Crítica Los Tres Mosqueteros: D’Artagnan (2023) | El Último Romántico

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Con Los Tres Mosqueteros: D'Artagnan, Martin Bourboulon pone en escena un romanticismo vintage que libera a la historia de toda complejidad para dejar la acción en estado puro.
3/5

Los Tres Mosqueteros: D’artagnan, el romanticismo y la épica según Martin Bourboulon

Para Borges, un clásico es aquel libro que a lo largo del tiempo distintas generaciones lo leen con “previo fervor y una misteriosa lealtad, como si en sus páginas todo fuera deliberado, fatal, profundo como el cosmos y capaz de interpretaciones sin término”. Borges no busca la condición de clásico en los méritos del texto sino en cómo las diferentes lecturas lo saturan de nuevos significados.

La lectura de Martin Bourboulon de Los Tres Mosqueteros: D’artagnan es conservadora, reverencial, como si lo que estuviera resignificando fuera la cultura contemporánea: ante tanta relación líquida, el amor a primera vista; ante el derecho a la agresión anónima de las redes, el duelo y el honor; ante la indolencia, las pasiones fuertes; ante las identidades intercambiables, los mandatos existenciales; y ante la globalización virtual, la patria como algo que vale la pena jugarse la vida.

Si Hollywood hiciera una nueva versión de Los Tres Mosqueteros, D’artagnan sería somalí, Porthos tullido, Aramis de género fluido y Athos vegano. Pero a Bourboulon no le interesa el imperio de la corrección política sino poner en escena un romanticismo vintage ideal para la épica, en la que los héroes pueden estar conflictuados pero todos responden a un mismo código ético, que libera a la historia de toda complejidad psicológica para dejar la acción en estado puro: conspiraciones, amor y violencia filmadas con una estética hiperrealista hecha de barro, espadas y honor.

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Vincent Cassel y François Civil, Los Tres Mosqueteros: D’Artagnan.

D’Artagnan (François Civil) es un joven gascón que se dirige a París para convertirse en mosquetero del rey Luis XIII (Louis Garrel), que gobierna un país al borde de la guerra por el descontento creciente entre la nobleza católica y la protestante, apoyada por Inglaterra. D’Artagnan unirá su vida a la de Athos (Vincent Cassel), Porthos (Pio Marmai) y Aramis (Romain Duris) en el intento de salvar el destino de Francia.

Junto a los otros mosqueteros representa una masculinidad obsoleta. Pero si sus tres compañeros están configurados por alguna clase de exceso -alcohólico, violento o hedonista- D’Artagnan está desprendido de toda toxicidad. François Civil destila encanto ingenuo, apasionado, obstinado: es el prototipo del héroe de la época romántica, con la pasión en carne viva, el que se cae, aprende de sus errores y se levanta mejorado.

Los Tres Mosqueteros: D’Artagnan tiene todos los ingredientes del cine de aventuras de alto octanaje: conspiraciones, muertes, emboscadas, amour fou, amistad y una irresistible femme fatale, la Milady de Winter de Eva Green, una mujer fría y rota por una herida que aún no cicatrizó (la segunda parte de la película, que se estrena en diciembre, se centrará en ella), que trabaja de espía y sicaria para el cardenal Richelieu (Eric Ruf), el que actúa en las sombras de la monarquía para crear el caos necesario que active su guerra santa.

Crítica Los Tres Mosqueteros: D'Artagnan (2023) | El Último Romántico
Eva Green, Los tres Mosqueteros: D’Artagnan.

Su contrapunto femenino es la reina de Francia. Vicky Krieps está hecha para estos personajes melancólicos: si la Sissy de Corsage era punk y feminista, Ana de Austria está consumida por el amor al canciller de Inglaterra: para ella la piel es materia viva y su vida pasa por el arte de disimular la agonía de su matrimonio con Luis XIII, una tragedia sentimental que podría llevar a Francia a una guerra civil.

Los Tres Mosqueteros: D’Artagnan es cine de superhéroes por otros medios: una fantasía medieval que apuesta a la fórmula química del entretenimiento saliendo de la construcción de los personajes complejos y de la lógica y los giros del libro, abusando de los recursos narrativos construidos a base de coincidencias y arbitrariedad sistemática en cuanto a las decisiones y la ubicación de los personajes.

El guion de la película está tratado como un mal necesario para las coreografías violentas y llenas de acción, complementadas con un diseño de producción antológico y el mejor reparto del cine europeo. Los Tres Mosqueteros: D’Artagnan es reaccionaria sin ser nostálgica, que propone un viaje inmersivo a la Edad Media. Una película narrada en términos pasionales en vez de discursivos, ambiciosa desde su puesta en escena, que simplemente busca en la época romántica activar el goce retro como antídoto a las pulsiones anestesiadas de la posmodernidad.

CRÉDITOS

LOS TRES MOSQUETEROS: D'ARTAGNAN

3/5
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Dirección

Martin Bourboulon

Guion

Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière

Fotografía

Nicolas Bolduc

Música

Guillaume Roussel  

País

Francia

Duración

121 minutos

Reparto

François Civil, Eva Green, Vincent Cassel, Romain Duris, Pio Marmai, Vicky Krieps, Louis Garrel, Lyna Khoudri

TRÁILER

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