Cada episodio de Animatrix (2003) tenía su estilo característico, desde la animación por ordenador hasta el manga abstracto y psicodélico, pasando por una estilo más comercial. Fue un éxito, en parte por las campañas de publicidad que ponían al primer episodio como el inicio de lo que sería la segunda parte de la trilogía original: The Matrix Reloaded.
The Matrix Comics partía de la misma idea: una serie de relatos cortos planteados en algún momento de la cronología de Matrix. De cada historia se hizo cargo un equipo creativo distinto, de manera que podemos ver y leer todo tipo de estilos aplicados al mismo concepto: el de la máquina controlando al hombre. La variedad es uno de los puntos fuertes del libro, y aunque nos pueden gustar unas historias más que otras, todas tienen un alto nivel.
Pero fue la historia corta guionada por las propias Wachowski la de mayor importancia para el Universo Matrix: Bits and Pieces of Information -que más tarde dio paso a The Second Renaissance (El Segundo Renacimiento) en Animatrix-. Ambas narraciones nos plantean una interesante pregunta: ¿Quién empezó la guerra?
La historia de Animatrix: El Segundo Renacimiento
Cuando los humanos crearon la primera inteligencia artificial sensible, el mundo estaba bastante de acuerdo con la idea y de inmediato comenzó a construir androides capaces de pensar de manera consciente e independiente para hacer todo el trabajo que no querían hacer. Las cosas salieron bien por un tiempo. La gente vivía una vida de lujo mientras su mano de obra mecanizada hacía el trabajo pesado.
Un robot en particular, llamado B1-66ER, estaba haciendo sus rondas, trabajando para un millonario llamado Gerrard Krause, cuando escuchó a Krause decir que planeaba desmantelarlo. Temiendo por su vida, atacó y mató a Krause. Fue la primera vez que una máquina se volvió contra su dueño.
B1-66ER fue sometido a juicio. A pesar de su alegación de legítima defensa, el tribunal lo declaró culpable y ordenó que toda su línea de producción fuera retirada y desechada. Una protesta liberal por los derechos de las máquinas se convirtió en una serie de disturbios, sofocados con fuerza letal por los militares, y pronto los robots se quedaron sin aliados humanos.
Mientras que los gobiernos de la Tierra se concentraron en matar a los simpatizantes humanos de las máquinas -que vemos representados en Animatrix: Parte 1 de El Segundo Renacimiento–, los robots se dirigieron a Mesopotamia para tratar de encontrar su propio espacio. Llevaron a esa casa toda la metáfora bíblica que solo se insinúa en las películas.
Las máquinas crearon una nueva ciudad, a la que llamaron 01. Hubo un período de coexistencia pacífica con los humanos. Sus avances tecnológicos e industriales los convirtieron en contribuyentes cruciales para la sociedad humana. A través del comercio con sus viejos amos, pronto se erigieron como la economía más poderosa del planeta.
Con la esperanza de aprovechar su dominio hacia la paz, los habitantes mecánicos de 01 se acercaron a las Naciones Unidas y solicitaron que se les reconozca como una nación soberana. Pidieron ser aceptados como iguales, con las mismas libertades y derechos que la humanidad. Sin embargo, los humanos, decidieron no solo negar la solicitud de 01, sino también bombardear la ciudad de las máquinas con armas nucleares, con la esperanza de deshacerse de las formas de vida artificial inteligente de una vez por todas. A pesar de causar bajas masivas, el ataque nuclear no pudo destruir totalmente 01. Comenzó la Guerra de Máquinas, que vemos en la Parte 2 de El Segundo Renacimiento.
“LAS LLAMADAS SOCIEDADES CIVILES DE LA HUMANIDAD PRONTO FUERON VÍCTIMAS DE LA VANIDAD Y LA CORRUPCIÓN. ENTONCES EL HOMBRE HIZO LA MÁQUINA A SU PROPIA SEMEJANZA. ASÍ, EL HOMBRE SE CONVIRTIÓ EN EL ARQUITECTO DE SU PROPIA DESAPARICIÓN”.
Animatrix – El Segundo Renacimiento
La guerra entre humanos y máquinas en Animatrix: El Segundo Renacimiento
Pronto, la mayor parte de África, Europa y Asia estuvo controlada por computadoras militantes. Las cosas parecían sombrías para los humanos, quienes desesperados por una victoria, atacaron lo que creyeron que era el talón de Aquiles de sus enemigos. A pesar de todos sus avances, las máquinas todavía funcionaban principalmente con energía solar. La Operación Tormenta Oscura liberó nubes de nanonito, bloqueando la luz del sol para siempre.
¿Miopes? Demasiado. Toda la vida en la Tierra comenzó a extinguirse. A pesar del bloqueo, las máquinas comenzaron a desarrollar soldados más avanzados. Dejaron de producir cuerpos antropomórficos y comenzaron a crear instrumentos de guerra de aspecto alienígena, similares a los Centinelas que se vieron por primera vez en The Matrix.
