Ambientada 10.000 años antes del nacimiento de Paul Atreides y su ascenso como el mesías profetizado conocido como Lisan-al-Gaib, la nueva serie Dune: La Profecía de HBO narra la evolución de la orden Bene Gesserit, desde sus comienzos como una escuela para formar decidoras de la verdad hasta la hermandad mística que mueve los hilos del gobierno imperial al comienzo de Dune.
El universo creado por Frank Herbert se caracteriza por su densa exploración política, social y filosófica. Dune: Profecía está basada en La Hermandad de Dune (Sisterhood of Dune) de 2012, el primer libro de la trilogía de precuelas escrita por Brian Herbert y Kevin J. Anderson, que relata los orígenes de la Hermandad Bene Gesserit, su papel en el Imperio y los dilemas éticos que surgen de sus ambiciones. A través de los personajes de Valya Harkonnen y Tula Harkonnen, la novela y la serie abordan la tensión entre el idealismo y el pragmatismo en la construcción de una orden destinada a dominar sutilmente el destino de la humanidad.
El contexto histórico del episodio 1 de Dune: La Profecía
La Yihad Butleriana y la reconstrucción del Imperio
La Hermandad de Dune y Dune: La Profecía están ambientadas en un periodo posterior a la Yihad Butleriana, una cruzada épica que erradicó las máquinas pensantes tras siglos de opresión tecnológica. Este evento no solo marca el inicio de la supremacía humana, sino también el nacimiento de instituciones clave como los Mentats, la Cofradía Espacial y, por supuesto, la Hermandad Bene Gesserit.
En la novela, Brian Herbert y Kevin J. Anderson describen un universo aún fragmentado, donde movimientos antitecnológicos como los Butlerianos, liderados por Manford Torondo, buscan consolidar una ideología de rechazo absoluto a las máquinas. Paralelamente, Raquella Berto-Anirul establece la Hermandad como una escuela de perfeccionamiento físico y mental para mujeres, heredera de las hechiceras de Rossak. El libro enfatiza las dificultades iniciales, como la resistencia cultural y las pruebas fallidas para crear nuevas Reverendas Madres.
La consolidación de la orden Bene Gesserit
Dune: La Profecía se ubica en un periodo ligeramente posterior, cuando la Hermandad comienza a solidificar su influencia en el Imperio. Aquí, las hermanas Harkonnen, Valya (Emily Watson) y Tula (Olivia Williams) – antepasadas lejanas del barón Vladimir Harkonnen, sus sobrinos Feyd-Rautha y Beast Rabban, y, como reveló Dune Parte II, de Lady Jessica y del propio Paul Atreides – , desempeñan roles fundamentales en el desarrollo de las estrategias Bene Gesserit. La serie de la showrunner Alison Schapker, con su enfoque en intrigas políticas, muestra cómo los ideales originales de Raquella se reinterpretan para adaptarse a un universo lleno de corrupción y conflictos.
En el prólogo del episodio 1 de Dune: La Profecía, titulado La Mano Escondida (The Hidden Hand), Valya sostiene que los libros de historia del Imperio están basados en mentiras. Si el relato oficial narra cómo Vorian Atreides llevó a los humanos a la victoria sobre las máquinas y su bisabuelo, Abulard Harkonnen, desertó de la lucha provocando que la Casa Harkonnen fuera exiliada al desolado planeta de Lankiveil, Valya decide cambiar el status quo obteniendo poder a través de la orden Bene Gesserit.
Personajes clave de Dune: La Profecía | Raquella Berto-Anirul, Valya Harkonnen y la continuidad del liderazgo
El liderazgo de Raquella Berto-Anirul en La Hermandad de Dune la posiciona como una figura visionaria que redefine el papel de las mujeres en un universo patriarcal. Como la primera Reverenda Madre, su transformación tras sobrevivir un envenenamiento en Rossak no solo sienta las bases de las habilidades genéticas y mentales de la Hermandad, sino que también introduce el concepto del control genético como herramienta política.
En el episodio 1 de Dune: La Profecía, Valya se establece como la sucesora de la Madre Superiora en lugar de la nieta de Raquella (Cathy Tyson), la Reverenda Madre Dorotea (Camilla Beeput). Raquella, una heroína durante las guerras, fundó originalmente la orden para entrenar a sus miembros como Decidoras de la Verdad, aquellas que podían ejercer el poder del sentido de la verdad y ser asignados a las Grandes Casas para ayudarlos a separar la verdad de las mentiras.
