REVIEW
Tu Casa o la Mía (Netflix)
Your Place or Mine
Crítica Tu Casa o la Mía
La Vida Secreta del Amor
a supremacía de Navidad es indiscutible, pero el día de San Valentín y Halloween pelean mano a mano el segundo puesto por ser el momento del año con más estrenos estúpidos e intrascendentes. Este año tiene el agregado de que los estudios aceptaron alegremente el coma creativo de la industria, en el que la única idea parece ser hacer de nuevo lo viejo. El apocalipsis zombie cinematográfico está hecho de éxitos del pasado revividos para la ocasión.
Your Place or Mine (Tu Casa o la Mía) tiene el ingenio de un muerto vivo, pero en realidad es un Frankestein hecho con los residuos de las comedias románticas de los 90’s. Escrita y dirigida con timidez amateur por una veterana como Aline Brosh McKenna -autora de guiones inteligentes (27 Vestidos, El Diablo Viste a la Moda, Morning Glory) y creadora de la subversiva Crazy Ex-Girlfriend- la película parece una metáfora perfecta de la era virtual, alérgica a las pasiones fuertes: los protagonistas se encuentran a 4000 kilómetros de distancia.
Debbie (Reese Witherspoon) y Peter (Ashton Kutcher) son mejores amigos, una relación aséptica, que de alguna manera es consciente su imposibilidad: ella es una madre neurótica, divorciada y con todos los tips neo hippies de California; él es un animal empresarial, insensible a la gente y alérgico a las relaciones a largo plazo. En 2003 tuvieron una aventura de una noche, pero desde entonces han mantenido las cosas en un plano idealista: videollamadas por teléfono diarias desde los extremos opuestos de Estados Unidos.
Cuando Debbie viaja a Manhattan para un curso de capacitación, Peter le ofrece su departamento de lujo con vista al Hudson, mientras viaja a Los Ángeles para cuidar al hijo preadolescente de su amiga, Jack (Wesley Kimmel). Durante su estadía en territorio ajeno, los dos descubren los secretos y las ambiciones del otro, el lado B de esa vida que creen conocer a la perfección. En Tu Casa o la Mía, el romance no es físico sino emocional: un viaje de autodescubrimiento a través de la revelaciones escondidas en los detalles, en las manías, en los secretos inconfesables que terminan humanizando a quienes más queremos.
Ponerse en el lugar del otro, vivir su vida por unos días: una apología de la empatía a la que Brosh McKenna no logra inyectarle las dosis necesaria de inteligencia o emoción para que funcione. Cuando no hay ambición, lo que queda es una fórmula aplicada: Tu Casa o la Mía se conforma con ser otra prolija versión de lo ya visto, que apuesta todo al carisma de sus estrellas. Kutcher y Witherspoon usan los tics exagerados del género, y sus limitaciones actorales les sirven para representar su incomodidad en un mundo que no les pertenece.
Tu Casa o la Mía es pura corrección sin ingenio, un amor frígido y un mensaje sacado de un libro de autoayuda. Una comedia romántica más: un viaje a la nada del entretenimiento.