Para 2199, los humanos ya no podían continuar con la guerra. Invitaron a un embajador de las Máquinas ante la ONU, y todas las naciones restantes de la Tierra firmaron un acuerdo para rendirse. El embajador anunció que todos los humanos en la Tierra entrega rían su cuerpo a sus nuevos señores robots, luego explotó un dispositivo nuclear oculto, matándose a sí mismo y a todos los líderes de la raza humana y diezmando Nueva York.
Con la humanidad humillada, las máquinas estaban en su siguiente punto: la pérdida del sol los había dejado con la necesidad de crear una nueva fuente de energía. Durante la guerra, habían comenzado a experimentar con la cosecha de bioelectricidad de prisioneros de guerra humanos.
Construyeron rascacielos diseñados para albergar los cuerpos de las personas y recolectar su energía. Además, habían descubierto que la creatividad innata de los humanos ayudaba a lubricar las capacidades de procesamiento de su red informática. El problema era mantener a los humanos derrotados tranquilos y dóciles.
Con ese objetivo en mente, las máquinas diseñaron un programa llamado Arquitecto, cuyo propósito era crear un mundo virtual que mantuviera el cerebro humano funcionando y contenido. El Arquitecto hizo la primera Matrix: un paraíso literal. Tenía todas las características de una interpretación occidental clásica del mundo perfecto. Los primeros Agentes se construyeron para custodiar el programa. No hubo sufrimiento, dolor. La humanidad no toleró vivir en completa felicidad.
Para el Agente Smith, la gente no soportaba vivir en el bienestar absoluto porque dependía del sufrimiento para existir. El Arquitecto, en lo que se lee como un movimiento de ira, hizo una segunda Matrix, que operó como un infierno viviente, repleto de monstruos y demonios. Por alguna razón, a los humanos tampoco les gustó esto.
El Oráculo y la creación de la Matrix en El Segundo Renacimiento
Las máquinas crearon un programa para comprender las facetas de la psique humana. Conocido como Oráculo, concluyó que los problemas con los que se había encontrado el Arquitecto eran causados por la falta de oportunidad de tomar una elección propia, cosa que las anteriores versiones de Matrix le habían quitado a los humanos.
Con eso en mente, el Oráculo ayudó a diseñar una nueva Matrix. Simularía a la civilización en su apogeo, alrededor de los siglos XX y XXI. A los habitantes se les permitiría llevar una vida normal y sin complicaciones como ciudadanos de los días de gloria de la Tierra. Darle a la gente la ilusión de que de alguna manera estaban controlando sus propias vidas estabilizó la relación entre el cerebro y la simulación, y el programa dejó de experimentar todos los errores de su lanzamiento inicial.
Mientras tanto, el Merovingio, un remanente de una configuración de Matrix más antigua, comenzó a operar una especie de casa segura para programas exiliados.
Para evitar la eliminación, muchas máquinas obsoletas acudían a él en busca de protección, a menudo a cambio de su servicio. Se da a entender que los fantasmas de Reloaded, así como el resto de la facción merovingia, eran restos de la Matrix Infernal, mientras que Seraph -el protector del Oráculo- pudo haber sido uno de los guardianes angelicales de la primera construcción de la simulación. Incluso con todas las mejoras realizadas por Oráculo, Matrix todavía tenía fallas. Los errores iban a aparecer y, con el tiempo, se convertirían en problemas cada vez más grandes.
La figura de El Elegido en Animatrix
Para combatir el inevitable colapso del sistema, las máquinas comenzaron a introducir a una sola persona en cada nueva Matrix llamada “El Elegido”. Cada Elegido nacería hacia el final de un ciclo de la Matrix -aproximadamente cien años después de que había comenzado- cuando los fallos estaban comenzando a acumularse hasta el punto de ser incontenibles. Este individuo tendría dentro de sí mismo una compilación de cada anomalía en la programación de Matrix, y estaría dotado de habilidades espectaculares tanto dentro como fuera de la Matrix.
Al final de cada ciclo, El Elegido, a quien el Oráculo construiría como un salvador mesiánico predestinado para los fugitivos de la simulación, sería guiado a través de una serie de eventos que lo llevarían hasta el Arquitecto, quien luego lo reintegraría al código en la instalación de procesamiento central de las máquinas, los remanentes de 01 (conocido como la Fuente), restableciendo la Matrix y comenzando un nuevo ciclo.
Al Elegido se le diría que Sion, la fortaleza humana del mundo real, estaba a punto de ser destruida. Podría salvar a un pequeño puñado de humanos de Matrix y ayudarlos a comenzar de nuevo, o regresar a Matrix y pelear una batalla perdida, condenando a la humanidad a la extinción. Este proceso de cien años ocurrió cinco veces, y cada uno eligió salvar a quien pudiera y esperar que las cosas fueran mejor la próxima vez.