El episodio 3 de la temporada 5 de The Crown es uno de esos programas protagonizados por personajes periféricos a la monarquía. Primeros ministros, secretarias, amantes y personas que tendrán influencia en los acontecimientos futuros ya tuvieron su historia desarrollada durante la serie. Pero The Crown 5×3, Mou Mou, se parece más a un homenaje a todos aquellos trabajadores que dedicaron su vida a servir a la realeza, representados en Sydney Johnson, el hombre que fue durante más de 30 años el valet del duque de Windsor, Eduardo VIII.
Sydney había tenido un cameo durante la tercera temporada, cuando el príncipe Carlos hace una última visita a su tío, que está moribundo. Pero The Crown 5×3 es una demostración a escala de la serie, que utiliza la figura de Johnson para marcar las contradicciones y ambigüedades de los miembros de la realeza, en la que incluso uno con simpatías nazis, es capaz de momentos de humanidad.
Cómo The Crown representa la relación entre Mou Mou Al-Fayed y Sydney Johnson
El episodio hace un flashback a los años en los que el duque de Windsor (Alex Jennings) es gobernador de las Bahamas, donde toma a un adolescente Sydney (Josué Kekana) bajo su protección. En la vida real, Johnson comenzó a trabajar para el ex rey cuando cumplió 16 años, poco después de que el duque se mudara tras su abdicación. El verdadero Johnson atendió todas las necesidades de la realeza, viajó con él al extranjero y finalmente se mudó con el duque y su esposa a París, donde la pareja vivió su exilio en la mansión Bois du Boulogne. Sydney cuidó del duque en “Villa Windsor” hasta la muerte del ex rey en 1972.
Luego, Sydney (Jude Akuwudike) comenzó a trabajar como mesero en el hotel Ritz de París, que fue comprado y restaurado por el empresario egipcio Mohamed Al-Fayed, Mou Mou (Salim Daw), en 1979. A partir de ahí, Johnson fue contratado para trabajar como mayordomo de Fayed y lo ayudó a vivir su fantasía monárquica personal. Sydney y Mou Mou son dos personajes problemáticos, pero que representan la fascinación que genera la realeza en todos los estratos sociales y que es parte de que puedan seguir manteniendo sus privilegios.
Sydney es una especie de esclavo feliz, entregado totalmente a su amo, que lo trata con cariño y respeto. Parece un personaje salido de Gone With the Wind (Lo que el Viento se Llevó, 1939) o cualquiera de esos dramas de la Guerra de Secesión, en los que los esclavos eran representados como parte de la vida de sus dueños, que dependían totalmente de ellos para cualquier actividad básica, desde vestirse hasta comer. Pero si Hollywood utilizaba estereotipos racistas para mostrar a un esclavismo aséptico y beneficioso, Sydney demuestra que esos estereotipos también fueron personas reales, que disfrutaban de su servidumbre.
Por su parte, Mohamed Al-Fayed -el padre de Dodi, futura pareja de Diana y que será parte de la tragedia más impactante de la serie en la temporada 6– es un adolescente con ínfulas de empresario que desprecia a su padre por ser un vulgar trabajador, y se da cuenta de que ese mundo hecho de lujo, poder, cócteles y ostentación del “invasor que arrasó y humilló a su país” es el mundo al cual quiere pertenecer. Ya como un hombre mayor y multimillonario sospechoso, compra primero el hotel Ritz. Allí conoce a Sydney, quien tiene los secretos para convertirlo en un verdadero aristócrata.
Después de pagar 600 millones de libras por Harrods para poder sentarse al lado de la reina en una competencia de equitación que patrocina la tienda, en 1986 Mou Mou fue noticia internacional cuando arrendó por 50 años una “Villa Windsor” en ruinas y compró gran parte de su mobiliario. Sydney, de alguna manera, regresaba al que fue también su hogar. Durante los siguientes tres años, Al-Fayed gastó 14,4 millones de dólares en recrear la mansión en el apogeo de su opulencia. Johnson lo guió en el proceso de restauración y se aseguró de que cada detalle fuera correcto.
Mou Mou Al-Fayed y la muerte de Sydney Johnson
Cuando Al-Fayed completó la restauración en 1989, le dijo al New York Times que estaba fascinado con la historia de la abdicación del duque y sintió que era su “deber preservar algo que une la historia estadounidense y la británica en una hermosa historia de amor”. El empresario egipcio convirtió el piso superior en un apartamento privado para uso personal y planeó abrir el resto del edificio a académicos, historiadores y miembros de la familia real británica.
Fayed también reconoció públicamente a Sydney por su trabajo: “Sydney es un diccionario. Es un hombre muy culto. Sacó todas estas cosas de cajas, cajas fuertes y almacenes, y conoce su historia”. En la fiesta de inauguración de la mansión, Johnson se puso su librea escarlata para la ocasión y habló con orgullo a la prensa: “Me siento en la cima del mundo. La restauración es tan auténtica que espero ver a la duquesa bajando las escaleras y preguntando: ‘¿Qué aspecto tengo?’”.
The Crown 5×3 muestra a Al-Fayed preocupado y dedicado a Johnson enfermo y postrado en su cama: sus últimos días. Amo y esclavo cambian de rol. Semanas después de inaugurar la recién restaurada Villa Windsor, Johnson murió a principios de 1990. Aunque el Mou Mou real no habló sobre su propia relación con Sydney, ofreció su recuerdo del mayordomo en un comunicado a la prensa. “Él era verdaderamente un caballero de caballeros. Lo extrañaremos mucho”.