En Succession nada es real, y a la vez, todo lo es: los personajes y eventos de la serie de HBO son ficciones, pero no hace falta buscar demasiado para encontrar las figuras de la vida real que inspiraron la trama.
La familia Murdoch, encabezada por el magnate de los medios Rupert Murdoch, con su vasto imperio mediático, riqueza masiva y complicada política de sucesión, es uno de las claras influencias, y después de ver el episodio 2 de Succession temporada 4, El Ensayo, la línea entre la ficción y la realidad se vuelve aún más borrosa, particularmente en un momento.
Succession temporada 4, episodio 2
Cuando Logan Roy (Brian Cox) regresa al estudio de transmisión de ATN, caminando de un lado a otro, con anteojos de sol y mirada inquisitiva, antes de subirse a la una plataforma precaria hecha de cajas de papel para dirigirse a su personal, se convierte en el avatar ficticio de Murdoch.
Logan da un discurso incendiario, violento, que canaliza su manera de ver el mundo a través del prisma capitalista: “Quiero saber que estamos matando a la oposición. Quiero que les cortemos el cuello. […] Quiero que no puedan creer que decimos la verdad que todos saben pero nadie dice, porque son unos putos cobardes. Quiero construir algo más rápido, más ligero, más agresivo, más salvaje”.
¿Cuál fue la inspiración para la escena?
No es necesario ir demasiado lejos para encontrar la inspiración directa de la escena, que ocurrió en 2007 después de que News Corp. de Rupert Murdoch comprara Dow Jones, la editora de la empresa matriz de The Wall Street Journal, en un acuerdo de 5.000 millones de dólares.
El propio Murdoch viajó a la redacción del WSJ en Manhattan en la tarde del 13 de diciembre, mientras se cerraba el acuerdo, donde pronunció un discurso ante el personal mientras estaba parado en una plataforma hecha con las cajas del papel de fotocopiadora.
“Es un enfoque de la vieja escuela, que es algo que pensamos que Logan tenía mucho como personaje”, dice la escritora y productora ejecutiva de Succession, Lucy Prebble en el podcast del programa. “Hablamos mucho sobre Robert Maxwell, la forma en que le hablaría a su personal y tendría estos momentos. De hecho, hubo un momento en que el propio Murdoch se paró sobre las cajas de papel de tóner y dio una especie de discurso famoso”.
“Fue en The Wall Street Journal. No era tan bueno, estar allí”, agrega la entrevistadora Sara Swisher. “Seguía pensando: ‘Es bajito. Oh, mira qué bajito es'”.