Amor Mentiras y Sangre (Love Lies Bleeding) es una de esas películas que no se preocupan por las limitaciones narrativas o estilísticas. La directora inglesa Rose Glass rompe las reglas de la narración tradicional para dar paso a su inclinación anarquista-alegórica. La estética de la película es una combinación de estilos con toques de nostalgia que integra realismo sucio e imágenes oníricas, creando una tensión rítmica entre estos dos mundos que culmina en un final psicodélico y hermoso.
Glass juega con metáforas pesadas a lo largo de la película y no duda en filtrar la realidad a través de una retorcida puesta en escena. Al romper las reglas de lo que es posible al contar una historia pulp clásica, el final de Amor Mentiras y Sangre se siente como un realismo mágico con esteroides, en el que el resplandor de neón del suroeste de los Estados Unidos en la década de 1980 da paso a lo fantástico cuando Lou (Kristen Stewart) y Jackie (Katy O’Brian) luchan por salvar su romance (y sus vidas).
Qué significa el final de Amor Mentiras y Sangre
“No me gustan las armas”, le dice Jackie al padre de Lou (Ed Harris) cuando le pide trabajo… en un campo de tiro. Ella prefiere depender de su propia fuerza. Esta distinción describe toda la película. Amor Mentiras y Sangre es, en definitiva, una exploración sobre las políticas de cuerpo, un territorio donde habita la identidad, las mutaciones y los compromisos.
Jackie tiene un cuerpo masivo que le sirve para esconder su vulnerabilidad emocional. Para ella, es un impulso de autoafirmación: la liberación llega a través de esculpir el cuerpo y probar sus límites. En su forma más pura, su cuerpo es producto de su confianza en sí misma. Se convirtió en una fisicoculturista de forma natural a través de rutinas, sudor y esfuerzo. Cuando recurre a los esteroides, su obsesión por aumentar su volúmen para las competencias nacionales tiene consecuencias desastrosas en su performance ante el jurado.
La adicción y la obsesión estructuran Amor Mentiras y Sangre y se manifiestan de forma diferente en cada personaje: Lou lucha contra la nicotina, Jackie está obsesionada con su masa corporal, Daisy (Anna Baryshnikov) está encaprichada con Lou e incluso Beth (Jena Malone) está emocionalmente atada a su marido abusador.
La primera intimidad que tiene con Lou es a través de una aguja (símbolo yonki por definición): Lou le inyecta esteroides incluso antes de que se besen, un signo de la inminente compulsión entre dos mujeres demasiado heridas como para no contener cantidades nocivas de deseo, violencia y trauma. El sexo como una ventana a algo mejor.
Jackie conoce los esteroides en su primer encuentro con Lou, y su uso crece junto con su amor. Volverse adicto -a sustancias, cosas, personas- implican perder el control, y con los esteroides Jackie pierde sus contornos lógicos y se vuelve una masa reactiva de impulsos primarios: el número de cadáveres comienza a aumentar y en Las Vegas llega a un punto de no retorno.
Los esteroides impiden que Jackie fuera su mejor versión debido a su naturaleza destructiva. Pero los eventos de Las Vegas, de alguna manera, la liberaron de su obsesión. Cuando en el final de Amor Mentiras y Sangre crece hasta convertirse en su yo gigante, lo hace para proteger a la persona que ama. Se apoya en su propia fuerza interior. Su relación cruza el límite de la compulsión al amor real.
El final de Amor Mentiras y Sangre, explicado por la directora
Rose Glass habló sobre algunos de los elementos fantásticos del final de Amor Mentiras y Sangre. La directora se refirió específicamente a la escena en la que las dos mujeres salen de la mansión de Lou Sr. como gigantes: “Lou Y Jackie se sienten eufóricas e invencibles, y todas las cosas que puedes sentir cuando estás perdidamente enamorado… aunque todo es bastante absurdo”. Para Glass, era importante tener ese final surrealista después de haberlo construido a lo largo de la película.
“Escribimos varias versiones de todo el enfrentamiento, que tienen lugar en el mundo real. Pero seguíamos encontrando el final insatisfactorio. Ya habíamos tenido este tipo de momentos en los que el cuerpo de Jackie comenzaba a insinuar una transformación y necesitábamos seguir adelante con lo que habíamos estado coqueteando en el reino fantástico”.
Como menciona Glass, es la culminación del crecimiento metafórico que ocurre a lo largo de Amor Mentiras y Sangre y proporciona una conclusión psicodélica a la historia. La película explora el significado de la fuerza, los peligros de la adicción y la difusa línea entre la obsesión y el amor, con metáforas sutiles y abiertas en una historia cruda y poderosa. “Sentíamos que necesitábamos hacer algo que dejara atrás el mundo real, tal vez en términos prácticos, pero que se apegara a una realidad mucho más emocional. Están tan seducidas por volver a estar en la vida del otro. Ese sentimiento de amor que te hace correr hacia el atardecer y que te hace sentir que puedes hacer cualquier cosa”.
En cuanto a la transformación final de Jackie, Glass dijo:
“Me gusta la idea de que Jackie sea alguien que se siente invisible pero que aspira a convertirse en una figura divina, así que tomamos eso al pie de la letra. Cuando lo estábamos escribiendo, era un poco como, ‘¿Podemos hacer esto? No estoy segura. Veamos’. Tal vez tenga algo que ver con la obsesión de muchos espectadores por los superhéroes, pero hacerlo fue, al menos para mí, un gran paso hacia lo desconocido. Estoy seguro de que Katy, habiendo estado en todo este material de Marvel, probablemente esté mucho más acostumbrada a hacer cosas en pantalla gris”. (O’Brian ha tenido papeles secundarios en las películas Ant-Man y Agents of SHIELD).
Para Glass, el final de Amor Mentiras y Sangre “dividirá a la gente. Pero para mí, parece la forma más auténtica de culminar esa parte de la película”.
Amor Mentiras y Sangre (Love Lies Bleeding) está disponible en Max.