A Jeff Nichols nunca le interesaron particularmente las motos. Pero el guionista y director de Mud y Take Shelter tiene una idea precisa de lo que es cool. Que las motos son… fotogénitas. Cinematográficas. Lo sabe desde hace décadas, cuando vio el libro de fotografías de Danny Lyon en el piso del dormitorio de su hermano: “Era la visión más completa de una subcultura que jamás había visto; honestamente, parecían ingredientes o instrucciones para ir a hacer una película”.
En septiembre de 2023, The Bikeriders (El Club de los Vándalos) debutó en el Festival de Cine de Telluride con excelentes críticas. Producida por 20th Century Studios, debía ser distribuida por Disney en noviembre, pero la prolongación de las huelgas de SAG-AFTRA y la histeria provocada en la industria convencieron a la compañía a trasladarla primero a diciembre y luego, sorprendentemente, a eliminarla de las listas de estrenos y ponerla en el mercado. Focus Features, sinónimo de Universal, la compró directamente a New Regency, socio de producción de la película. Finalmente, The Bikeriders se estrena en junio en Estados Unidos y el 8 de agosto en Argentina.
El libro en el origen de The Bikeriders
Obsesionado con las imágenes y entrevistas capturadas por Lyon en la década de 1960 de una banda de motociclistas de Chicago, Nichols se sumergió durante años en la idea de convertir su vida salvaje en una película. “Lo primero que pensé fue: ¿dónde está la historia?”, admite la productora Sarah Green, cuando su socio creativo comenzó a hablar de The Bikeriders hace 10 años. Green, que también trabaja con Terrence Malick, supo confiar en la visión de su director. “Jeff piensa en términos de grupos, culturas y subculturas, y cómo funciona eso. Actualmente está todo atomizado, las personas están bastante divididas y es posible que sus identidades se hayan separado demasiado”.
Para explorar la obra de Lyon como quería, Nichols necesitaba la bendición del fotógrafo. “Fue a ver a Danny para convencerlo de que debería confiarle su libro”, recuerda Green. “Danny entendió que Jeff era real: un ser humano sincero, directo, inteligente. Accedió. De hecho, queríamos honrar el material y hacer algo de lo que él estuviera tan orgulloso como lo está del libro”. Según Green, Lyon vio la película y “le encantó”.
Con los derechos adquiridos y el socio productor británico Brian Kavanaugh-Jones a bordo del proyecto, Nichols centró su guión en la voz de la figura disonante del libro: la de Kathy (Jodie Comer), la esposa de Benny (Austin Butler). “Simplemente estaba fascinado por ella. No vivimos en una época en la que a la gente se le permite ser honesta. Todo el mundo parece estar proyectando una identidad demasiado pulida. Ella simplemente se muestra como es, y revela esta tensión que hay en la masculinidad: en lo que tiene de real, pero que también se ubica entre la falsedad y arrogancia. Ella es representativa de eso, porque está atrapada en el medio”.
En The Bikeriders, Kathy es una especie de guía en el mundo marginal de las motocicletas: una Eurídice de los 60’s, que entra a un antro con jeans blancos y sale con manchas de aceite en el culo. Quiere domesticar a Benny, pero debe competir por su afecto y atención con el líder de la banda, Johnny (Tom Hardy), quien busca nombrarlo su sucesor. Tanto Johnny como Kathy quieren a Benny, tal vez de muchas manera similares.
“Me gustó la idea de construir este triángulo amoroso: no dos hombres persiguiendo a la misma mujer, sino un hombre y una mujer persiguiendo al mismo hombre”, dice Nichols. “¿Pero y si ese joven está vacío? ¿Qué pasa si, en última instancia, ese hombre no está hecho para soportar el peso de las ideas o necesidades de otras personas?”.
Austin Butler en The Bikeriders: nacido para ser salvaje
En The Bikeriders, Austin Butler interpreta a Benny, un hombre que pelea primero y hace preguntas después. Su inclinación por la autodestrucción lo hace el personaje decisivo en cualquier situación; Johnny es un motociclista old school que intenta mantener el orden en un mundo cada vez más violento; y Kathy, una mujer que lucha por construir una vida con un hombre que prefiere correr y andar en moto antes que comprometerse con algo.
