Como la civilización occidental, la vida de algunas personas se puede dividir en dos momentos: antes de Scott Pilgrim y después de Scott Pilgrim. A través de la serie de novelas gráficas de Bryan Lee O’Malley o de la adaptación cinematográfica de Edgar Wright de 2010, la historia de un loser veinteañero obsesionado con los videojuegos y el rock independiente que lucha por el derecho a salir -literalmente- con la chica de sus sueños, Scott Pilgrim nos llevó en un viaje inesperado, lisérgico y profundamente identificable a lo largo de seis volúmenes y una película.
La grandeza de los cómics residía en su compromiso con la propiedades surrealistas de la vida real: O’Malley creó un mundo en el que los potenciadores al estilo Super Mario realmente existen; un bajista sin futuro puede ser considerado como “el mejor peleador de la provincia”; el veganismo es una autopublicitado superpoder; y los ex de una chica se unirán para formar un equipo de supervillanos, decididos a impedir que ella vuelva a salir con otra persona.
Scott Pilgrim Da El Salto de Netflix: grunge y psicodelia adolescentes
La serie de novelas gráficas de O’Malley fue, en todos los sentidos, una obra singular para una audiencia muy específica. Por eso, no debería haber sido una sorpresa que la película fracasara en la taquilla, a pesar de satisfacer a la mayoría de los fanáticos y capturar a otros nuevos, atraídos por el mundo salvaje, la acción hiperestilizada y el humor insano. Scott Pilgrim era quizás una historia demasiado psicodélica para funcionar completamente en acción real.
Se necesitaron 13 años para probar esa teoría, pero Scott Pilgrim Da El Salto lo confirma: esta serie pedía ser animada. Estos ocho episodios son un resumen perfecto de lo que hizo que los cómics fueran tan cautivadores: una caricatura atrevida, expresiva y original, que traduce el arte y la escritura de O’Malley a un nuevo medio sin perder el ritmo. Producida por el aclamado estudio Science Saru y cocreada por BenDavid Grabinski, Scott Pilgrim Da El Salto renueva la historia con una comedia de acción salvajemente entretenida y conmovedora.
Scott Pilgrim Da El Salto no es otra adaptación directa de las novelas gráficas de O’Malley. El episodio 1 sigue el ritmo de la historia original y recicla gran parte del diálogo y el encuadre de los cómics y la película: Scott Pilgrim (con la voz de Michael Cera, uno de los muchos miembros del elenco que regresan) es el típico chico mediocre y encantador de 23 años. No tiene ningún talento en particular, objetivos prácticos o existenciales y ni siquiera un trabajo. Una noche sueña que una chica de pelo azul y rosa patina a través de su inconsciente. Cuando descubre que ella es una persona real, se propone invitarla a salir.
Pero Ramona Flowers (Mary Elizabeth Winstead) no solo es demasiado cool, sino que también tiene siete ex novios malvados que debe vencer para ganarse su amor. En la pelea contra el primer ex novio, Matthew Patel (Satya Bhabha), Scott Pilgrim pierde en un aluvión de toonies (en Toronto, aparentemente los humanos se convierten en monedas después de perder una batalla) y todos lo dan por muerto.
El centro de gravedad del anime de Netflix se desplaza del loser encantador al elenco de personajes que lo rodean. Ramona no está convencida de que Scott realmente haya muerto y con pulso detectivesco lo busca, mientras lucha con sus propios demonios personales: ¿cómo llegó a un punto en el que todos sus ex quieren arruinar su vida amorosa para siempre?
Scott Pilgrim Da El Salto pregunta: cuando el centro del universo de una historia desaparece, ¿qué les sucede a todas las personas que estaban en su órbita? A lo largo de ocho episodios, los equilibrios de poder cambian y las relaciones evolucionan. Con el protagonista fuera de escena, la serie aprovecha la oportunidad de profundizar y reimaginar de forma divertida el material original de O’Malley.
Young Neil (Johnny Simmons), de voz suave, sigue una carrera como guionista, con resultados increíbles. Knives Chau (Ellen Wong), que en los cómics es la “novia de secundaria” de Scott que lucha contra Ramona por su afecto, se entrega a nuevas pasiones y desarrolla un sentido renovado de sí misma. Incluso los malvados ex tienen que redefinirse. La evolución de cada personaje es sorprendente, lo que demuestra el infinito potencial de expansión de la premisa.
De alguna manera, el programa funciona como una mejora del material original. Mientras Ramona investiga la desaparición de Scott Pilgrim, lucha y deconstruye la historia arquetípica de “el chico se queda con la chica” que definió la serie original. El programa reescribe con sensibilidad a sus personajes femeninos tanto en relación con los hombres como entre sí, generando fuertes emociones en el camino.
Scott Pilgrim Da El Salto combina un misterio central con secuencias de acción coreografiadas, que fueron un elemento crucial de los cómics. Sin las restricciones de la página ni las limitaciones de la vida real, el anime presenta escenas de lucha hiperbólicas, casi camp. Ramona pelea contra un ex a través de una serie de escenarios cambiantes inspirados en películas; Lucas Lee (Chris Evans) se enfrenta a hordas de paparazzi con un efecto vertiginoso. La animación fluida y confiable dirigida por Abel Góngora, lleva el arte de O’Malley en direcciones vivaces y expresivas, y le da a cada una de estas secuencias un estilo de puro placer visual.
Scott Pilgrim Da El Salto tiene el potencial de adoctrinar a nuevos fanáticos en su universo, sin sacrificar el humor bizarro y el núcleo outsider de la historia de O’Malley. La serie demuestra que hacer bien un reinicio es posible, y establece un nuevo estándar para cualquiera que busque la alegría del original con una segunda vuelta.
