El episodio 3 de The Walking Dead: Daryl Dixon, Paris Sera Toujours Paris (París Siempre Será París), es un punto de no retorno, en el que la serie toma distancia del programa original y explora no solo las nuevas leyes de la supervivencia, con sus jerarquías sociales y sus modelos de selección, sino que encuentra en París una ciudad mitológica para imaginar su romanticismo noctámbulo y bohemio en un mundo que ya no existe. De Jim Morrison a las drag queens del Demimonde, Daryl Dixon 1×3 encuentra locura y distintas formas en que los seres humanos intentan mantener la razón después de 12 años de apocalipsis.
El episodio 3 de Daryl Dixon: cuando eres un extraño
La primera parada del episodio sucede en Angers, una ciudad de provincias alejada de los peligros de la capital. El plan es encontrar un contacto con radio para comunicarse con El Nido. Pero allí encuentran los signos de la soledad y la locura: en un teatro abandonado, un excéntrico músico francés no solo rompió la radio para construir un sistema amplificador, sino que también hizo una instalación de zombis en el escenario para crear su propia orquesta.
Si en The Walking Dead la locura tomaba distintas formas de violencia -en un país extremadamente violento como Estados Unidos-, Dary Dixon propone algo más freak, que está relacionado con una cultura más desarrollada -como en Francia- y cómo las personas intentan encontrar un sentido en el arte. “¿Lo ven? Es música. Está viva. Aún ahora.”, dice el director de la Zombie Puppet Band, mientras los músicos se retuercen sobre sus instrumentos al ritmo del Bolero de Ravel.
Una versión en francés de la canción People Are Strange de The Doors marca la entrada del grupo a París. En el cementerio Père Lachaise, mientras Laurent nombra a los huéspedes honoríficos -Moliere, Proust, La Fontaine- Daryl identifica la tumba de Jim Morrison, el cantante de la banda que murió el 7 de julio de 1971 en la bañera del departamento que compartía con su novia en la ciudad. Tenía 27 años.
Un hombre llamado Fallou (Eriq Ebouaney) los lleva a su comunidad, que se parece a aquellas de las que proviene Daryl en Estados Unidos. Pero en lugar de una radio, tienen a Antoine (Dominique Pinon, el ícono del cine francés, actor fetiche de Jean Pierre Jeunet en Delicatessen, Amelie, La Ciudad de los Niños Perdidos) que entrena palomas mensajeras.
Fallou los lleva al lugar donde se puede pagar para obtener información sobre algún barco que regrese a Daryl a su hogar. En un bunker subterráneo, atraviesan las catacumbas -donde están apilados los esqueletos de las 6 millones de víctimas de la Peste Negra en París-, ese pasillo del horror que recuerda la desaparición del entre 40 y 60 % de la población de Europa en 1347-1355.
En el episodio 1, Laurent calculó que de los 60 millones de habitantes de Francia antes del apocalipsis, quedaban vivas 200.000 personas: el 0,33 por ciento. “Estados Unidos es un infante. Aquí hemos sobrevivido a muchos apocalipsis. Y sobreviviremos a este.”, dice Fallou. Daryl Dixon explota las distintas idiosincrasias y las diferencias entre Estados Unidos y Francia- y cómo esos países podrían reaccionar de manera diferente ante un virus zombi- para elevar la trama y asimilarla al contexto de la serie.
Daryl Dixon se pone camp
El Demimonde es colorido y cool: un antro en el que se mezclan artistas punk, cabaret, bohemios y drag queens. Son los conspiradores del apocalipsis en pleno motín existencial. Es la primera vez que vemos a Daryl en un espacio urbano o alrededor de una subcultura que no involucra trajes de piel o comer gente. Definitivamente, es la primera vez que lo vemos en un ambiente queer.
Mientras una artista de cabaret canta Le temps de l’amour -de la cantautora francesa de los años 60’s Françoise Hardy– en el escenario, Daryl centra su atención en las pinturas que el club ha rescatado del Museo de Orsay y comenta que los Nenúfares Azules de Monet le recuerdan su hogar. Arte, música y cultura marginal: el episodio 3 de Daryl Dixon toca la superficie de la esencia mítica de París y la pone al servicio de la historia.
El giro melodramático llega a través del dueño del Demimonde, Quinn, la antigua pareja y aliado de Isabelle en el comienzo de apocalipsis zombie, que revela que es el padre de Laurent. “Fue un error”, es su especie de disculpa frente a la confesión de haberla traicionado con su hermana. Él nunca supo sobre la muerte de Lilly, la existencia de Laurent o las extrañas circunstancias que rodearon su nacimiento.
A diferencia de Daryl, Laurent nunca experimentó la vida con un padre abusivo. Sin embargo, la actitud egoísta de Quinn, su voluntad de abandonar a Lilly sabiendo su embarazo y su comportamiento violento hacia Isabelle son evidencia de sus muchos defectos de carácter. La decisión de Daryl de no tratar con él demuestra que lo ha reconocido por el tipo de persona que es.
Daryl Dixon en la franquicia The Walking Dead
Si The Walking Dead -y sus series derivadas- se concentraron en la construcción de personajes fuertes y en la exploración de los mecanismos de supervivencia en un mundo devastado, los espacios donde se desarrollaban eran homogéneos e intercambiables (Dead City desaprovechó monumentalmente las posibilidades de Manhattan para enfocarse en la relación de Maggie y Negan y extender la historia de origen del ex villano).
Daryl Dixon ya es un personaje definido, que se siente más cómodo como un acompañante lúcido y pragmático, por lo que la serie se permite crear nuevos personajes a la vez que utiliza el entorno de un país lleno de historia y cultura para elevar el nivel de la trama. Espacios exóticos o reconocibles, turísticos o clandestinos, el episodio 3 de Dary Dixon es un manifiesto sobre las idiosincrasias que permanecen cuando ya no queda nada a lo que aferrarse.
Los tres primeros episodios de The Walking Dead: Daryl Dixon están disponibles en AMC.