¿Cuál es la historia real de Cocaine Bear?
El tráiler de Cocaine Bear de Elizabeth Banks es un glorioso sueño lisérgico en el que un oso negro consume masivamente cocaína y emprende una orgía de asesinatos. A la locura se suma la revelación de que la película está “inspirada en hechos reales”, lo que lleva a la pregunta perfectamente lógica: “¿Entonces hubo un oso cocainómano que mató gente?”
El año: 1985. El lugar: Bosque Nacional Chattahoochee, Georgia, Estados Unidos. Como informó Associated Press en ese momento, los investigadores estaban buscando la cocaína perdida de operación de contrabando fallida, cuando encontraron el cadáver de un oso negro de 80 kilos de peso, al lado de varios paquetes rotos de cocaína.
Cada paquete contenía un kilogramo de la sustancia, con un valor total de hasta $20 millones de dólares. Y según los funcionarios, el oso se comió varios millones de dólares. Sin embargo, a diferencia de lo que sugiere la película, el Cocaine Bear de la vida real no se creyó Michael Myers o Jeffrey Dahmer. En cambio, murió al ingerir una cantidad tan masiva de drogas.
“El oso llegó antes que nosotros, y abrió la bolsa de lona que había caído del cielo de una operación del narcotráfico mal hecha. Consiguió un poco de cocaína y tuvo una sobredosis”, dijo Gary Garner, de la Oficina de Investigación de Georgia. El oso llevaba muerto unas cuatro semanas, según creían los investigadores.
Andrew Thorton y el tráfico de cocaína
Esa cocaína era parte de un tráfico más grande: Andrew Thorton había dejado caer los paquetes desde un avión Cessna que nunca llegó a su lugar de destino.
Thornton era un aristócrata, hijo de una de las familias prominentes de Kentucky ligada a los caballos de carreras. Después de alistarse como voluntario en el ejército, fue agente de la policía de narcóticos hasta que se descubrió que robaba la droga incautada para revenderla a estudiantes en el campus de la universidad local.
Experto aviador, comenzó a traficar marihuana en su avión, pero quedó ligado al asesinato de un juez federal que había arrestado a uno de sus contactos de Las Vegas. Investigado por el FBI, tomó la decisión más razonable: comenzar a traficar cocaína desde Colombia, sin intermediarios.
Thornton cayó y murió en Knoxville, Tennessee, el 11 de septiembre de 1985. Se había lanzado en paracaídas mientras llevaba 45 kilos de cocaína en su persona, lo que resultó ser una carga demasiado pesada. Una hora después de su caída, el Cessna no tripulado se estrelló en Carolina del Norte. Los investigadores encontraron una llave vinculada a ese avión en el bolsillo de Thornton.
Pablo EscoBear, el verdadero Cocaine Bear
Para los futuros groupies del Cocaine Bear, el Kentucky for Kentucky Fun Mall afirma tener en exhibición el oso original disecado. Lo han apodado “Pablo EscoBear”, en honor al narcotraficante Pablo Escobar y venden merchandising declarándolo el “fiestero por excelencia”.
The Fun Mall afirma que este es el auténtico Cocaine Bear, pero incluso si no lo es, la historia de cómo obtuvieron el supuesto oso es lo suficientemente salvaje como para hacer otra película: el médico forense que realizó la autopsia del oso hizo que lo disecaran y lo entregaron al Área Recreativa Nacional del Río Chattahoochee como regalo. Después de una temporada en el almacén y una casa de empeño, fue vendido al cantante de música country Waylon Jennings.
Pablo EscoBear también viajó a Las Vegas antes de que fuera obtenido por el Fun Mall, donde ha residido desde 2015. Además de ser una superestrella a la altura de Tony Montana y regalarnos el mejor título de película de todos los tiempos, resulta que Cocaine Bear es una leyenda cosmopolita. ¿Si quiero o si tengo? God Save The Cocaine Bear.