Dune: La Profecía está ambientada varias generaciones antes de los eventos de las películas de Dune dirigidas por Denis Villeneuve. Aunque no guarda una conexión directa con dichas películas, la serie sienta las bases para los acontecimientos que eventualmente llevarán al nacimiento de Paul Atreides. Su trama se centra principalmente en el ascenso de las Bene Gesserit y está basada de manera libre en la novela La Hermandad de Dune (Sisterhood of Dune). Sin embargo, el primer episodio también presenta, de manera breve, hechos clave que transformaron de manera radical el mundo de la franquicia.
La Yihad Butleriana, nunca mencionada en las películas de Dune, tuvo un impacto catastrófico en el Universo Conocido. Este conflicto, que se centró en una rebelión contra las máquinas, convirtió la mera existencia de la robótica avanzada en un delito de traición. Aunque este trasfondo se presenta brevemente en el primer episodio de la nueva serie, insinúa una expansión del pasado del universo de Dune.
¿Qué es la Yihad Butleriana de Dune?
Hace mucho tiempo, en el universo de Dune, la humanidad creó máquinas altamente avanzadas diseñadas para facilitar las tareas cotidianas. Estas máquinas, que adquirieron una forma de conciencia, fueron conocidas como “máquinas pensantes”, aunque este término no abarcaba completamente su complejidad. Más allá de simples robots o autómatas, estas creaciones reemplazaron a los humanos en el ámbito intelectual.
Si bien se podrían trazar paralelismos con los desafíos actuales relacionados con la inteligencia artificial o con los robots de la franquicia Terminator, hacerlo sería una simplificación excesiva. Las máquinas pensantes asumieron tareas como cálculos matemáticos, procesamiento de información y gestión de datos, liberando por completo a la humanidad de estas responsabilidades y llevando a la humanidad a una dependencia total de su capacidad para manejar y procesar información.
En las novelas originales de Frank Herbert, el verdadero peligro de las máquinas pensantes no residía solo en su capacidad tecnológica, sino en cómo las élites las utilizaban para su propio beneficio. Según los libros, al delegar su capacidad de pensamiento en estas máquinas, la humanidad permitió que “otros hombres, con máquinas, los esclavizaran”.
Este fenómeno recuerda más a las dinámicas de la política o la religión, donde un líder, un clérigo o incluso una deidad asume el rol de pensar y decidir en nombre de las masas. Este concepto está estrechamente relacionado con el tema central de Dune, que advierte sobre los peligros inherentes al poder absoluto de los líderes y los llamados hombres-dioses, resaltando cómo la dependencia de una figura autoritaria puede llevar a la sumisión y la pérdida de libertad.
Al tomar conciencia de este peligro, la humanidad se levantó contra las máquinas pensantes y prohibió cualquier tecnología similar. Este conflicto, conocido como la Yihad Butleriana, recibió su nombre en honor a Manion Butler, el primer “mártir” de esta lucha. Manion se convirtió en una figura central en la historia de fondo de la serie, y las familias de las Grandes Casas —Harkonnen, Corrino y Atreides— trazan su linaje hasta él.
Después de innumerables muertes, la humanidad logró finalmente derrotar a las máquinas que la habían subyugado. Como reemplazo de las máquinas pensantes, surgieron los Mentats: individuos especialmente entrenados para actuar como computadoras vivientes, capaces de realizar cálculos y procesar información con una rapidez y precisión extraordinarias, pero sin recurrir a la inteligencia artificial.
No obstante, este enfoque difiere considerablemente del tratamiento que se le da en la nueva serie precuela. En Dune: The Butlerian Jihad (escrita por Brian Herbert y Kevin J. Anderson) y en Dune: La Profecía, la Yihad Butleriana contra las máquinas pensantes se presenta como un conflicto de naturaleza bélica y apocalíptica, reminiscente de la lucha contra los robots en la franquicia Terminator, adoptando un enfoque más literal y visual.
Este concepto se introduce de manera temprana en el primer episodio de Dune: La Profecía, lo que confirma que las novelas posteriores (no escritas por el fallecido Frank Herbert) siguen siendo una influencia en la construcción narrativa de la trama. En este caso, la serie elige una representación más directa y combativa del conflicto, distanciándose de la compleja reflexión filosófica que caracteriza los trabajos originales de Herbert, y optando por una interpretación más accesible y visceral del choque entre humanidad y tecnología.
Por esta razón, The Butlerian Jihad genera cierta controversia entre los fans, al igual que casi todos los libros escritos por Brian Herbert. Algunos consideran que estas obras presentan contradicciones significativas respecto a lo establecido en las novelas originales, mientras que otros las perciben simplemente como de menor calidad literaria. No obstante, dado que La Hermandad de Dune es la principal fuente de inspiración para Dune: La Profecía, resulta coherente que se incorporen elementos de otras novelas de Brian Herbert. Aunque estas adiciones puedan resultar desconcertantes para los puristas, no dejan de reflejar una continuidad en la expansión del universo Dune según la visión de su hijo y el coautor Kevin J. Anderson.
