En el episodio 8 de Shōgun, Lord Yoshii Toranaga (Hiroyuki Sanada) y su séquito llegan a Edo después de que el líder aceptara rendirse ante Ishido y el resto de Regentes (episodio 7). El final está cerca y la derrota burocrática decretada con resignación por Toranaga genera malestar entre sus principales asesores.
En una de las escenas más intensas de Shōgun hasta el momento, Toda Hiromatsu (Tokuma Nishioka) desafía la decisión de su Señor: fiel al fetichismo por el honor de la cultura feudal japonesa, trata de convencerlo de no rendirse sin pelear. A sus palabras le agrega una dosis de drama, casi un chantaje emocional: cometerá seppuku si no cambia de opinión. Toranaga es inflexible: Cielo Carmesí significaría más sangre derramada, un suicidio colectivo dictado por el orgullo familiar que terminaría perjudicando al heredero y a Japón. Sólo desea una muerte pacífica.
Toda Hiromatsu continúa su teatro de la muerte personal: ordena ser secundado por su hijo, Toda Buntaro, que pide morir junto a su padre, pero le es negado el honor. Shōgun ya había presentado el seppuku -el suicidio ritual japonés- muchas veces, pero el del episodio 8 se siente diferente: Hiromatsu y Toranaga son amigos de toda la vida, y la efectividad de la escena es un testimonio de la capacidad de la escritora, Shannon Goss, y del director, Emmanuel Osei-Kuffour, para manejar la tensión como si se tratara de dos hombres midiéndose el orgullo. Ninguno de los dos va a ceder. El punto de no retorno es la muerte.
Buntaro corta la cabeza de su padre, pero la muerte de Hiromatsu significa otra cosa de lo que parecía.
El seppuku de Toda Hiromatsu en el episodio 8 de Shōgun
Después de una intensa discusión entre Toda Hiromatsu y Toranaga sobre aceptar o no los términos de Ishido, algunos de los hombres de confianza de Toranaga se niegan a firmar su rendición. Su papel es aconsejar a su Señor y no entregarse a la muerte en Osaka: la lealtad está legislada por el honor, y morir aceptando el decreto de una conspiración en el centro del juego de poder por el gobierno de Japón es quitarle su base simbólica: es convertir la lealtad en un significante vacío.
Antes de cometer seppuku, Toda Hiromatsu le dice a Buntaro: “No renuncies a nuestro Señor. Incluso si parece haber renunciado a sí mismo”.
Pero el final del episodio 8 de Shōgun revela que todo fue una puesta en escena. Como compañero de toda la vida, Hiromatsu sabía que Toranaga en realidad no planea rendirse ante Ishido en Osaka, pero necesita hacerle creer al gerente que acepta su derrota. El acuerdo entre los dos amigos pudo haber sido explícito o tácito, pero poco importa. El resultado es el mismo: el dolor por una muerte que jugará un papel clave en la estrategia de Toranaga.
Toranaga incluso finge una enfermedad que no le permite ir al funeral de su propio hijo, Nagakado, que murió intentando a asesinar a Nobutatsu, el medio hermano de Toranaga que lo traicionó por el puesta vacante en el Consejo de Regentes (episodio 7). Por último, envía a Osaka al sacerdote portugués Martin Alvito (Tommy Bastow) -después de entregarle una parcela de tierra para construir una Iglesia católica en Edo, como le había prometido- para que cuente lo que había presenciado: el pedido de Toranaga a todos sus hombres de firmar un documento en el que se comprometen a no desafiar su decisión de rendirse.
El cocreador de la serie, Justin Marks, abordó el seppuku de Hiromatsu en el podcast oficial del programa:
Creo que hay muchas capas para observar esta escena. Habiendo trabajado muy de cerca con los dos actores centrales y el director, puedo hablar de lo que intentamos. Takuma-san, que interpreta a Hiromatsu, tuvo una gran idea en el último minuto para ajustar esta escena: poner a esos tres generales llevando armadura como demostración de protesta. En un funeral, que es un fenómeno histórico muy común en esa época, se encuentran en esta posición en la que van a tomar una clara postura.
Takuma-san quería interpretar el seppuku de Hiromatsu como una elección para que se les perdone la vida. Porque si pudiera hablar con su señor y morir en su lugar, entonces ellos no tendrían que suicidarse. Así que lo hace antes de que puedan hacerlo, como un gesto humano hacia estos tres hombres que le han servido a él y a Toranaga todo este tiempo.
Por eso, hay un gran momento en la escena, donde Toranaga está en estado de shock, porque no tiene intención de que su amigo hiciera esto. Yo no creo que Hiromatsu supiera que Toranaga quería que estos generales cometieran seppuku para mostrar a sus enemigos que se había rendido y que no tenía esperanzas, ¿verdad? Pero para que esa narrativa sea perfecta, su general más preciado tenía que hacerlo.
Qué significa la muerte de Hiromatsu para el futuro de Shōgun
Hay lágrimas en los ojos de Toranaga: no sólo porque ha sido amigo de Hiromatsu durante toda su vida (el flashback del episodio 7 los muestra juntos en la primera batalla ganada por Toranaga a los 12 años), sino también porque la muerte de Hiromatsu es otro de los sacrificios que debe realizar para tener una oportunidad de ganar la guerra.
Toranaga comprende lo que Hiromatsu estaba dispuesto a hacer, pero su muerte es una forma de darle una verosimilitud concluyente a su estrategia. Conocido por su inteligencia y su secretismo, Ochiba-no-kata (Fumi Nikaido) dice durante el episodio 8 de Shōgun que sólo estaría segura de la derrota de Toranaga cuando le trajeran su cabeza.
En el final del episodio, Toranaga le explica su táctica a Lady Mariko (Anna Sawai): Toda Hiromatsu sabía lo que tenía que hacer para ayudarlo. Su sacrificio fue necesario. Con las muertes de Hiromatsu y Nagakado, Toranaga ya ha perdido demasiado: no se rendirá sin dar pelea.
Shōgun está disponible en Star+.