Crítica Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte 1
Cuando en 1996 Brian de Palma estrenó la primera película adaptando la popular serie de TV de décadas pasadas, nadie pudo imaginar que el filme sería el puntapié inicial de una exitosa saga cinematográfica que pondría a su protagonista, Tom Cruise, dentro de ese panteón de leyendas del cine de acción. Tom, quien realiza sus propias escenas de acción sin dobles de riesgo. Tom, quien salvó al cine después de la pandemia con la ultra exitosa Top Gun: Maverick.
Y así llegamos a 2023 con la séptima entrega de la franquicia: Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte 1, dirigida por Christopher McQuarrie, quien ya ha dirigido las dos películas anteriores de la saga Rogue Nation y Fallout, y es un viejo conocido de Tom Cruise, ya que han trabajado juntos en varios proyectos en el pasado.
La historia comienza con un ciberataque a una poderosa inteligencia artificial que controla la computadora de mando de un submarino ruso considerado indetectable. Como resultado de este sabotaje, el submarino es hundido en la fosa más profunda del océano en el Mar de Bering.
Lo que nadie tuvo en cuenta es que la inteligencia artificial -conocida como La Entidad– utilizó ese ataque para rebelarse y escapar, transfiriendo todo su código fuente vital a la computadora central del submarino, que se encuentra en un compartimento capaz de soportar las altas presiones de las profundidades, y refugiándose de cualquier alcance humano en lo más profundo del mar.
El destino de la humanidad está en juego, ya que la inteligencia artificial comienza a invadir, alterar y controlar las redes mundiales de comunicaciones, bancarias y de seguridad. Las agencias occidentales, alarmadas por esto, buscan las dos mitades de una llave de acceso a la cámara de la computadora del submarino hundido que el mar arrastró junto con los cadáveres de los oficiales rusos.
Las llaves ya están en el mercado negro, entre traficantes de armas y otros poderes oscuros que disputan su posesión.
Pero el objetivo de las agencias occidentales dista mucho de tener buenas intenciones, no buscan la llave para destruir a la inteligencia artificial. Todo lo contrario, quieren asegurarse de poder controlarla para que sean ellos quienes manipulen y controlen a la humanidad en los próximos siglos.
Y aquí entra nuestro héroe, Ethan Hunt, quien no ve con buenos ojos estas intenciones, en las cuales su propia organización, la IMF, está involucrada, y actúa por su cuenta junto a su equipo (y una eventual ladrona de guante blanco) para detener todo esto. Pero aún más cuando un viejo enemigo de su vida anterior a la IMF se presenta actuando como un agente al servicio de la inteligencia artificial, provocando caos y destrucción a su paso.
La premisa de Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte 1 se centra en algo que está en boca de todos en la actualidad: las inteligencias artificiales, el poder que pueden desarrollar y su peligrosidad en caso de mal uso o, peor aún, si toman el control de nuestra sociedad globalizada, donde todo está a solo un clic de distancia.
Muchas de las cosas que suceden en Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte 1 nos hacen sentir como si estuviéramos viendo algo que roza la ciencia ficción de Philip K. Dick, Black Mirror o, en el campo de los videojuegos (los buenos), al mismísimo Hideo Kojima en su Metal Gear 4, donde el gobierno mundial, la economía e incluso los conflictos bélicos eran decididos y controlados por un trío de inteligencias artificiales.
Lejos de Skynet, que en Terminator demostraba sus intenciones al bombardear el mundo con armas nucleares para exterminar a sus creadores, aquí la amenaza es más sutil: es el control invisible, aquel del cual no nos damos cuenta y seguimos con nuestras vidas pensando que somos libres y que nuestras decisiones son nuestras.
Más allá de que las llaves sean el McGuffin, no sirven de nada si no se sabe exactamente en qué punto de las profundidades del mar está físicamente resguardada la inteligencia artificial. Porque más allá de eso, es un enemigo invisible pero que está en todas partes, casi de manera omnipresente, alterando el control de todo, incluso las probabilidades algorítmicas, y ese es un aspecto que el guion no deja de lado, volviendo la historia más interesante con giros y complicaciones inesperadas.
La acción en Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte 1 es trepidante, dinámica y no decae, algo que McQuarrie ha demostrado desde que tomó la dirección de la saga. Tom Cruise busca desafíos cada vez más extremos en sus escenas, buscando la autenticidad más allá de la espectacularidad, lo cual es un punto a favor que siempre tendrá.
Además, muestra a un Agente Hunt más maduro, cargando el peso de algunas malas decisiones en el pasado. Rebecca Ferguson vuelve a interpretar a Ilsa Faust, la implacable compañera de Hunt, de manera sólida, y Hayley Atwell sorprende realmente como una mujer de acción al interpretar a Grace, una ladrona de guante blanco que no tenía idea de la magnitud de la aventura en la que se estaba metiendo.
Ving Rhames y Simon Pegg repiten sus roles como compañeros y apoyos de Hunt, aportando toques de humor para aliviar la tensión en ciertas situaciones límite. Y para finalizar, Esai Morales interpreta a Gabriel, ese fantasma del pasado de Ethan Hunt, quien lidera un grupo de mercenarios que trabajan para la inteligencia artificial, donde Pom Klementieff interpreta a su lugarteniente, la mortal Paris.
La historia de este primer capítulo se resuelve en gran parte y no deja la sensación de que aún falta media película (¿alguien mencionó Dune: Parte 1?), pero deja el cliffhanger servido para la próxima y última entrega de la saga, proyectada para ser estrenada en junio de 2024.
Misión: Imposible – Sentencia Mortal Parte 1 está disponible en Paramount+.