El Origen de la Sangre de Netflix está ambientada 1200 años antes de los eventos de The Witcher. La precuela da contexto a muchos misterios de la serie original, en especial los que rodean a Ciri. Sigue la historia de los Siete que lucharon contra el gran poder de Xin’trea y su ejército en busca de venganza y justicia. La miniserie explora las historias de fondo de todos estos personajes, al tiempo que arroja información sobre el pasado, ampliando la línea de tiempo del universo de The Witcher cuando presenta la historia de Solryth.
Solryth fue una emperatriz elfa que es conocida por marcar el comienzo de la Edad de Oro de los elfos en El Continente. Ella nunca aparece en El Origen de la Sangre porque su historia es parte de otra línea de tiempo. Llegó alrededor de 1500 años antes de la época de Merwyn y fue esencialmente la fuerza que acabó con los enanos, empujándolos al mismo estado en el que se encontrarán los elfos en los próximos mil años cuando los humanos tomaran el control.
Antes de que los elfos gobernaran las tierras, El Continente estaba bajo el mando de los enanos. Eran conocidos por crear cosas únicas como los monolitos, que eventualmente se convirtieron en instrumentos mágicos peligrosos en los eventos de El Origen de la Sangre y The Witcher. Solryth era una guerrera elfa que encontró su camino hacia El Continente después de tener conflictos desconocidos en sus tierras. Los cometas gemelos en el cielo se convirtieron en su brújula y la llevaron a su nuevo reino. Es por ella que fueron nombrados y llegaron a ser conocidos como los Ojos de Solryth.
Una vez en El Continente, Solryth y sus ejércitos arrasaron con los enanos y los obligaron a abandonar sus propias tierras. Con su brutalidad, acabó con generaciones enteras de la especie, lo que tendrá consecuencias a lo largo del tiempo: cuando ocurren los eventos de El Origen de la Sangre, los enanos son casi una rareza en El Continente. Con ella como la nueva emperatriz, comenzó la Edad de Oro del gobierno de los elfos. Ella trajo el arte y la cultura de los elfos a sus nuevos reinos y destruyó la cultura enana previamente establecida.
Por muy buenas que fueran las cosas bajo el gobierno de Solryth, las cosas empeoraron cuando ella murió. A falta de un sucesor capaz de estar a su altura, El Continente se dividió en tres reinos, que han estado en guerra entre sí desde entonces. Estas guerras no han traído más que pobreza y hambre a la gente de los reinos, pero el ego de los gobernantes ha mantenido viva la lucha durante tantos siglos. Al comienzo de El Origen de la Sangre, el hermano de Merwyn -el nuevo emperador de Xin’trea-, intenta poner fin a este conflicto forjando relaciones pacíficas con los otros dos reinos.
Merwyn, que ha leído bastante sobre la historia, adora a Solryth. Ella sueña con marcar el comienzo de otra era dorada para los elfos, al igual que lo hizo Solryth. Cuando se entera de los otros mundos, a los que Sage Balor accede a través de los Monolitos, Merwyn se da cuenta de que tiene la misma oportunidad que tuvo Solryth. Hay tierras extranjeras indómitas por ahí, y al igual que Solryth conquistó El Continente, Merwyn sueña con llevar las cosas un paso más allá y conquistar otros mundos.
Este deseo de convertirse en la próxima Solryth es lo que impulsa a Merwyn a ser parte del golpe de estado que conduce a la muerte de su propio hermano. Ella quiere ser reverenciada como una heroína y quiere ser conocida como alguien que salvó a los elfos de la muerte y la destrucción. Ella quiere “civilizar” los otros mundos con la cultura élfica y esto es lo que la empuja a hacer cosas indescriptibles. En este contexto, incluso cuando Solryth hace mucho que desapareció, su legado sigue vivo e inspira a personas como Merwyn a crear sus propios esquemas retorcidos.
The Witcher: El Origen de la Sangre ya está disponible en Netflix.