Parecía una regla tácita de las adaptaciones televisivas de películas vintage: a su falta de ideas y originalidad le sumaban una extensión del material base a extremos crueles, llena de exposiciones innecesarias, adiciones superfluas y una torpe actualización cultural. Se Presume Inocente (Presumed Innocent), la miniserie de Apple TV+, es la excepción.
Creada y escrita por David E. Kelley (Todo un Hombre, Big Little Lies), y protagonizada por Jake Gyllenhaal en el papel interpretado originalmente en 1990 por Harrison Ford, esta versión de ocho episodios del bestseller de Scott Turow de 1987 es un thriller legal turbio y retorcido, saturado de personajes moralmente ambiguos. La estructura episódica funciona: con cada revelación empezamos a darnos cuenta de que aquí, nadie es completamente inocente.
Se Presume Inocente, el nuevo drama judicial de Apple TV+
La tarde familiar del fiscal adjunto de Chicago, Rusty Sabich (Gyllenhaal) -su esposa Barbara (Ruth Negga) y sus hijos Jaden (Chase Infiniti) y Kyle (Kingston Rumi Southwick)- se ve convulsionada por la noticia de que su colega y amante secreta Carolyn Polhemus (Renate Reinsve) ha sido asesinada de manera brutal y él se encuentra en lo más alto de la lista de sospechosos.
Dada la preferencia de Gyllenhaal por los freaks, el heterosexual Rusty parece estar lejos de las criaturas de la noche encorvadas de Donnie Darko, Nightcrawler y Prisoners (La Sospecha). Pero es la normalidad de Rusty lo que lo hace tan inquietante en los primeros episodios de Se Presume Inocente: una naturaleza afable que supura algo insano por debajo. Pronto el miedo comienza a legislar cada una de sus acciones: Rusty no es exactamente la persona que parece ser a primera vista. La intensidad de Gyllenhaal hace que el personaje se mueva entre extremos con naturalidad: puede ser el tipo más inteligente de la sala y en la siguiente escena, un hombre perfectamente desquiciado.
Pero la verdadera fricción de Se Presume Inocente está en la rivalidad profesional entre Sabich y el fiscal adjunto que ocupa su puesto, Tommy Molto (Peter Sarsgaard). Con una sutileza llena de maldad, Molto usa el caso para una venganza personal contra su ex compañero: Sabich es un abogado más talentoso, que lo opacó toda su carrera. Dada la relación de Gyllenhaal con Sarsgaard (son cuñados en la vida real), tal vez no sea sorprendente que tengan una química tan natural.
De las muchas modificaciones que hace Kelley al original de Turow, quizás la más destacada es la agencia que se le da a la esposa de Sabich: los intentos de Barbara por reconciliar sus instintos protectores y egoístas, mientras lucha con sus propios sentimientos de furia, humillación, resentimiento y lealtad. La enorme Ruth Negga (Ad Astra, Loving, World War Z) dibuja un personaje desafiante, que hace todo lo posible por asimilar los daños colaterales de una situación salida de control: una infidelidad que no sólo se volvió pública, sino que reveló el el lado perverso de su marido. En ella hay ira, miedo y dolor que burbujean justo debajo de la superficie.
Inocencia y culpabilidad
Cada uno de los giros narrativos de Se Presume Inocente genera electricidad, cuestionando la inocencia de Sabich a lo largo de la serie: es un hombre aterrorizado que toma decisiones imprudentes, puede recurrir instintivamente a la violencia, amenazar a sus compañeros de trabajo o acosar a los civiles. Cada episodio agrega un nuevo detalle que le da al personaje una razón para ser menos que sincero o que desdibuja su motivación de alguna manera. ¿Sabich quiere demostrar su inocencia o simplemente intenta ocultar su culpa?
En definitiva, Se Presume Inocente es David E. Kelley trabajando en el registro que domina: un thriller legal con dosis de drama, oscuras relaciones interpersonales y pulso de misterio. La serie juega con nuestras simpatías y sospechas, rompiendo permanentemente el concepto titular de inocencia “presunta”.
Los dos primeros episodios de Se Presume Inocente están disponibles en Apple TV+.