a serie animada de Netflix, Agent Elvis (Agente Elvis), es la fantasía violenta y patriótica del cantante, un sueño húmedo y lisérgico en el que el Rey del Rock and Roll (con la voz de Matthew McConaughey) es un agente secreto que quiere salvar a su país de la degradación moral de los 60’s. Todo lo que necesita es una pistola, un poco de karate y un chimpancé yonqui con tendencias homicidas.
Los elementos de esta premisa están inspirados en hechos reales: Elvis se reunió con Richard Nixon y solicitó una insignia oficial de la Oficina de Narcóticos y Drogas Peligrosas. En su encuentro, le dijo al presidente que había estado estudiando los peligros de la cultura de las drogas y el comunismo, y que quería ayudar a su país a combatir estos males; Presley también fue un estudiante e instructor de kárate comprometido, llegando al nivel de cinturón negro de octavo grado en 1974; y, de hecho, tenía un chimpancé como mascota llamado Scatter que aterrorizaba a la familia y a los amigos de Elvis.
Si Agente Elvis es una reescritura delirante de los hechos más relevantes de la cultura norteamericana de los 60’s y 70’s, la ideología reaccionaria y la excéntrica vida de Elvis sirven como disparadores de la trama.
Elvis le pidió a Richard Nixon que lo convirtiera en Agente Federal
El 21 de diciembre de 1970, Elvis Presley se reunió con el presidente Richard Nixon en el Despacho Oval de la Casa Blanca. A pesar de que Elvis tenía una seria adicción a los medicamentos recetados, quería combatir la cultura de las drogas (LSD y marihuana). Por eso le solicitó a Nixon una insignia de la Oficina Federal de Narcóticos y Drogas Peligrosas (Bureau of Narcotics and Dangerous Drugs, actualmente la DEA). En su carta al presidente, Elvis escribió : “Puedo y haré el bien si me nombraran Agente Federal… He realizado un estudio en profundidad sobre el abuso de drogas y las técnicas de lavado de cerebro comunista”.
En plena ofensiva militar en la guerra de Vietnam y con una juventud que ya había perdido el impulso revolucionario por el estado policial de Nixon, pero cuya lucha se atomizaría en agrupaciones minoritarias más organizadas -feminismo, gays, derechos civiles-, el cantante le pidió al presidente la posibilidad de trabajar como agente encubierto para “defender a su país”.
Nixon accedió a reunirse con Presley a pesar de su escepticismo inicial y en su conversación -que duró media hora-, estuvieron de acuerdo en el desprecio mutuo que tenían por la contracultura de la década del ’60. Elvis se oponía a la cultura de las drogas, al movimiento hippie, a los movimientos estudiantiles y a las Panteras Negras. Pretendía que Nixon le tomara juramento como un agente encubierto para usar su fama e infiltrarse en las organizaciones de izquierda. Nixon no tenía la potestad para nombrarlo servidor público, pero le mandó la réplica de una placa de agente secreto a su hotel.
Presley no participó posteriormente en ninguna misión secreta para derrocar a los capos de la droga o dictadores comunistas, pero su reunión con Nixon fue lo suficientemente freak y memorable como para inspirar la premisa del Agente Elvis y la película Elvis & Nixon (Liza Johnson, 2016), con el enorme Michael Shannon como Elvis.
Elvis era un maestro de kárate
Elvis fue reclutado por el ejército en 1958 y enviado a hacer su entrenamiento en Alemania. Allí conoció a un instructor de kárate que fue el primero en introducir al cantante en las artes marciales. Elvis entrenó con entusiasmo y mantuvo el hábito durante muchos años. Cuando regresó a Los Ángeles en 1960, recibió el cinturón negro. Más tarde continuó sus estudios en Memphis, donde fue elevado al rango de cinturón negro de séptimo grado en 1973. Finalmente se convirtió en instructor.
Un año después, Elvis alcanzó el rango de cinturón negro de octavo grado. A medida que la salud de Elvis se deterioró en los años siguientes antes de su muerte en 1977, abandonó la práctica de la disciplina, pero su dedicación y compromiso permanente le valieron un lugar en el Salón de la Fama de las Artes Marciales.
Elvis utilizó el ritmo, la plasticidad y la estética de los movimientos de karate para construir sus salvajes performances como cantante durante sus shows de lo 70’s.
Elvis tenía un chimpancé como mascota llamado Scatter
Scatter había sido un chimpancé actor de un canal de televisión local de Memphis. Interpretó una variedad de papeles que iban desde hombre de negocios hasta jugador de béisbol. En algún momento, su dueño de Scatter decidió venderlo al Rey del Rock and Roll: Graceland sería un buen hogar. Elvis estuvo de acuerdo y Scatter se mudó a la mansión con él.
Pero la presencia de un chimpancé dentro de la casa de Elvis no resultó tan buena idea. Scatter disfrutaba escondiéndose dentro de los baños y saltando para asustar a las personas que entraban. También rompía cortinas caras, tenía tendencia a tirar cosas igualmente caras y ocasionalmente mordía a la gente. También era adicto a la cerveza y el whisky.
Cuando Elvis se fue a Hollywood para concentrarse en su carrera cinematográfica, apareció con Scatter. El animal disfrutó el estilo de vida acelerado hasta que escapó varias veces de una casa en Bel Air. Los vecinos se quejaron y Scatter fue enviado de regreso a Graceland, donde murió poco después por causas naturales. Se cree que está enterrado en los jardines de Graceland, no muy lejos de su dueño.
El Scatter de Agente Elvis es homicida, adicto al juego, al alcohol y la cocaína, pero no hay evidencia confiable de que el primate le haya disparado a alguien. Probablemente haya sido mejor para el bienestar de la humanidad que Scatter no pueda exteriorizar sus pensamientos o dominar el uso de armas de fuego.
Los Cameos de Agente Elvis: Charles Manson, Howard Hughes, Stanley Kubrick, George Lucas
Agente Elvis hace un revisionismo histórico psicodélico de la historia de Estados Unidos y de la vida de Elvis. Los hechos reales están vistos a través del prisma de la conspiración: una agencia gubernamental secreta dictamina la realidad del mundo mientras protege al país en plena Guerra Fría con la Unión Soviética. El programa corrobora las teorías delirantes de la época, desde que Kennedy no fue asesinado a la llegada del hombre a la Luna como una puesta en escena del Gobierno.
La serie abre con el regreso de Elvis en 1968, después de una década fuera de los escenarios, en los que se había dedicado a hacer películas intercambiables cada vez más mediocres, más baratas y descuidadas, pero que seguían siendo rentables para los estudios y para Elvis, que llegó a ser el actor mejor pago de Hollywood.
La serie de Netflix deforma el contexto de la época -a la manera de Quentin Tarantino- para colocar a Elvis como un héroe de cómic que descubre esa realidad alternativa y tiene una participación activa como agente encubierto:
El clan Manson -autor de los asesinatos de Sharon Tate y el matrimonio Le Bianca en 1969-, Howard Hughes -el director de cine, magnate, obsesivo compulsivo con fobia a los gérmenes (retratado en El Aviador de Martin Scorsese)-, Stanley Kubrick -que la teorías lo hacían responsable de montar el set y dirigir el alunizaje, después de realizar 2001: Odisea del Espacio– y George Lucas, que realmente fue cámara en la filmación del documental Gimme Shelter, sobre el trágico Festival de Altamont en el que los Hell’s Angels asesinaron a una persona durante el recital de los Rolling Stones.