro
Desde la matanza de niños hasta el asesinato de ciudadanos inocentes en el episodio 3 de Obi-Wan Kenobi, las precuelas de Star Wars se han arriesgado a hacer que Darth Vader y, por asociación, Anakin Skywalker, sean irredimibles. Tener tanto a James Earl Jones como a Hayden Christensen dando voz a Vader y Anakin en el final de Obi-Wan Kenobi deja clara la divergencia entre ambos personajes.
Cuando Obi-Wan se disculpa con su antiguo padawan por todo lo que le ha pasado, Anakin responde: ”No soy tu fracaso, Obi-Wan. Tú no mataste a Anakin Skywalker. Yo lo hice”. El audio cambia de la voz de Christensen a la de Earl Jones, enfatizando la transición de Anakin a Vader. Con esta declaración, Anakin exonera a su antiguo maestro, sugiriendo que la oscuridad de Vader siempre estuvo dentro suyo.
Mientras Obi-Wan nota que su amigo está realmente muerto antes de dejar a Vader sin aliento en el planeta, esta escena desgarradora sugiere lo contrario. Si realmente lo creyera, habría matado a Vader allí mismo y asestado un gran golpe contra el surgimiento del Imperio. Obi-Wan Kenobi sabe que permitirle a Vader la oportunidad de matarlo con ira solo completaría la transformación de Anakin en Darth Vader. Es por eso que deja caer su sable en A New Hope, y cuando Palpatine expresa su preocupación por la conexión de Anakin con su antiguo maestro, enfatiza aún más que no está más allá de la salvación.
El mismo hecho de que Anakin cargue con la culpa de su caída al lado oscuro como Darth Vader le permite a Obi-Wan liberarse de la pesada carga emocional que llevaba, y la eventual ayuda de la rebelión lo revela. El final de Obi-Wan Kenobi demuestra que no importa cuánto se hayan separado los caminos de Obi-Wan y Anakin, todavía entienden lo que es mejor para el otro, como suelen hacer los amigos.
Obi-Wan-Kenobi está disponible en Disney+.