El buen cine termina con un signo de interrogación. El final de Challengers (Desafiantes) es épico, intenso, se siente vivo. Es la emoción de estar a un paso de la gloria o el aniquilamiento. Art (Mike Faist) y Patrick (Josh O’Connor) se enfrentan en un partido de tenis soberbio y cambiante, mientras Tashi (Zendaya) observa desde la tribuna. El resultado determinará el futuro de la vidas de los antiguos amigos y de la novia / esposa / amante compartida.
La película se centra en el triángulo amoroso y las dinámicas de poder que promueven los personajes, con un final que corta abruptamente el partido antes de revelar al ganador. Luca Guadagnino termina la película no con un punto de partido, sino con un abrazo accidental, tal vez intencionado, en el aire sobre la red. Un abrazo que une a los hombres, que es más orgásmico que cualquier sexo que vemos en la película.
Un abrazo que desafía la física y las reglas del tenis. Es excitante y ridículo. Pero es imposible terminar una película de esta naturaleza de otra manera. Cualquiera de los dos hombres derrotando al otro habría sido anticlimático: Tashi no es en realidad el trofeo que dicen estar persiguiendo. El abrazo deja en claro que dos de los tres personajes están enamorados. Y esa es la esencia de Challengers: la historia de una mujer que se excita al orquestar encuentros eróticos entre los hombres que la aman.
El final de Challengers, según el guionista de la película
Según el guionista Justin Kuritzkes, la película termina en el punto perfecto. En una entrevista con Today, escritor debutante explicó que el final de Challengers fue una forma que la audiencia haga catarsis, y señaló que lo importante es lo que significa el partido y el momento para los personajes.
“La pregunta de ¿quién gana el partido? me parece totalmente irrelevante. Challengers termina en el momento en que todas sus cartas están sobre la mesa. En muchos sentidos, esta es una película sobre personas que sólo pueden expresar sus sentimientos en una cancha de tenis; a través de la acción y del juego. Hay tantas cosas que quieren decirse, hay tantas cosas que quieren entender. Quieren reconocerse en el otro, pero sólo pueden acceder a su intimidad cuando están jugando. Tashi sólo quiere un poco de buen tenis. Creo que, al final, de repente, están jugando al nivel que ella pretendía”.
Kuritzkes agregó: “Art y Patrick están jugando un papel importante, y de alguna manera Tashi también lo está haciendo. Así que la película termina. Esas personas existen en el momento en que las conocemos y dejan de existir en el momento en que nos vamos… Voy al cine para que me empujen hacia un momento de catarsis, o un momento de revelación, o algo así. Eso es lo que busco: ese momento. Ese momento debería sentirse como una ráfaga de viento. Una vez que te golpea, obtienes lo que buscabas”.
El final de Challengers es sobre el deseo de los protagonistas
Challengers no es una película sobre sexo, sino sobre el deseo, con personajes que traducen su frustración deportiva en frustración sexual.
Los personajes de Challengers están totalmente dedicados al tenis. Habiendo pasado tantos años de su vida entrenando y luchando por una oportunidad de convertirse en figuras del deporte, sus relaciones se basan en el juego. El triángulo amoroso central está alimentado por sus componentes humanos: son obstinados, imprudentes y desesperados, cada uno a su manera y en distintos grados de conciencia. Sus fracasos no son únicos, pero la forma en que se manifiestan sí lo es, y particularmente para Tashi, el autosabotaje parece ser un efecto secundario de nunca poder obtener lo suficiente de lo que sea que quiera.
Tashi es una mujer que ha soportado muchas cosas para llegar a donde está y, en última instancia, todavía se ve obligada a vivir a la sombra de un hombre, sin importar cuánto lo ame. Y sin importar cuánto la ame él. Porque Art está loco por su esposa y haría cualquier cosa para hacerla feliz.
El caso es que Tashi no está tan segura de querer ser feliz. El buen tenis no es feliz. Tashi quiere pelear. Quiere ser la mejor. Quiere tener el mundo que le negaron cuando la obligaron a abandonar su sueño antes de que estuviera a su alcance. Patrick le recuerda ese fuego: es arrogante, malintencionado y egoísta, pero tiene talento y es perceptivo. La forma en que ve a Tashi no podría ser más diferente de la forma en que su marido la ve a ella.
Y luego está la forma en que Art y Patrick se ven el uno al otro: mejores amigos de la infancia y compañeros de dobles convertidos en rivales amorosos. Hay una corriente de tensión sexual latente entre ellos. El partido de tenis del final de Challengers se convierte en un recordatorio de lo que solían ser.
Durante una conversación con Patrick, Tashi describe el tenis como una “relación entre dos personas”. El tenis unió al grupo de amigos, pero también provocó constantes peleas internas. Después de la lesión de Tashi y el desarrollo de sus carreras profesionales, su disfrute del deporte se vio empañado por la pérdida de sus amistades. El partido final de Challengers les da la oportunidad de reconectarse: Luca Guadagnino explicó que la cámara subjetiva que sigue a la pelota representa el deseo de los protagonistas.
Art y Patrick dedicaron mucho tiempo a prepararse antes del clímax, pero lo más importante fue su preparación emocional. El ganador es irrelevante. Las conexiones románticas y platónicas proporcionaron el desarrollo de los personajes más que el juego en sí. En cambio, Tashi, Patrick y Art pueden jugar un último partido metafórico juntos, que es lo que Kuritzkes buscaba con el final de Challengers.
Challengers está disponible en Prime Video.