No es sólo cine-memoria: Argentina, 1985 es una excelente película con pulso de thriller que captura la atmósfera saturada de una época, la amenaza fantasma de los militares que se traduce en un terror inconcreto que persiste en el país, y se materializa sobre la existencia del fiscal Julio Strassera, su familia y sus colaboradores. La película de Santiago Mitre fue nominada a la Mejor Película Internacional, y competirá con la favorita All Quiet on the Western Front (Alemania) -que obtuvo 9 nominaciones-, Close (Bélgica), The Quiet Girl (Irlanda) y EO (Polonia).
Argentina 1985 competirá por el Oscar en el rubro Internacional
La sorpresa en la categoría fue que una fuerte candidata al premio quedara fuera de la selección: Corsage (Austria), la versión descarada de Sissi de Marie Kreutzer, en la que la emperatriz se convierte en un ícono anarco-pop. Otras películas que sonaban fuerte para el premio que no están ternadas son la coreana Decision To Leave del genial Park Chan-wook, el thriller sobre la relación entre la misoginia y la religión en Irán de Holy Spider (Ali Abbasi), la francesa Saint Omer de Alice Diop y el trip surrealista de Alejandro González Iñárritu Bardo.
Por el lado incongruente de la selección, Irlanda hizo historia al conseguir su primera nominación al Oscar en la categoría de cine internacional: The Quiet Girl, el aclamado drama del escritor y director Colm Bairéad dejó afuera de la categoría a The Banshees of Ineshirin (Los Espíritus de la Isla), candidata a 9 premios, incluido al de Mejor Película.
Otra candidata a Mejor Película no estará en el rubro internacional: la sueca Triangle of Sadness (Triángulo de Tristeza, Ruben Östlund), ganadora de la Palma de Oro en Cannes, una delirante actualización de la lucha de clases en clave lisérgica.
Argentina competirá por el tercer Oscar de su historia, luego de los conseguidos por La Historia Oficial (Luis Puenzo) en 1985 y El Secreto de sus Ojos (Juan José Campanella) en 2009.
Los Oscar son impredecibles: la corrección política, la política misma y lo inclusivo se mezclan con la calidad cinematográfica. Los pronósticos son siempre imprecisos y dependerá del clima ideológico que domine la ceremonia. Después de obtener el Globo de Oro, Argentina, 1985 tiene buenas posibilidades de ganar el Oscar por sus propios méritos artísticos: es un relato preciso a la altura del suceso que narra, que se adentra en la introspección de un país enigmático y en el círculo interno del infierno como un testigo del recuerdo de la muerte.
Pero la gran candidata con 9 nominaciones (Sonido, Banda de Sonido, Guion Adaptado, Maquillaje, Diseño de Producción, Fotografía, Mejor película) es la alemana All Quiet on the Western Front (Sin Novedad en el Frente).
La película de Edward Becker no muestra la guerra como una fábrica de héroes sino como el suicidio asistido y obligatorio de millones de jóvenes decretado en nombre del Káiser, de Dios y de la Patria. No hay épica, hay patetismo. No hay un combate de buenos contra malos sino una histeria homicida sin sentido. Sin Novedad… tiene un discurso pacifista, pero le basta con poner en escena un infierno hiperrealista hecho de barro, balas y sangre para ser un alegato irrefutable contra la violencia primitiva del ser humano utilizada por la política.
A la película alemana le puede ser perjudicial la postura anti Netflix de la Academia, como le pasó a The Power of the Dog (El Poder del Perro, Jane Campion) el año pasado: candidata en 11 categorías de la que ganó solo una (Mejor Dirección). Una ceremonia en la que prevaleció lo inclusivo y se premió una película mediocre como CODA (Siam Heder).
Argentina, 1985 y All Quiet on the Western Front son dos películas muy diferentes y con fuertes mensajes humanísticos que parecen sobresalir sobre el resto de la terna. Habrá que esperar al 12 de marzo para saber el resultado.