Crítica Black Mirror temporada 6
Oscura, por momentos lisérgica o perversamente ingeniosa, Black Mirror se transformó en parte de la cultura pop por capturar el zeitgeist de lo contemporáneo. En un mundo dominado por lo desconocido -la tecnología y la economía dirigida por grandes grupos económicos-, la serie es una pantalla fantasmática que proyecta los miedos y fobias de una sociedad anestesiada de individualismo y entretenimiento.
En el transcurso de cinco nuevos episodios, el creador Charlie Brooker utiliza género de ciencia ficción para continuar su cuestionamiento a los males de la tecnología y otros horrores creados por los humanos. Pero esta vez, le agrega un metacomentario filtrado por el cinismo: la ausencia de la serie durante cuatro años fue debido a las negociaciones por los derechos de la propiedad intelectual del programa entre Endemol Shine Group y Netflix.
El showrunner fue diplomático en su momento: en plena era Trump, aseguró que “el clima social y político de la vida real ya se siente lo suficientemente distópico”. Black Mirror temporada 6 cambia el centro de gravedad de la cuestión: es Netflix lo que se siente una distopía en sí misma.
Black Mirror temporada 6 ofrece una comedia escandalosa con Joan Is Awful (Joan es Horrible), un thriller inspirado en los documentales true crime con Loch Henry, un drama doméstico y espacial con Beyond the Sea, una historia sobrenatural de Hollywood con Mazey Day y una comedia de terror insolente con Demonio 79. Cada episodio es una batalla por el futuro de la serie, y tal vez incluso por el futuro del streaming.
Black Mirror temporada 6: Joan es Horrible y Netflix como antagonista
Annie Murphy interpreta a Joan, una mujer con un trabajo y una vida aburrida, hasta que se transforma en ícono cultural negativo cuando una plataforma global transmite una adaptación dramática televisiva de su vida sin su consentimiento, en la que ella es interpretada por la estrella de Hollywood Salma Hayek.
El episodio es una especie de versión streaming de The Truman Show (Peter Weir, 1998), que captura la esencia reality show de gran parte del contenido de las plataformas, con un metacomentario sobre la representación de personas y eventos reales en los medios, el impacto de CGI e IA en la creación de programas y la obsesión contemporánea por juzgar y condenar al Otro a través de la información parcial y descontextualizada que se recibe.
El guion de Brooker lleva estos conceptos a una mise en abyme de niveles ficticios surrealistas, enfrentando en el comienzo a Murphy y Hayek (que aparece como una hiperbólica parodia de sí misma) y luego como aliadas neuróticas: son ellas contra Streamberry, la versión Black Mirror de Netflix, el dueño de tu vida: Joan le dio permiso a Streamberry para usar su vida y todos sus datos personales cuando aceptó los Términos y Condiciones de la plataforma.
Joan es Horrible explora la creación de contenido, la utilización de la tecnología en los campos creativos -en medio de la huelga de escritores de Hollywood-, la distorsión de los hechos presentados como información y el dolor ajeno como una commodity mediática. Si el episodio presenta los mecanismos de las corporaciones para obtener datos de los usuarios, también critica el consumo de las imágenes, la falta de pensamiento crítico y la comodidad narcisista inducida por el contenido personalizado y negativo. Una postal de lo aterrador que se ha vuelto el panorama de los medios.
Black Mirror temporada 6: Loch Henry y el true crime
El episodio Loch Henry se centra en una joven pareja de estudiantes de cine que viaja a la triste y bella ciudad escocesa donde nació Davis (Samuel Blenkin) para filmar un documental sobre un… coleccionista de huevos. Cuando Pia (Myha’la Herrold) descubre la historia homicida del lugar, convence a su novio de convertir su tragedia personal en arte, o por lo menos, en el tipo de basura true crime que funcionaría bien en Streamberry.
Son tiempos del gore urbano, del psicópata como el enfermo predilecto, de la fascinación humana por recrear y consumir su propia destrucción. Al igual que el género postapocalíptico, el true crime refleja las ansiedades de una época individualista de autogestión personal -según el discurso neoliberal-. Con los Estados Nacionales en decadencia y las instituciones que mantenían los lazos sociales rotas, la ciencia ficción canaliza el miedo al Otro y a las catástrofes masivas a través de ficciones que ponen en escena el caos y la supervivencia inscritos en el ADN del sistema.
