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Crítica Pinocho de Guillermo del Toro: Madera de Héroe

Pinocho de Guillermo del Toro critica
El Pinocho de Guillermo del Toro no tiene como meta convertirse en un niño real, su mundo no es uno de lecciones morales y recompensas fáciles, sino uno lleno de crueldad, muerte y violencia.
4/5

Crítica Pinocho de Guillermo del Toro

Desde la publicación de Las Aventuras de Pinocho del escritor italiano Carlo Collodi en 1883, hubo innumerables adaptaciones de la fábula infantil. Este año vio el estreno de la versión live action de Robert Zemeckis de la animación hecha por Disney en 1940. Guillermo del Toro anunció por primera vez que haría su adaptación del cuento en 2008, y a pesar de las dificultades para realizar el proyecto, hizo una película que es quizás la más cercana a la visión original de Collodi, más allá del cambio de escenario a la Italia durante el ascenso del fascismo en siglo XX.

Con un guion escrito por el director junto Patrick McHale -con un crédito por la historia otorgado a Matthew Robbins-, Pinocho de Guillermo del Toro hace por la Italia fascista lo que El Laberinto del Fauno hizo por la Guerra Civil Española: muestra la naturaleza de los déspotas a través de los ojos de un niño, en el caso de Pinocho, uno recién nacido. Si bien la desobediencia se desaconseja en la mayoría de los cuentos de hadas, del Toro entiende que puede ser sinónimo de resistencia a los regímenes corruptos.

En este clima vive Geppetto, un carpintero que alguna vez tuvo una perspectiva de una vida feliz. Pero un inmenso dolor cambió todo cuando un ataque aéreo inesperado hacia el final de la Gran Guerra se llevó la vida de Carlo, su hijo de diez años. Convertido en un borracho triste, un día maldice al Dios de los cristianos y a las leyes de la naturaleza y decide devolverle la vida a su hijo tallando una marioneta de madera.

Crítica Pinocho de Guillermo del Toro
Pinocho de Guillermo del Toro (2022).

La transgresión de Geppetto es similar a la de Víctor Frankenstein, y su creación tiene más en común con la criatura de Mary Shelley que con la versión de Disney Pictures. De hecho, el trabajo de Geppetto queda inacabado cuando se trata de la vida, y su muñeco tiene poco de niño. En varios sentidos, esta versión de Pinocho es la antítesis tanto de la disneyficación de la historia original como de los cuentos de hadas en general.

A diferencia de las adaptaciones de Disney del cuento, Gepetto no pide deseos a las estrellas para que el títere se convierta en un niño de verdad. La marioneta nace de la rabia y el dolor. Sin embargo, una variante de El Hada Azul (Tilda Swinton), se apiada de Gepetto y le da vida a su creación.

Cuando cobra vida, después de un hechizo no del todo pensado, Pinocho se convierte en un agente del caos, tropezando con sus piernas y ardiendo de asombro ante cada novedad. El carpintero no quiere un hijo de reemplazo, quiere a Carlo. Sin embargo, el amor devoto de Pinocho por su papá eventualmente lo termina conquistando.

En esta adaptación, el ADN del cuento original permanece con el tiempo de Pinocho en el circo y las lecciones que aprende sobre ser bueno, pero se reinventa como una rebeldía contra las expectativas. El escape al circo no es una lección sobre la pereza, sino una desesperada súplica de aceptación y rechazo al conformismo y la complacencia de la escuela de pueblo fascista.

Pinocho de Guillermo del Toro critica
Pinocho de Guillermo del Toro (2022).

El fascismo está presente en cada arista de la película: hasta los actos circenses de Pinocho se convierten en programas de propaganda que apoyan al ejército. Del Toro, con su guion centrado en la desobediencia, convierte una vez más a un personaje que podría considerarse un monstruoso villano en el héroe de la historia, el único que ve el error en las elecciones de las personas y se aparta de ellas. Pinocho no tiene como meta convertirse en un niño real, su mundo no es uno de lecciones morales y recompensas fáciles, sino uno lleno de crueldad, muerte y violencia.

Hay algo macabro en la animación stop-motion que se presta maravillosamente a la estética cinematográfica de Del Toro, tanto la tristeza subyacente de sus historias como sus extravagantes diseños de criaturas y los matices políticos de la película, porque ¿qué son las personas que viven bajo un régimen autoritario sino marionetas, controladas por hilos invisibles?

Pinocho critica la velocidad en que las ideologías peligrosas se propagan y se multiplican; lo que comenzó con el hijo de un herrero demasiado obsesionado con la uniformidad y el orden dio paso a hordas de fanáticos clamando por el Duce, niños enviados a campos de entrenamiento y la exclusión de todo lo que es distinto, o incluso, su exterminio. Pinocho de Guillermo Del Toro no es la primera película animada que aborda el fascismo -ni siquiera es la primera película stop-motion que aborda el fascismo-, pero sin duda es la mejor.

Dirección: Guillermo del Toro y Mark Gustafson  Guion: Guillermo del Toro y Patrick McHale  Fotografía: Frank Passingham  Música: Alexandre Desplat   País: Estados Unidos  Año: 2022 Duración: 117 min.  

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