Nichols necesitaba actores convincentes para interpretar a personajes conflictivos. Comenzó con Benny. “Todo empezó con Austin. Fue antes de que saliera Elvis. Había visto el tráiler y había suficientes planos de él como para decir: ‘Oh, este tipo ha hecho un trabajo serio aquí’. Y supe que quería reunirme con este joven”. Nichols ha conocido a suficientes personas famosas en su vida para comprender el poder de las estrellas, pero Butler está hecho del mismo material que un sueño húmedo.
“Estoy sentado allí y este tipo alto y rubio, se acerca, extiende su mano y dice: ‘Jeff, es un placer conocerte…’ Estaba bastante seguro de que estaba viendo al ser humano más hermoso que había visto en mi vida. Fue genial porque es en su personaje en quien Tom Hardy y Jodie Comer invierten todo. Es el tipo equivocado en quien invertir, pero no quiero que el público se pregunte por qué. Creo que cuando ves a Austin en la pantalla, inmediatamente entiendes por qué Kathy o Johnny quieren tanto de él. Porque todos lo hacemos”.
“En el libro, Benny parece un poco un mito”, dice Nichols. “Y esa fue la línea de pensamiento cuando comencé a construir el personaje. Es un sustituto de este ser humano inalcanzable y probablemente irreal”.
Austin Butler corresponde al encantamiento: “Me encantan las películas de Jeff desde hace mucho tiempo. Cuando lo conocí y escuché su visión de la película, y luego leí el libro de Danny Lyon y vi las imágenes… había deseado un proyecto como este, algo en el mundo de John Cassavetes: algo realmente crudo y humano, llevando todo a una energía enrarecida y diferente. No sabía quién iba a firmar cuando me anoté, y luego me emocionó mucho escuchar que eran Tom Hardy, Jodie Comer y Michael Shannon”.
El reparto estelar de The Bikeriders
La directora de casting de The Bikeriders, Francine Maisler, recomendó a Comer después de ver la serie Killing Eve. La actriz y el director conversaron por Zoom. “La forma en que ella hablaba de Kathy era lo que yo sentía por el personaje. Ella entendió su complejidad. Sentí que ella la cuidaría”, dice Nichols. Pensó que había hecho bien al emparejarla con Butler, pero en un viaje a Londres para reunirse con Tom Hardy, consiguió entradas para Prima Facie, la obra protagonizada por Comer en el West End. Sentado entre el público, viendo una magnífica actuación en el escenario, Nichols recuerda haber pensado: “Oh, soy un maldito genio…”
Jeff Nichols se reunió con Hardy en su casa para discutir el papel de Johnny. “Inmediatamente, me quedé asombrado por su intensidad. Él solo tenía un millón de preguntas. Y dijo que sí, vino con nosotros y nos brindó esta increíble actuación. Es como ver un tornado o un huracán”.
Para Sarah Green, el trío era de por sí un grupo emocionante cuando fueron elegidos. Pero cuando Comer y Butler comenzaron a ganar premios, los tres protagonistas se convirtieron en un reparto caliente. “En su momento, tuvimos que explicarle al estudio: ‘Jodie es increíble. Ella va a explotar. Austin va a estallar. Todos sabemos que Tom está ahí’. Había algo de fe sobre la mesa, y cuando lo vimos suceder pensamos: “Esto se va a poner bueno”.
Completan el reparto de The Bikeriders talentos de primer nivel, como el colaborador habitual de Nichols, Michael Shannon, como el lituano aspirante a soldado Zipco (“Jeff no puede imaginarse hacer una película sin Mike”, recuerda Green. El actor protagonizó Take Shelter, Shotgun Stories y Midnight Special de Nichols); Boyd Holbrook como Cal, Norman Reedus como el californiano Funny Sonny, y Mike Faist como el fotógrafo Danny Lyon.
Cómo Jeff Nichols hizo The Bikeriders (El Club de los Vándalos)
Nichols reunió a su banda (y a 31 Harley-Davidson antiguas) en Cincinnati para un rodaje rápido y frío de 39 días entre octubre y noviembre de 2022. “Tuvimos una especie de campo de entrenamiento de motociclistas”, explica Green. “También sirvió para unirlos como club, lo que realmente funcionó bien”. Al realizar largos recorridos en motos vintage con maniobras de giro y frenado complicadas, el grupo aprendió a vivir el espíritu de andar o morir.
