La última temporada de The Crown escapa del morbo del accidente de Lady Di con estilo: un fuera de campo visto desde la perspectiva de alguien paseando a su perro, un espectador anónimo de la tragedia, como nosotros. Es una forma de establecer el planteamiento temático de los episodios siguientes: The Crown narrará los hechos, pero a una distancia respetuosa. Adopta un enfoque conservador: se limita a lo que conocemos, las imágenes, para buscar las razones de la tragedia menos en personas individuales que en una cultura trash obsesionada por las celebridades.
El episodio 2 de The Crown temporada 6 enmarca el divorcio de Diana (Elizabeth Debicki) y Carlos (Dominic West) a través de la historia de dos fotógrafos: Mario Brenna (Enzo Cilenti) -el paparazzi que ganó millones de dólares con las fotografías del beso de Diana con Dodi en el yate del empresario-, y a Duncan Muir (Forbes Masson), un retratista escocés realista contratado para tomar las fotos de Charles, William y Harry juntos en Balmoral. El trabajo de Brenna es moderno e intrusivo; el de Muir es extremadamente condescendiente.
Mario Brenna es un fotógrafo italiano se hizo un nombre en los medios por saber exhibir la ostentación y el lujo de la alta sociedad mediterránea. Pero el momento que definió su carrera fue cuando capturó las primeras fotografías de Diana y Dodi (Khalid Abdalla) abrazados en un yate frente a la costa de Cerdeña en el verano de 1997. Si bien Brenna no fue el único paparazzi que persiguió a Diana a lo largo de los años, sí estuvo entre los mejores pagados.
The Crown elige presentarlo -al igual que a Muir- a través de una entrevista en la que define su profesión: “Todo el mundo quiere fotografías de celebridades. Imágenes que muestran personajes famosos. No son diferentes a nosotros. Cometen errores como nosotros”, dice el personaje en un largo monólogo. “La gente paga entre cien mil y doscientos mil dólares por la toma adecuada. Pero es difícil conseguirla. Tenemos que ser como cazadores. Asesinos”.
¿Quién fue el verdadero Mario Brenna?
Brenna, que en 1997 tenía 40 años y vivía en Mónaco, había trabajado principalmente como fotógrafo oficial de casas de moda -como Versace- antes de capturar la imagen de Diana y Dodi en el yate de la familia Fayed el 4 de agosto de 1997. Brenna estaba en el lugar y en el momento perfectos para tomar la foto que lo haría millonario.
Algunos informes afirman que la misma Diana lo llamó. Tina Brown -en su libro de 2022 The Palace Papers– asegura que “una y otra vez, Diana decidió invadir su propia privacidad, por la caprichosa razón de poner celosos a los hombres de su vida”. Al hablar de esta fotografía, escribe: “Fue ella quien avisó al fotógrafo italiano Mario Brenna para enviar un mensaje al verdadero amor de su vida: Hasnat Khan”. Khan era el cirujano paquistaní que salió con Diana durante dos años -como se ve en la temporada 5-. Muchos creen que todavía estaba enamorada en el momento de su muerte.
The Crown elige la otra versión: presenta a Mohammad “Mou Mou” Al-Fayed (Salim Daw) -el empresario egipto obsesionado con la realeza, que después del desprecio de la Reina se hace amigo de Lady Di- como el demiurgo de la relación y el que le facilita la información a Benna para que marcar un punto de no retorno en la vida de su hijo y de la Princesa.
La incesante persecución de Diana por parte de la prensa está bien documentada, y muchos culpan a la industria por su muerte el 31 de agosto de 1997 en el túnel Pont de L’Alma en París. Dodi y su conductor, Henri Paul, también murieron en el accidente. En el funeral, el 6 de septiembre, su hermano Charles Spencer pronunció un discurso en el que implícitamente atribuyó la responsabilidad a los paparazzi, llamando a su hermana “la persona más perseguida de la era moderna”. A lo largo de los años, el Príncipe Harry también ha hablado inequívocamente sobre el papel que desempeñaron los fotógrafos en la muerte de su madre.
The Crown temporada 6: la historia real de la fotografía El Beso
Los tabloides comenzaron una intensa guerra de ofertas por la primera fotografía del incipiente romance de la pareja, y el Sunday Mirror obtuvo los derechos para imprimirla en su portada el 10 de agosto, bajo el título El Beso. El periódico también alimentó los rumores de que Dodi había comprado un anillo de compromiso para Diana y escribió: “Encerrada en los brazos de su amante, la princesa finalmente encuentra la felicidad”.
La fotografía de El Beso se publicó mientras Diana estaba en Bosnia-Herzegovina contactando a las víctimas de las minas terrestres, y el frenesí de los medios eclipsó temporalmente sus esfuerzos de promoción.
Los Angeles Times informó que Brenna ganó hasta 5 millones de dólares por los derechos mundiales de la imagen. Tras la primera confirmación visual de la relación de la pareja, otros miembros de los paparazzi intensificaron su búsqueda de capturar el próximo gran momento de la pareja. Un informe de 2006 de la policía metropolitana británica afirma que la “fotografía no sólo pareció atraer la atención de los medios hacia la pareja, sino que la cantidad de dinero supuestamente ganada por Brenna atrajo la atención de los paparazzi”.
Mario Brenna se ha mantenido fuera de la atención pública desde la saturación mediática de 1997, aunque habló sobre fotografiar a Diana durante una entrevista en un programa de noticias italiano en 2017. Allí, mostró cierto grado de arrepentimiento: “No me di cuenta de la importancia de esa foto, vendí mi reportaje al Sun por solo 250 mil libras”.