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Crítica The Closet: Los Niños de las Moscas

Crítica The Closet (El Armario) 2020
Crítica The Closet (2020) | La Habitación del Horror intenta ser algo más que terror: busca a través de la puesta en escena del miedo aquello reprimido en el imaginario social.
2.5/5

Crítica The Closet (2020)

Como toda buena película de terror, The Closet (El Armario) intenta ser algo más que terror: busca a través de la puesta en escena del miedo aquello reprimido en el imaginario social de una época determinada; pero como toda mala película de terror, sobreexplica sus temas, deja de lado las analogías para transformarlas en discurso, cambia misterio por melodrama. 

En su opera prima, Kwang-bin Kim hace un tratado sobre el abandono, la indiferencia y la culpa paterna a través de una historia exorcista que trabaja primero el realismo para ir introduciendo lo sobrenatural de manera gradual y convincente hasta llegar a un inframundo de una belleza fría y aterradora, habitado una comunidad de niños fantasmas que encontraron en el más allá una alternativa al desinterés de los padres cuando todavía estaban vivos. 

La primeras escenas marcan el tono de la película: una vieja cinta de video de un fallido ritual frente a un armario que termina en tragedia; un ciervo cachorro es devorado por cuervos ante la mirada impotente de su madre. Imágenes poco originales, pero que en la mirada del director surcoreano no pierden efectividad. The Closet es eso: un catálogo de cosas ya vistas pero activadas por un tratamiento visual poderoso y limpio, que persigue a través de sus imágenes la idea de que hay fuerzas malignas operando la realidad, invisibles para el ojo humano.

Sang Won (Ha Jung-woo) es un arquitecto egocéntrico, obsesivo con su trabajo; su hija de 7 años Yi Na (Heo Yool) es una molestia de un metro de altura, en estado zombie después de perder a su madre en un accidente de auto. Sang solo sabe de una manera de relacionarse con la niña, que refleja su clase social: lo hace a través de regalos -y el recordatorio de lo caros que son-. Su vínculo tiene la distancia y frialdad de dos desconocidos unidos de repente por el duelo y la sangre

Ambientada en una zona rural de Corea, donde Sang y Yi Na se mudan para recomenzar su vida, la primera parte de la película se dedica a explorar una relación rota, con Sang tratando de conseguir una niñera para poder irse a trabajar dos semanas en su nuevo proyecto, y Yi Na en estado de shock, un cuerpo y una mente anestesiados por el dolor de la pérdida. 

The Closet 2020 critica

La estrella nacional surcoreana Ha Jung-woo Heo inyecta a su personaje una dosis de responsabilidad insensible, de alguien que siente la paternidad como una obligación más que como un deseo, un compromiso que preferiría no tener. Heo Yool logra transmitir cierta ternura con esa sensación de vacío a la segunda potencia por la ausencia de la madre y el desinterés del padre. 

Cuando su hija desaparece de su casa y Sang comienza a ser el principal sospechoso, la película entra en un limbo de búsquedas y explicaciones que satura la trama hasta convertirla en una denuncia moral contra los padres desapegados. Un guion deficiente que bordea el drama familiar dosificado con jumpscares precisos y efectos de choque que introducen lo sobrenatural hasta hacer de la habitación de Yi Na una sucursal del infierno con la aparición de un plantel de niños tenebrosos salidos del armario. 

La fotografía de Choi Chan-min logra crear una atmósfera abrumadora con imágenes tranquilas para entrar en el universo paralelo de los niños muertos, en el que se pueden leer múltiples resonancias de la cultura occidental sobre una utopía infantil convertida en pesadilla: The Lord of the Flies (El Señor de las Moscas), la novela de William Golding de 1954, Children of the Corn (Cosecha Negra, Fritz Kiersch, 1984) y ese monumento al terror psicológico que es Das Weisse Band (La Cinta Blanca, Michael Haneke, 2009), sobre la infancia maldita de unos niños de pueblo que después serán parte del nazismo.

The Closet se mueve en el terreno inestable que se encuentra entre la invocación de demonios y la búsqueda de redención de un padre consciente de sus errores para cuidar a su hija. Hay un contraste entre forma y fondo, en el que las imágenes pierden fuerza con un mensaje explícito que las vacían de misterio, quedando solo una imaginería tenebrosa sin contenido. Los niños como médiums con el más allá no es novedosa, pero Kwang-bin Kim hace de lo maligno un infierno encantador para las víctimas de la indiferencia de los adultos.

Dirección y Guion: Kim Kwang-bin  Fotografía: Choi Chan-min  Música: Jo Yeong-wook  País: Corea del Sur  Año: 2020  Duración: 97 min.  Con Ha Jung-woo, Heo Yool, Kim Nam-gil, Kim Shi-A, Shin Hyon-bin, Soo-jin Kim, Park Sung-woong, Kim Jung-chul.

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