El Negocio del Dolor: la perversa épica capitalista de Netflix

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El Negocio del Dolor de netflix está hecha de lobby, sobornos y favores sexuales: los dispositivos para activar los negocios dentro de la industria farmacéutica.

El Negocio del Dolor (Pain Hustlers) es una especie de true crime colectivo, que refleja el lado más oscuro del mito del sueño americano. Una perversa épica capitalista sobre una temática recurrente en el cine y televisión contemporáneos: la crisis de los opioides. Después de El Crimen del Siglo de Alex Gibney, Dopesick de Danny Strong, Painkiller de Peter Berg, Toda la Belleza y el Dolor de Laura Poitras y La Caída de la Casa Usher de Mike Flanegan, la película de David Yates llega a Netflix luego de estrenarse en el Festival Internacional de Cine de Toronto.

Protagonizada por Emily Blunt, Chris Evans y Andy García, El Negocio del Dolor está hecha de lobby, sobornos y favores sexuales: los dispositivos para activar los negocios dentro de la industria farmacéutica. La película ficcionaliza la historia de Insys Therapeutics, el laboratorio real que produjo y vendió el Subsys, un spray de fentanilo de acción rápida aprobado para tratar el dolor extremo de los pacientes con cáncer. Jesús sublingual para las masas.

Antes de la muerte de Dios, Karl Marx escribió en 1845 que “la religión es el opio de los pueblos”. Al siglo XXI no le gustan las metáforas: es la época en la que el opio es es el opio de los pueblos. Entre 1999 y 2019, se calcula que 500.000 personas murieron por sobredosis de analgésicos sintéticos basados en opioides. Millones entraron en la espiral destructiva de la adicción.

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Emily Blunt, El Negocio del Dolor, Netflix

El Negocio del Dolor y el capitalismo salvaje

Basada en el libro homónimo de Evan Hughes, El Negocio del Dolor narra la historia de Liza Drake (Blunt), una mujer que vive en los márgenes del sistema mientras intenta conseguir una vida mejor para ella y su hija adolescente Phoebe. Cuando el aspirante a CEO Pete Brenner (Evans) la conoce en club de strip tease, le ofrece un trabajo en la empresa farmacéutica en decadencia para la que trabaja: Zanna Therapeutics, dirigida por Dr. Jack Neel (García), el multimillonario que desarrolló un poderoso analgésico -llamado Lonafen– después de ver la insoportable agonía de su esposa provocada por el cáncer.

Zanna es una empresa clase B en el sur de Florida que casi no tiene participación de mercado. Pero Liza es el sueño húmedo del emprendedorismo: tiene el carisma y la actitud necesarias como para hacer irrelevante cualquier formación en el tema. La empresa le da una semana para “inventar un médico”, un eufemismo para cualquier táctica con la que consiga que un doctor recete Lonafen a sus pacientes. El primer consejo que le dan es que lleve un escote, preferentemente impúdico. Ella no lo necesita.

El mayor problema de El Negocio del Dolor es el guion de Wells Tower, que se esfuerza demasiado en justificar las acciones de Liza, que termina dibujando la caricatura de una antiheroína que se equivoca, pero por buenas razones: no tiene dinero ni educación, vive en un motel dramático y, sobre todo, necesita efectivo para pagar el tumor cerebral que le provoca convulsiones a su hija. Yates no tiene la calidad de Scorsese El Lobo de Wolf Street– ni el ingenio ácido de Adam McKayLa Gran Apuesta– para sumergirse en las cloacas éticas del sistema. Necesita generar empatía con un personaje que compromete su moral por una causa noble.

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Emily Blunt, El Negocio del Dolor, Netflix

El homo economicus en El Negocio del Dolor

El Negocio del Dolor traza el viaje en tres actos -auge, caída y redención- de un personaje con antecedentes humildes, pero que es astuta, atrevida y carismática, lo que le permite superar a quienes la subestiman. Sin embargo, en lugar de mostrarla como una sobreviviente luchadora que quedó atrapada en su propia arrogancia o codicia, la película se esfuerza por colocarla en el papel de víctima de circunstancias imposibles.

Yates hace una película sexista y sin inteligencia emocional para comprender el atractivo del dinero y del poder, incluso si se trata esencialmente de dinero generado a través de la destrucción de vidas. Para el director, el homo economicus -un ser racional guiado por sus intereses egoístas, sin empatía y centrado en la maximización de sus beneficios- es masculino. Una mujer debe tener algún centro ético en su comportamiento. 

Hacer brillar una luz inspiradora en medio de la oscuridad es una estrategia estándar de Hollywood, y Yates lija los bordes ásperos de su crítica del capitalismo salvaje para hacer su historia más aceptable. De alguna manera, El Negocio del Dolor desafía la mitología que mantiene estos oscuros sistemas en el poder, pero cuando no hay intensidad ni valentía, lo que queda es la sórdida superficie del sistema.

El Negocio del Dolor (Pain Hustlers) está disponible en Netflix.

EL NEGOCIO DEL DOLOR

Dirección: David Yates Guion: Wells Tower, basado en el libro de Evan Hughes Fotografía: George Richmond Música: James Newton Howard, Michael Dean Parsons   País: Estados Unidos Año: 2023   Duración: 122 min.  Con Lizzy Caplan, Antony Starr, Woody Norman, Cleopatra Coleman.

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