El guion de Brooker es una radiografía de la insensibilidad del género crimen real, en el que se explora la tragedia de las víctimas, incluso si desenterrar estas angustias puede desencadenar un nuevo dolor. Los límites entre la crítica y la representación de la crítica son difusos y en la búsqueda del efecto thriller, el episodio cae en su propia trampa de canibalismo emocional.
Black Mirror temporada 6: Beyond the Sea
La historia se desarrolla en una versión alternativa de 1969. La tecnología permite a dos astronautas transferir su conciencia a réplicas mecánicas sofisticadas de sí mismos mientras se encuentran en una misión de 6 años en el espacio. Estas réplicas permiten a los hombres estar con sus familias para aliviar la alienación y la soledad de su trabajo.
David (Josh Hartnett) y Cliff (Aaron Paul) son opuestos: uno es sociable, encantador; el otro es frío y distante. David tiene una saludable esposa rubia california y dos adorables hijos en su casa futurista de Los Ángeles. En un entorno rural, Cliff supervisa una humilde granja con su esposa (Kate Mara) y su hijo con la alegría y espontaneidad de un cuartel militar.
El episodio Beyond the Sea cambia dramáticamente su tono de fantasía de ciencia ficción a una meditación siniestra y sombría sobre el trauma, la pulsión humana de conectarse con los demás para mantener un sentido de propósito y la superficialidad de las apariencias, después de que una secta hippie fundamentalista de lo Natural masacra a la réplica y a la familia de David -el episodio ocurre el mismo año de los asesinatos del clan Manson-. Cliff ofrece su réplica para que David pueda desconectarse de la realidad cargada de luto de la nave.
Lo que eran dos expresiones distintas de la masculinidad comienzan a parecerse en su toxicidad: los celos y la competencia infectan una relación previamente pacífica y amenazan con traer el desastre en dos lugares diferentes: la casa de Cliff y el espacio exterior.
Lo más interesante del episodio es la representación y el desarrollo de la víctima. A la manera de Buñuel en Viridiana (1962) -en el que un grupo de mendigos y parias sociales terminan destruyendo y violando a la mujer que les dio refugio y comida-, Brooker y el director John Crowley no buscan ser indulgentes o sentimentales, sino explorar cómo los daños psicológicos de la pérdida pueden adulterar la personalidad. Son esos temas que el mainstream ya no tiene permitido, atrapado en la aburrida corrección política de esa comisaría virtual en la que se transformaron las redes.
Black Mirror temporada 6: Mazey Day: lobo suelto, cordero atado
Zazie Beetz interpreta a Bo, una paparazzi en 2006 a la caza de una actriz (Clara Rugaard) que ha desaparecido después de una crisis en un set de filmación. Una imagen -valuada en $ 30 mil dólares ($ 40 mil si parece drogada)- puede cambiar la vida de esta fotógrafa, que aun mantiene un resto de humanidad y vergüenza por lo que significa su trabajo.
Mazey Day abandona el terreno de ciencia ficción para adentrarse en la fantasía de terror. El vínculo con el núcleo temático de Black Mirror es la propia cámara de los paparazzi y cómo crea una distancia deshumanizada entre el fotógrafo y la celebridad, solo reconocida como un espectáculo ambulante para ser capturada en una imagen comprometedora.
Brooker acumula pistas para el giro sobrenatural y atípico para la serie -la habitación de la casa del productor destrozada, el diazepam (que puede usarse para minimizar los espasmos musculares), las cabras encadenadas en el cuarto del resort-, para hacer una analogía entre los lobos de los medios y una venganza que resulta demasiado cara.
Black Mirror temporada 6: Demonio 79: Apocalipsis Disco
Demonio 79 presenta homicidios, una amenaza de Apocalipsis y un romance improbable. Ella (Anjana Vasan) es una vendedora de buenos modales con violentas fantasías de venganza. Él (Paapa Essiedu) es un demonio funky que la guiará a través de tres asesinatos en tres días, o el mundo se acabará. Los dos pertenecen a mundos diferentes, pero se unen a través del acoso, los hurtos, los golpes, las disputas y los orgasmos disco de Boney M. Una comedia romántica psicodélica que mezcla la actitud y las fantasías orquestales de Studio 54 con la estética y el gore del horror de los 70’s. Es todo absurdo y perfecto.
Dirigida por Toby Haynes, Demonio 79 se aleja del centro de gravedad de Black Mirror y del lado oscuro de la tecnología para sacar un talismán lisérgico que se ubica como el mejor de la serie, junto a Beyond the Sea.
TRAILER | BLACK MIRROR TEMPORADA 6