Aunque hacer que sus actores viajaran sin casco y con motores poco confiables fue un problema para conseguir los seguros (por su peligrosidad, el viaje en solitario de Butler en su Electra Glide ‘Panhead’ de 1965 sobre un puente perseguido por policías fue la última secuencia en filmarse), tanto Green como Nichols querían que The Bikeriders se sintiera cruda, sucia y convincente. Como dice Nichols, “es cine independiente con esteroides”.
Eso significaba usar lentes Kodak de 35 mm, filmar en ‘lo-fi’ en locaciones reales, en las primeras horas de la madrugada y lograr el black ink adecuado para las tomas nocturnas. “Es una versión grunge de la época, en el aspecto y en la forma en que está iluminada The Bikeriders”, explica Green. “Todo es natural. Usamos lugares reales y no había decoración en el set. Algunos de los actores dijeron: ‘¿No podemos filmar esto de día en vez de filmar de noche?’ Dijimos que no: para que quede perfecto, tienes que filmar en la hora real de la escena”.
Allí, en las frías calles de la medianoche de Cincinnati, Nichols vio cómo el trío de The Bikeriders creaba una tensión sexual insostenible. “Jodie es una trabajadora. Un día dejó parte de su trabajo y desglosó fonéticamente cada palabra que dijo en la película. Simplemente sabías que ella había hecho su tarea y se había esforzado mucho. Tom se siente más como un evento natural, pero dedica mucho tiempo a sus tomas. Austin tiene más marchas. Cuando lo tenés ahí parado, salen muchas cosas. Tuve que decirle un par de veces: ‘No sonrías. No seas tan encantador’”.
El director supo que había creado una alquimia especial cuatro días después de empezar el rodaje de The Bikeriders, cuando vio a Hardy y Butler abordar una escena clave en la que Johnny le hace a Benny una oferta que no podrá rechazar: hacerse cargo de los Vandals. Comienza el juego de seducción: sus caras se acercan, al límite del beso. “Es tuya”, susurra Johnny, y hay una sensación de que no está sólo hablando de la banda.
“La escena estaba bien en la página, pero cuando Tom Hardy la actuó se volvió genial. No estaba escrita de esa manera, y tengo que darle crédito por llevarla hasta ese lugar pseudo sexual. Hay cierto afecto masculino, que no tiene que ver con el sexo pero tiene todo que ver con el amor. Y fue Tom el que hizo que esa escena fuera tan hermosa”.
El Club de los Vándalos busca su destino
La vida en dos ruedas pareció seducir a Butler, quien según Green se convirtió en el mejor motociclista del grupo y asimiló plenamente el look y la extraña vibra de los Vandals. Compró la gastada campera de cuero de Benny para llevársela a casa y hasta un souvenir más grande: una Harley Davidson. “Fue entonces que Norman Reedus, un verdadero motociclista, le dijo: ‘No. Consigue una moto moderna. Consigue una con todos los dispositivos de seguridad’. Así que Austin revendió su Harley”, recuerda Green.
Para Nichols, The Bikeriders consigue lo que se propone con el material de Lyon. “Existen estas películas que siempre que están en la televisión. Quería que esta fuera ese tipo de largometraje. Siento que vi esta película en televisión hace 20 años y puedo verla en cualquier lugar. Estoy realmente orgulloso de ese hecho, porque quiere decir que creamos un mundo. Y eso es lo que hizo Danny. Y, en última instancia, eso es lo que quería hacer”.
La clave para una película atemporal está en que los temas sean universales y relevantes en cualquier época. Y Nichols insiste en que la idea central de la búsqueda de identidad es una idea con la que cualquiera puede identificarse. “Creo que la gran mayoría de las personas piensan que son outsiders. Se sienten marginales, que no pertenecen. Por eso la búsqueda de identidad es un verdadero propósito. Como somos criaturas sociales, muchos de nosotros nos sentimos atraídos por los grupos para encontrar esa identidad. Y cuanto más singular es el grupo, más singular es nuestra identidad. Eso puede ser algo positivo, pero también puede ser extremadamente peligroso”.
“En un mundo que parece estar obsesionado con la identidad, parece un momento apropiado para mirar ese ciclo y examinar las distintas formas en que se manifiesta. Creo que es importante pensar en la cultura de las bandas en The Bikeriders, porque es algo muy humano. Y porque son definitivamente geniales…”
The Bikeriders (El Club de los Vándalos) se estrena el 8 de agosto en los cines de Argentina.
Mirá el tráiler a continuación: