Desde que se unió al culto de la muerte conocido como la Mano, Frank Castle se ha convertido en el Rey de los Asesinos. En Punisher #3, escrito por Jason Aaron y con arte de Jésus Saiz y Paul Azaceta, con los colores de Dave Stewart y las letras de Cory Petit de VC, Castle se ha sentido cada vez más cómodo en su papel como la Mano de la Bestia.
A cambio de devolver a su esposa de entre los muertos, Castle ha servido a la Mano, eliminando a asesinos y terroristas. Reverenciado, temido, admirado e incluso amado entre sus seguidores, especialmente la Sacerdotisa, el Castigador ha liderado el camino a través de la carnicería y el caos para descubrir al cerebro detrás de los Apóstoles de la Guerra: Ares, el Dios de la Guerra.
A pesar de ser el Rey de los Asesinos y estar dotado de los poderes y las bendiciones de la Bestia, Punisher sigue siendo humano, tanto en cuerpo como en alma. Determinado a revivir a toda su familia, Frank Castle hará cualquier cosa que la Bestia le pida. Afortunadamente, tanto la Bestia como la Sacerdotisa tienen la mayor confianza en él.
EMOCIONES EN GUERRA: LA HUMANIDAD DE FRANK EN PUNISHER #3
Punisher #3 logra lo que los números anteriores no pudieron. Explora y reinterpreta el pasado de Frank Castle más allá de la muerte de su esposa e hijos, remontándose a su tiempo antes de ser marine. Este número también examina su creciente estatus como la Mano de la Bestia y sus sentimientos ambivalentes hacia su nueva posición. Jason Aaron aprovecha esta entrega para comenzar a atar cabos sueltos, responder preguntas y preparar el terreno para una narrativa más amplia.
La mayor revelación de este número es una secuencia de flashback a la infancia de Frank, donde se muestra su primer asesinato como un niño pequeño contra un vecino violento y asesino. Es una secuencia aterradora y perturbadora. Aaron camina por una línea muy fina al retratar a Frank como un niño peligroso, intentando al mismo tiempo mantenerlo como un protagonista simpático. Es una tarea difícil, pero funciona bastante bien, aunque en ocasiones puede sentirse un poco forzada.
El Castigador es famoso, tal vez incluso notorio, por su limitado rango de emociones, que generalmente oscila entre el estoicismo imperturbable y la brutalidad, con una ira inconsolable. Rara vez el lector lo ve en paz. Esta serie ha sido un cambio de ritmo refrescante, aunque inquietante. Punisher #1 muestra a Frank reunido con su esposa marcada pero renacida, con una rara sonrisa en su rostro. Aunque este número se centra principalmente en el impulso de Frank de matar en nombre de la venganza, Punisher #3 no evita explorar su vulnerabilidad.
El flashback revela el miedo y el horror del joven Frank al presenciar el asesinato de sus vecinos, la fuerza impulsora detrás de su oscuro y violento deseo de justicia y retribución. En el presente, Frank baja la guardia y muestra verdadero miedo, preocupación e incluso tristeza al escuchar los gritos de pánico de Maria por sus hijos. Su dolor silencioso pero palpable es evidente en las páginas finales. Aaron muestra al público un lado del Castigador que siempre se insinúa pero rara vez se ve, añadiendo profundidad y tensión a esta serie llena de suspense.
PUNISHER #3: VIOLENCIA Y CONTRASTES VISUALES
Los artistas Saiz y Azaceta, junto con el colorista Dave Stewart, ofrecen una vez más un trabajo visualmente impresionante en Punisher #3. La narrativa está impregnada de violencia, en especial, en las secuencias de inicio y final, donde vemos al Castigador cumpliendo sus deberes como la Mano de la Bestia, enfrentándose a la Casa de Hydra y sometiendo a un superviviente a la tortura.
A pesar de la brutalidad, muchas de estas secuencias de acción son sorprendentemente sutiles y contundentes. Los artistas retratan el flashback de la infancia con un estilo más ingenuo y audaz, lo que crea un contraste impactante con el resto de Punisher #3.
Este número expande significativamente la escala y el alcance de toda la serie, explorando el pasado, el presente y los deseos más íntimos del Castigador de manera equilibrada. Al contraponer cuidadosamente la fuerza exterior de Frank con su temor interior, a menudo negado, Punisher #3 eleva tanto la narrativa como las apuestas emocionales para este personaje endurecido.