Reptiles, la ambiciosa película de Grant Singer
Grant Singer no es Alfred Hitchcock, aunque le gustaría. Cuando un director de videos musicales pasa al cine, la expectativa es que -más allá de que pueda haber alguna turbulencia para adaptarse a las demandas de la narrativa-, la película adquiera cierto formalismo experimental. En la ambiciosa Reptile (Reptiles) -estrenada en Netflix-, Singer empuja los límites del estándar de textura sombría y arenosa del género, pero lo que gana en términos de imágenes o edición se disuelve en un guion fragmentado, que se mueve entre el terror gótico de un asesinato y una conspiración.
“Durante el rodaje de la película hubo muchas influencias diferentes, tanto para mí personalmente como para Mike Gioulakis [el director de fotografía de Reptiles] -dijo en una entrevista Singer-. Películas como La Noche del Cazador, A Sangre Fría, Serpico, El Bebé de Rosemary y obviamente, Hitchcock es un gran referente. Películas como esta a veces pueden resultar bastante austeras y frías. Queríamos contrarrestar la desconcertante frialdad de cualquier tono que pudiera haber con más calidez, belleza y serenidad en los colores de la película”.
El perturbador agente inmobiliario Will Grady (Justin Timberlake, en su mejor imitación de Ben Affleck en Gone Girl) tiene algunos problemas de intimidad matutina con su socia y pareja, antes de que esa noche encuentre su cadáver en la habitación de una de las casas que intentan vender. ¿Él la asesinó, tal vez a instancias de su madre controladora (Frances Fisher)? ¿Fue el ex marido (Karl Glusman), un yonki con la mirada perdida de la pasividad flotante de los sueños narcóticos? ¿O fue el psicópata (Michael Pitt) que camina alrededor de la escena del crimen, con una cara lo suficientemente espeluznante como para contar como causa probable?
El veterano detective de homicidios Tom Nichols (un enorme Benicio del Toro) se hace cargo del caso. El policía opera en su propia zona de deducción racional. Es el que lee las huellas vacías de la realidad, un heredero del Dupin de Edgar Allan Poe con campera de cuero. Pero Tom tiene tendencia al materialismo práctico, un pasado turbio y una misteriosa puñalada en la palma de su mano. El equipo de policías de Tom es una banda de hermanos que viven un ideal de camaradería old school, hasta que las grietas comienzan a aparecer y todos parecen tener algo que ocultar.
Reptiles y la estructura del engaño
Singer explicó la estructura del guion -escrito junto a del Toro-: “En Estados Unidos tenemos esta fascinación por el crimen violento, y a menudo hay una ambigüedad allí que creo que es muy interesante explorar: la idea de que la gente buena puede hacer cosas malas. Queríamos crear esta sensación multifacética de engaño, tanto en la construcción de la historia como en las experiencias de los propios personajes”.
“También existe la idea de que el cazador es el cazado, algo que se ve muy bien en La Conversación de Francis Ford Coppola. Es esa manipulación a través del cine y la narración lo que nos resulta emocionante para contar esta historia de manera inteligente. Con el personaje de Benicio, su arco es esta recreación del trauma para superar el pasado, con la idea de que el pasado regresa para perseguirte”.
Reptiles presenta una catálogo variado de sospechosos tan probables que ninguno parece el asesino. La película se arrastra con una intriga accesible, pero a pesar de toda su atmósfera siniestra y ominosa, es lo suficientemente oportunista como producto de consumo que se traga su propias ambiciones.
Reptiles (Reptile) está disponible en Netflix.