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Crítica Matrix Resurrections: El Otro Lado del Espejo

critica Matrix Resurrections
Crítica Matrix Resurrections | La película trabaja dos aspectos fundamentales: la identidad y el rol que cumplimos en nuestro propio mundo.
3/5

En 1999, las hoy conocidas como hermanas Wachowski, estrenaron en cines la segunda película de su carrera como directoras: The Matrix. Su premisa filosófica, mezclada con ciencia ficción, con un ritmo rápido e innovaciones en las técnicas de rodaje, la convirtieron en un clásico inmediato. Cuatro años después, su secuela partida en dos hacía historia como la primera franquicia en estrenar varias iteraciones en un mismo año, con el objetivo de que, de llegar a los premios Oscar, lo hagan como un producto íntegro.

The Matrix narraba la historia de Thomas Anderson, un hacker que tras ser contactado por un famoso miembro del hampa cibernética descubre que el mundo no era real, y que todos vivimos dentro de la Matrix, una realidad simulada por computadoras en un mundo futurista post apocalíptico regido por máquinas con inteligencia artificial. Neo (el seudónimo de Thomas en el mundo virtual) es el centro de una profecía que promete liberar a la raza humana del yugo de sus esclavistas.

En su primera entrega, Neo debería reconocerse a sí mismo como “El Elegido” (The One, anagrama para Neo) y en su secuela, debería cumplir con la profecía, acción que lo llevaría al parecer, a su muerte.

The Matrix Resurrections

A 22 años del estreno de Matrix, y 17 desde que vimos el cuerpo de Neo ser llevado por las Máquinas en su ciudad, nos encontramos de nuevo en la Matrix, para encontrar que Thomas continúa con vida, como diseñador de los videojuegos de… Matrix. Pero ¿cómo es esto posible?

Lana Wachowski se encuentra a la cabeza de este proyecto, con un guion trabajado junto a David Mitchell (Cloud Atlas, 2012) y Aleksandar Hemon, con quienes ha trabajado en el pasado para la serie Sense8 de Netflix. Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss vuelven a interpretar sus icónicos roles de Neo y Trinity, regresan viejos conocidos, y se suman muchas caras nuevas. Es imposible hablar mucho del argumento sin arruinar la experiencia a quien aún no la haya visto. Sin embargo, el guion es sólido, es meta, y hasta podría entenderlo hasta alguien que no haya visto las iteraciones anteriores.

Matrix Resurrections hace pie en dos aspectos fundamentales: la identidad y el rol que cumplimos en nuestro propio mundo. Para esto se valdrá de muchos conceptos que se han trabajado en películas anteriores como cuestiones superadas, pero resignificándolas a la realidad que vivimos actualmente. Y es un viaje muy propio, ya que entre 2003 y la actualidad, ambas hermanas Wachowski han transitado un cambio en sus vidas que las llevó a la identidad que tienen hoy en día.

La Matrix es un mundo simulado, y tiene que ser casi perfecto. Los conflictos vendrán desde el exterior y revolucionarán el mundo. No solo ha evolucionado la prisión digital, sino también fuera de ella es un mundo nuevo, consecuencia de los eventos de Revolutions. Sin embargo, no hay paz que dure para siempre, y ante el rumor de que Neo sigue vivo, Bugs (Jessica Henwick) que atestigua la presencia del Elegido, emprende un viaje para rescatarlo.

El primer acto busca responder todas las cuestiones de legado, explicando las conexiones con las anteriores películas y emulando el despertar que la original supo traer. Luego comenzará la búsqueda real, eso que a Neo aún le falta y el misterio más grande de todos: ¿Qué sucedió realmente con Trinity?

La dirección de Lana Wachowski es fuerte en todo lo referido al metalenguaje y al drama narrado, pero es un poco torpe en el momento de las secuencias de acción, que son difíciles de seguir. Sin embargo, la acción funciona como mero complemento, y el caos reina completamente durante esos momentos.

Para el interior de la Matrix se ha abandonado la saturación en verde por completo, y como casi todo sucede durante el día, el contraste que se genera con la realidad exterior se da mediante luces y sombras, aunque por momentos los mundos pueden llegar a mezclarse, como si uno de los mensajes del film fuera el de esa unidad. La fotografía fue realizada por John Toll (Braveheart 1995, The Last Samurai, 2003), que ya trabajó junto a las Wachowski en Cloud Atlas, y es maravillosa.

La música es otro aspecto importante de este mundo. Para esto, Lana trajo a Johnny Kilmek y a Tom Tykwer, con quiene tambén había trabajado en Cloud Atlas.

Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss mantienen la química que tuvieron, pero se exige mucho más a Reeves, ya que esta aventura requerirá que se adapte a un mundo que no reconoce, y que vuelva a descubrir habilidades que se creían perdidas. El elenco se completa Morpheus, y aquí hay que hacer una pausa. Hemos visto un gran recorrido entre estos dos amigos/compañeros en las primeras entregas, pero ahora, el motivo por el que no haya vuelto Lawrence Fishbourne, está justificado por completo a nivel argumental.

El nuevo enemigo a derrotar, llamado “El Analista” es no sólo una nueva amenaza, también es un reflejo de quienes han tomado el poder en el mundo actual, y tendremos a Jonathan Groff interpretando un rol muy especial y llevándose cada escena en la que aparece. Veremos volver viejos conocidos también como Pryanka Chopra Jonas quien interpretó a Sati en Revolutions, Jada Pinkett Smith como Niobe, y a Lambert Wilson que traerá un poco de su Merovingian. Matrix Resurrections es una aventura fantástica que llevará al espectador a despertar un poco más en el mundo. 

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