“Hubo un final que era realmente inevitable”, dice Rumaan Alam autor de Dejar el Mundo Atrás (Leave the World Behind), la novela en la que se basa el último thriller psicológico de Netflix. “La clave a tener en cuenta… es que el libro termina con un signo de interrogación”. La adaptación de Sam Esmail realiza algunas modificaciones al libro -particularmente al final-, pero según Alam (quien también se desempeña como productor ejecutivo de la película), estos cambios fueron “emocionalmente fieles al libro”.
Dejar el Mundo Atrás narra la historia de Amanda (Julia Roberts) y Clay Sandford (Ethan Hawke), quienes junto a sus hijos Rose y Archie (Farrah Mackenzie y Charlie Evans) se van a unas vacaciones improvisadas en Long Island. Mahershala Ali interpreta a G.H. Scott, el dueño de la lujosa mansión alquilada por los Sandford, que decide volver a la casa con su hija Ruth (Myha’la) para escapar del repentino caos que tomó la ciudad. Las dos familias se ven obligadas a convivir en medio del peligro y la incertidumbre, mientras el mundo alrededor comienza a colapsar.
El final de Dejar el Mundo Atrás, explicado por el autor Rumaan Alam
Ni la película de Netflix ni la novela original dan un final definitivo. Dejar el Mundo Atrás está menos preocupada en el apocalipsis que en los efectos psicológicos de la crisis, que exacerban las tendencias individualistas y egoístas presentes en la sociedad.
George le explica a Clay que ha estudiado el análisis costo-beneficio de varias campañas militares. La más aterradora es una simple maniobra de tres pasos “que podría derrocar al gobierno de un país desde adentro”: el primer paso es eliminar los sistemas de comunicaciones y transporte; luego aterrorizar al público con información contradictoria; sin un enemigo definido, el tercer paso ocurrirá por sí solo: la población se volverá contra su gobierno y contra sí misma, conduciendo a un golpe de estado y una guerra civil. “Es la forma más rentable para desestabilizar un país. Porque si esa nación es lo bastante disfuncional, básicamente haría el trabajo por uno”.
Rumaan Alam se refirió al poder de la incertidumbre, la precisión de la explicación de G.H. y la razón por la que no se ofrece una conclusión definitiva para los personajes de Dejar el Mundo Atrás:
“El monólogo de George ofrece a los espectadores muchas más explicaciones de las que esperaba. Esa fue una parte fundamental del proceso de escritura para mí, pero tampoco sé si esa teoría es lo que realmente sucede en la historia. El primer editor de este libro me dijo: ‘entiendo que es imperativo que ignores lo que realmente está sucediendo'”‘. Luego mencionó a extraterrestres y yo dije: ‘¿Extraterrestres? ¿De verdad, ahí es donde se fue tu cabeza?’ Lo encuentro muy placentero, porque no puedo controlar lo que piensa la gente y los lectores llegan a algo con su propio marco de referencia”.
“George describe este escenario de ataque, que inducirá incertidumbre en la población. En cierto modo, lo que teme es exactamente lo que está experimentando. Es sólo incertidumbre. Usted, como espectador, debe completar los espacios en blanco sobre cómo se ve esa incertidumbre, ya sea un ciberataque, un acto de guerra, un desastre ambiental o simplemente un colapso del orden cívico. Lo que da tanto miedo es que simplemente no lo sabes”.
“G.H. está diciendo estas cosas basándose en lo que sabe y en lo que ha sido su experiencia de vida. Y si a uno de los otros personajes se le hubiera dado la oportunidad de especular, diría algo probablemente diferente e informado según su propia experiencia. De eso se trata el arte: hay que intentar descifrarlo”.
La importancia de Friends en Dejar el Mundo Atrás
Mientras Amanda y Ruth observan a la distancia a una Nueva York bajo ataque, la película termina cuando Rose encuentra el ‘búnker del fin del mundo’ de los Thornes, un espacio preparado para la catástrofe y que además posee una colección de DVDs con la última temporada de Friends. Mientras la niña ve el ansiado final de la serie, el tema de los Rembrandt, I’ll Be There For You, suena sobre los créditos de la película. Es un cierre cargado de ironía: cuando el mundo se vuelve contra sí mismo, nadie estará allí para ayudarte (en el libro, Rose recoge suministros del bunker para llevárselos a las familias.
Para Alam, “terminar con cierto humor Dejar el Mundo Atrás es muy satisfactorio y gratificante. Es una especie de autorreflexión: Sam [Esmail] es cineasta y también ha trabajado en televisión. En cierto modo, está afirmando algo sobre el poder de ese medio y su influencia sobre este personaje”.
“Es gracioso, pero no creo que sea una broma. No creo que sea una broma para Rose. No creo que sea una broma para el público. No creo que sea una broma sobre Friends. Es un recordatorio de que el arte es una especie de bálsamo. La experiencia de ver la película en cines es muy poderosa. He tenido la oportunidad de ver al público responder al final tres veces y nadie sabe realmente qué hacer con él. Dicen, ¿es esto gracioso? ¿esto da miedo? ¿realmente se acabó? Y eso me gusta mucho”.
“En la película configuran un cronómetro, por lo que literalmente hay un reloj en marcha y escuchamos que suena la alarma. Ese es el último momento que estamos con Ruth y Amanda. Y lo último que G.H. dijo es que tenemos que ir a ese búnker. G.H. es muy competente y siento que ha resuelto todos los problemas. Pero no sé qué le pasará a Archie. La verdad es que no lo sé. Esto es algo que le he oído decir mucho a Sam y que él tampoco sabe”.
Sobre por qué no darle al público un cierre definitivo al final de Dejar el Mundo Atrás, con las familias reunidas en el búnker, Alam respondió:
“¿No sería eso tan insatisfactorio? Dejar el Mundo Atrás es una película que te respeta lo suficiente como espectador como para no ofrecer eso. En esa escena final entre Julia y Myha’la, no se abrazan. Incluso antes de eso, cuando están en ese pequeño cobertizo y llegan a una distensión, Ruth reconoce que hay algo de verdad en las cosas que ha dicho Amanda, que están de acuerdo en algo, pero no termina con una abrazo”.
“No es ese tipo de historia. No tengo ningún problema con una gran película de desastres que salva a los seis u ocho protagonistas y los reúne después y te permite decir: “Bueno, todo va a estar bien”. Simplemente no creo que este sea ese tipo de película”.
Dejar el Mundo Atrás está disponible en Netflix.