Después de convocarla a su lado en su lecho de muerte, Raquella le transmite a Valya una profecía que hace que reafirme aún más en sus creencias. “Polvo rojo. Ya viene. Titán-Arafel”, dice, usando una frase que se refiere a un ajuste de cuentas en forma de juicio sagrado provocado por un tirano. “Serás tú quien vea la verdad ardiente y lo sepa”.
Manipulación genética, poder y moralidad
En el momento de la muerte de Raquella, había una disputa en las filas de las Bene Gesserit sobre su deseo de crear un programa secreto de reproducción para manipular los linajes de las familias reales y garantizar el control político. Dorotea ve el programa (el mismo que las Bene Gesserit usarán 10.000 años después para producir al elegido conocido como Kwisatz Haderach, capaz de acceder a todos sus recuerdos ancestrales y ver todos los futuros posibles) como una herejía: la orden está destinada a guiar al Imperio, no a gobernarlo.
La tensión entre Valya y otros miembros de la Hermandad, como Dorotea, ilustra el conflicto interno entre quienes ven a la Hermandad como guía espiritual del Imperio y quienes la perciben como una herramienta para gobernar. El suicidio asistido de Dorotea – a través de una habilidad creada por Valya, conocida como la Voz, utilizada para obligar a otros a obedecer -, resalta el costo moral de sus ambiciones.
Tanto el libro como la serie profundizan en el tema de la manipulación genética, central para el lore de Dune. El programa de reproducción introducido por Raquella y expandido por Valya busca crear una humanidad superior, anticipando el eventual surgimiento del Kwisatz Haderach, un ser capaz de ver todas las posibles líneas del tiempo y la memoria genética. Este objetivo, sin embargo, plantea preguntas sobre la naturaleza del control y la libertad individual.
En ambos relatos, la Hermandad se enfrenta a dilemas éticos: ¿Hasta qué punto es justificable sacrificar vidas individuales por el bien colectivo? En Dune: La Profecía, la visión apocalíptica de Valya, “la verdad ardiente”, representa tanto una advertencia como un recordatorio de que el poder sin control puede ser destructivo.
Desmond Hart y la profecía del episodio 1 de Dune: La Profecía
Como inventora de la Voz y protegida de la Madre Superiora Raquella, Valya es la heredera natural del puesto más alto de las Bene Gesserit. 30 años después, está claro que ha logrado que la orden avance en el control del Imperio.
Tras haber planeado que la Princesa Ynez (Sarah-Sofie Boussnina), hija del Emperador Javicco Corrino (Mark Strong) y heredera al trono Imperial, acepte estudiar para convertirse en hermana después casarse con el heredero de 9 años de la Casa Richese, Pruwet Richese (Charlie Hodson-Prior), Valya está cerca de lograr su objetivo de establecer una de las Bene Gesserit como la primera emperatriz del Imperio.
Pero la muerte de Pruwet – así como de Bene Gesserit asignada a la Casa Corrino, la Reverenda Madre Kasha (Jihae) – a manos de Desmond Hart (Travis Fimmel), un soldado dado por muerto en el ejército del Emperador Corrino que regresó de Arrakis con un “gran poder”, le indica a Valya que “la verdad ardiente” profetizada por Raquella finalmente está siendo revelada.
“Desmond está vinculado a la profecía que de alguna manera da inicio a la serie”, dijo Schapker a IGN. “Realmente es un misterio para la serie. Y quién o qué lo empoderó es uno de los misterios centrales que nuestras hermanas tienen que descubrir”.
La Hermandad Bene Gesserit, tanto en La Hermandad de Dune como en Dune: La Profecía, sirve como un espejo de los dilemas humanos: la búsqueda del poder, el control sobre el destino y los sacrificios necesarios para lograr un ideal. Mientras que Raquella encarna la esperanza de un futuro mejor, Valya representa los peligros del pragmatismo desenfrenado. El libro y la serie brindan una comprensión profunda del papel de la Hermandad en el universo de Dune, conectando el pasado con el presente y mostrando cómo las decisiones de ayer moldean el porvenir.
Dune: La Profecía está disponible en HBO y Max.