Si la mejor película Alien es la de James Cameron o la original de Ridley Scott, es un debate imposible de resolver. Y para el escritor y director de Alien: Romulus, Fede Álvarez, uno que nunca debería suceder en primer lugar. “Pedirle a un fan de Alien que elija entre esas dos películas es perverso. Así que pensé, ‘¿cómo hago ambas en una sola?’”
La respuesta a esa pregunta es Alien: Romulus, ambientada en los 57 años que transcurren entre esas primeras películas icónicas, que Álvarez deliberadamente construyó para ser un híbrido de las dos: no solo mezcla el pulso slasher de la cacería espacial de la original con la acción anfetamínica de su secuela, sino que combina los escenarios y la estética de ambas.
Renaissance Station, donde se desarrolla la mayor parte de Alien: Romulus, es una construcción bastarda, formada por un espacio más antiguo, Remus -con las decoraciones espartanas y sanitarias de Alien-, y un módulo más moderno, Romulus, construido con la vibra más sombría y tecnológica de la versión de Cameron. “Hay un momento en el que los personajes caminan por zonas conocidas del Nostromo”, dice Álvarez en una entrevista a Total Film. “Luego cruzan ese edificio y del otro lado: ¡boom! Estás en un pasillo que se parece a Hadley’s Hope [la colonia de Aliens]”.
La puesta en escena cruzada se ve reforzada por la dinámica de la película, con la primera hora adoptando la atmósfera más deliberada y cargada de suspenso de Alien, antes de que la acción pase de Remus al Romulus titular y comience acercarse más a Aliens tanto en estilo como en ritmo. “Tu subconsciente dice: ‘¿Por qué siento que estoy en Aliens otra vez?’ “Esa cosa está a punto de volverse más activa e intensa”.
Cómo la mitología configuró el título y la historia de Alien: Romulus
Que los módulos de la estación lleven el nombre de Romulus y Remus -los famosos gemelos de la mitología romana- es algo intencional. Las relaciones entre hermanos son el núcleo de la historia de Álvarez, en particular la de Rain (Cailee Spaeny) y su hermano adoptivo Andy (David Jonsson), uno de los sintéticos realistas (y periódicamente homicidas) de la franquicia.
“Cuando su padre estaba muriendo, dejó a Andy para que fuera una especie de cuidador. Pero Andy está un poco dañado y es un modelo viejo. Entonces, más que un padre sustituto, se convierte en un hermano menor para ella. Y ese fue siempre el corazón de la historia: esta relación entre los dos… y cómo esa relación se desarrolla una vez que la cosas se ponen más violentas”.
La inspiración para estos personajes proviene de la película de Cameron, concretamente en una escena que aparece únicamente en la Edición Especial de Aliens, donde se muestra la vida de la colonia en LV-426. Al igual que Alien original, Álvarez quería que Romulus fuera una historia proletaria de personajes de clase trabajadora con los que se pudiera identificarse, y algo en esa escena tocó la fibra sensible del director, que creció en Uruguay con hambre de algo más.
“Viven en esta colonia minera de mierda”, dice Álvarez sobre Rain y Andy. “Tienen poco más de veinte años y se dan cuenta de que allí no hay vida para ellos. Y encuentran una oportunidad para salir, pero eso significa adentrarse más en los rincones Weyland-Yutani de la colonia a los que probablemente no deberían acercarse”.
El último montaje de la película ha recibido los sellos de aprobación tanto de Scott (productor de la película) como de Cameron. Y con el breve pero intenso prontuario de Álvarez para la maldad –Don’t Breathe,
Evil Dead de 2013- Alien: Romulus promete un viaje retorcido y lleno de sangre, haciendo por Alien lo que Prey de Dan Trachtenberg hizo por Predator. Al combinar elementos de sus antepasados más exitosos, Alien: Romulus podría heredar los mejores atributos de ambos. Su perfección estructural sólo es comparable a su hostilidad.
Alien: Romulus se estrena el 15 de agosto en cines.