Cómo Dune: La Profecía retrata la guerra contras las máquinas, conocida como la Yihad Butleriana
Dune: La Profecía se sitúa después de los eventos de la Yihad Butleriana, con las máquinas pensantes ya derrotadas. Ésta fue una guerra real, en la que las máquinas se erigieron como colosales behemoths contra los que los humanos lucharon. Aunque la sociedad ha comenzado a avanzar, la mayoría de los adultos en la época de la serie son plenamente conscientes de la devastadora capacidad de las máquinas pensantes.
Este temor y desconfianza se refleja en el personaje del joven prometido de la princesa Ynez Corrino (Sarah-Sofie Boussnina), un niño de apenas nueve años. Él comenta que su propio padre considera que algunos son demasiado supersticiosos y extremistas en su visión sobre las máquinas pensantes, sugiriendo incluso que la sociedad aún podría encontrar algún uso para ellas. No obstante, las acciones imprudentes del niño evidencian cuán profundamente persisten los miedos y el desprecio hacia estas entidades tecnológicas que una vez dominaron el mundo.
Durante el compromiso, el joven saca de su bolsillo un pequeño juguete, una representación de una máquina pensante en forma de una especie de mascota robótica. Muchos de los adultos presentes comentan que estas creaciones deberían haber sido erradicadas, y el caos que se desata cuando el robot se descontrola provoca pánico entre los invitados. A pesar de lo aparentemente inocuo del juguete, su mera presencia conmociona a todos los presentes.
La tensión solo se disipa cuando el exsoldado Desmond Hart (Travis Fimmel) captura al pequeño robot. Con sus palabras, asegura a todos que el objeto será eliminado de forma permanente. Incluso Ynez, visiblemente molesta, reprende a su futuro esposo por su imprudente elección.
Los mentats, humanos entrenados para sustituir a las máquinas pensantes, son mencionados brevemente en la serie, pero aún no han tenido un papel relevante. En términos generales, la sociedad ha reemplazado el uso de las máquinas pensantes, y aunque la tecnología avanzada sigue estando presente, no se representa como sentiente de la misma manera que aquellos robots que una vez dominaron la humanidad.
¿Dune: La Profecía mostrará más sobre la Yihad Butleriana?
Por ahora, cualquier futura presencia de las máquinas pensantes en Dune: La Profecía probablemente será mínima. Esto se debe a que el periodo de tiempo en el que se desarrolla la serie ya ha superado los eventos relacionados con ellas. Sin embargo, el hecho de que un niño posea un juguete de máquina pensante sugiere que, al menos en alguna parte del Universo Conocido, este tipo de máquinas sigue existiendo. Este detalle podría ser mencionado más adelante y utilizado como un punto de conflicto en contra de las Grandes Casas y las Bene Gesserit, con el caos social sirviendo como semilla para sembrar desorden y conflictos adicionales.
Dado que Desmond Hart parece ser una figura antagónica hacia la Hermandad y fue quien destruyó el robot en este caso, no sería sorprendente que él, en el futuro, utilice otra máquina pensante como herramienta para sus propios fines. La propia Yihad Butleriana tiene un enorme potencial narrativo para una serie propia. Es improbable que Dune: La Profecía recurra a más flashbacks, por lo que una serie centrada en Dune: The Butlerian Jihad podría ser necesaria para explorar con mayor profundidad estos eventos fundamentales.
Si la serie precuela logra el éxito esperado, es muy probable que se contemple el desarrollo de una serie sobre la Yihad Butleriana para HBO y Max. Después de todo, existe una novela completa sobre Dune: The Butlerian Jihad, por lo que si La Hermandad de Dune pudo ser adaptada de manera libre, lo mismo podría ocurrir con esa obra. Claro, esto dependerá del rendimiento del programa actual, pero las recientes adaptaciones cinematográficas de Dune, a las que esta serie sirve como precuela, solo han ganado en popularidad.
Más precuelas podrían expandir el universo de la franquicia de manera orgánica, explorando elementos que las películas no abordarán. Irónicamente, esto podría convertir a Dune en un verdadero competidor de la franquicia Star Wars, que, a pesar de una recepción mixta de sus precuelas, ha logrado expandir continuamente su universo con nuevas series y proyectos que han dado nueva vida a la galaxia. En el futuro, las películas podrían finalmente hacer referencia a los eventos de la Yihad Butleriana, pero por ahora, podría ser más conveniente mantener ese hilo narrativo como una trama exclusiva para la precuela actual y posibles derivados relacionados.
El primer episodio de Dune: La Profecía ya está disponible en streaming en Max.