¿Polémica? ¿recast? ¿cumplirá o será un fracaso? Todos estos interrogantes surgen cuando se habla de Animales Fantásticos: Los Secretos de Dumbledore. Como parte de una franquicia con dos entregas que apenas satisfacen las expectativas de los fanáticos, la tercera parte -de la que se espera que aumente el interés del público- atravesó un infierno en su proceso de desarrollo: el pedido de Warner Bros a Johnny Depp para que renuncie a su papel como Grindelwald, el recast de Mads Mikkelsen, la pandemia, problemas legales y de conducta que atraviesa Ezra Miller. Sin embargo, esta es una película que pertenece al Wizarding World y todas esas preguntas tienen una respuesta.
Los Secretos de Dumbledore logra establecer una línea narrativa más ordenada que su predecesora (The Crimes of Grindelwald, David Yates, 2018). Nos encontramos con el magizoólogo Newt Scamander (Eddie Redmayne) liderando un grupo heterogéneo para enfrentar al poderoso mago Grindelwald (Mikkelsen) en las próximas elecciones de La Confederación Internacional de Magos y así evitar una guerra entre magos y muggles.
El equipo improbable está conformado por Lally Hicks (Jessica Williams), una profesora de Ilvermorny proveniente de una escuela de magia y hechicería norteamericana; Yusuf Kama (William Nadylam), un mago de una familia de sangre pura senegalesa muy antigua y medio hermano de Leta Lestrange; el hermano de Newt y jefe del Ministerio de Magia Británico, Theseus Scamander (Callum Turner); la ayudante del magizoólogo, Bunty Broadcre (Victoria Yeates) y el panadero muggle Jacob Kowalski.
Animales Fantásticos: Los Secretos de Dumbledore: magos, política y aventura
La historia de Animales Fantásticos: Los Secretos de Dumbledore nos lleva al pasado para develar los misteriosos hechos que rodean a la trágica muerte de Ariana Dumbledore. Línea narrativa que sirve tanto para presentar a Aberforth Dumbledore (Richard Coyle) -un jugador importante en la trama actual-, como para mostrar los motivos que determinaron la separación de Albus Dumbledore (Jude Law) de Geller Grindelwald. El título de la película no solo se refiere al personaje más poderoso del mundo de Harry Potter, sino que hace referencia a toda la familia, incluido Credence.
En la puesta en escena y los efectos especiales están los puntos fuertes del film: podemos ver grandes ciudades, de China a Gran Bretaña, de Nueva York a Alemania, hasta los Alpes austríacos, además de la mística escuela de magia de Hogwarts. Estos lugares están fielmente retratados gracias a la dirección de fotografía de George Richmond y del diseñador de producción Stuart Craig. El escenario de La Conferencia de Magos recuerda a la Alemania Nazi de Hitler y la tensión política se siente durante todo el relato. Las elecciones de magos hace un paralelismo con la política actual.
Eddie Redmayne entrega una gran actuación como Newt Scamander. Retrata la evolución del personaje que ya no se deja dominar o seguir sin objeciones a Dumbledore, lo que hace que compita con Albus y Grindelwald en cuanto al rol protagónico, algo que había perdido en la entrega anterior. El magizoólogo destaca en todas sus escenas.
Por su parte, Jude Law como Dumbledore es magnífico, como ya lo había demostrado, mostrando una faceta del gran mago que aún está lejos de la sabiduría y poder que tendrá en el futuro y al que todavía falta muchas aventuras por vivir. Las interacciones con su hermano y el personaje de Credence son maravillosas, sumado a la química que tiene con el Grindelwald de Mikkelsen.
Mads Mikkelsen, en nuevo Grindelwald de Animales Fantásticos
Yendo al gran interrogante de la película ¿Mads Mikkelsen es un mejor Grindelwald que Johnny Depp? La respuesta es un sí: Mikkelsen entrega a un gran Grindelwald, con un tono más oscuro, político y maquiavélico: un uso del carisma que lo hace resaltar como una verdadera amenaza hacia el mundo mágico y se ajusta con la historia que quiere contar la película. Resalta por sus acciones y estrategias políticas y no por sus acciones en batallas: es astuto antes que guerrero. Junto a Law desbordan una empatía que logra hacernos entender, con solo un par de miradas, esa complejidad de sentimientos que compone su relación.
Uno de los errores más evidentes de Los Secretos de Dumbledore es dejar de lado a las criaturas fantásticas. Está Pickett el bowtruckle y Teddy, el escarbato que siempre en busca de objetos brillantes que son los compañeros constantes de Newt, además de la aparición de voraces mantícoras, una criatura voladora que cambia de forma llamada Wyvern y la noble criatura mágica Qilin, que tiene un papel fundamental. Pero más allá de estos personajes, los animales fantásticos se sienten escasos.
Animales Fantásticos: Los Secretos de Dumbledore es una historia de magos, política y aventura, la más concreta y entretenida de la saga, la que logra corregir algunos defectos de sus antecesoras, aunque repite tramas innecesarias de personajes y algunos sin sentidos. Aún así consigue cumplir con las expectativas. Sin tener muchas batallas asombrosas de hechicería -pero las que hay destacan por sus efectos y por todo el misticismo del mundo mágico- la hacen perfecta para disfrutar para los fans de Harry Potter.
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