REVIEW
- octubre 9, 2022
Crítica The Inhabitant (2022)
The Inhabitant


Crítica The Inhabitant
Confesiones de una Mente Peligrosa
Dirección: Jerren Lauder Guion: Kevin Bachar Fotografía: Brian Sowell País: Estados Unidos Año: 2022 Duración: 97 min. Con Leslie Bibb, Dermot Mulroney, Odessa A’zion, Lizze Broadway, Ryan Francis, Jennifer Rader, Todd Jenkins, Kenneisha Thompson.
En 1892, un doble asesinato sacudió la tranquilidad de Fall River, Massachusetts: Lizzie Borden fue la principal sospechosa de asesinar a sus padres con un hacha. Lizzie vivió el resto de sus días en ese pueblo como una paria, aislada y temida por los habitantes del lugar, que comenzaron a circular los rumores sobre una maldición familiar hereditaria. “Cada octubre, se difunden historias de muertes en el área. Se dice que un espíritu oscuro se transfiere de mujer a mujer, habitando sus almas para matar en su nombre. Esta es una de esas historias”.
Tara (Odessa A’zion) es descendiente de los Borden y últimamente está teniendo visiones de una mujer con un vestido antiguo y etéreo, deambulando por los pasillos de su casa. The Inhabitant se estructura como una espiral descendente donde las visiones de Tara se hacen cada vez más perturbadoras, un mapa mental psicodélico en el que la vida y la locura se confunden en un solo plano de realidad.
A’zion es perfecta para representar ese estado de inestabilidad mental, con un guion que le permite resistirse de manera creíble a su destino psicópata. La actriz tiene profundidad, humor y convicción como Tara, una adolescente al borde de un ataque de nervios en el límite de la razón, que además conjuga todas las inseguridades afectivas y frustraciones sexuales de la edad, pero reconoce que todo puede ser un juego mental que está jugando consigo misma.




El diagnóstico de enfermedad mental que le hace su psicóloga no es lo que una chica quiere escuchar. Sus padres (Leslie Bibb y Dermont Mulroney) son comprensivos y contenedores, pero las historias familiares comienzan a ser una carga demasiado pesada que se traducen en ansiedad y desequilibrio, intensificados por las recientes desapariciones de personas que conoce. Tara está cada vez más preocupada de repetir la tradición. El encuentro con su tía, confinada en un manicomio por matar a su bebé hace muchos años, le confirman que está presa de una historia cíclica.
The Inhabitant no tiene el grado de inmersión sináptica total de ese monumento del terror psicológico que es Jacob’s Ladder (La Escalera de Jacob, Adrian Lyne, 1990), el nivel de alienación de las películas de David Cronenberg Spider (2002) y The Naked Lunch (El Almuerzo Desnudo, 1991) o de la odisea esquizofrénica de Das Weisse Rausche (Ruido Blanco, Hans Weingartner, 2002), pero sabe transmitir de manera convincente el colapso de un mundo que se sentía verdadero y ya no lo es.
La película funciona cuando trabaja sobre las grietas de la realidad de Tara, sobre los síntomas de una locura tatuada en el ADN. Pero el director Jerren Lauder parece tener la necesidad de mantener el marco narrativo del terror clásico y salpica el relato con clichés del slasher que no aportan la tensión dramática necesaria para lo que es el centro de gravedad de The Inhabitant: el descenso de una adolescente a las zonas oscuras de la razón, las confesiones de una mente peligrosa.
The Inhabitant todavía no tiene fecha de estreno en Latam y España.