Crítica Elektra #100
Desde su primera aparición en Daredevil #168 de Frank Miller y Klaus Janson, Elektra se ha convertido en uno de los personajes más peligrosos y emocionantes del Universo Marvel. Ha hecho de todo, desde resucitar de entre los muertos hasta luchar como Daredevil. Ahora Marvel está celebrando el cómic número 100 de Elektra con una aventura divertida y llena de acción escrita por la leyenda de Marvel Ann Nocenti, con arte de Sid Kotian. Elektra #100 es una edición imperfecta, pero un excelente recordatorio de cuán entretenida puede ser la asesina mortal.
Elektra #100 sigue a la heroína titular en una misión que involucra a Lady Midas, quien está bajo la protección de Typhoid Mary. Mary y Elektra se enfrentan cara a cara en una batalla épica antes de darse cuenta de que tienen una historia compartida. Pero cuando este descubrimiento no es suficiente para convencerlas de arreglar las cosas pacíficamente, podría verse obligada a llevar las cosas más lejos de lo que pretendía. Y un tornado inminente amenaza con complicarlo todo. El número también incluye una historia corta escrita por Declan Shalvey y dibujada por Stefano Raffaele que brinda a los lectores un vistazo a la rigurosa rutina de entrenamiento de Daredevil y Elektra.
Nocenti hace un trabajo maravilloso al reconocer los numerosos cambios por los que ha pasado el personaje en los últimos años sin dejar de capturar el espíritu original del personaje. Tanto Mary como Elektra pueden mostrar sus atractivas personalidades y sus habilidades de lucha a lo largo de este número.
Nocenti mantiene la historia avanzando a un ritmo rápido sin perder al lector, pero al final de la historia, todo se siente demasiado arbitrario. Después de que Elektra ataca a Mary, Lady Midas se olvida casi por completo. Luego, un tornado atraviesa Hell’s Kitchen. Otra banda de héroes se ocupa de eso, y las dos mujeres dejan de pelear para ayudar a la gente a salir de los escombros en un final que se siente demasiado conveniente y apresurado.
Al igual que la escritura de Nocenti, el arte de Kotian parece celebrar la Elektra de los años 80’s y 90’s al tiempo que reconoce el nuevo papel del personaje en los cómics contemporáneos. El trabajo de Kotian recuerda un estilo que era más común en los años 90 pero que sigue siendo notablemente convincente. Esta historia llena de texto no le da mucho espacio, pero usa el espacio que tiene de manera excelente. La pelea central está bien coreografiada. Kotian tiene la tarea de dibujar varios personajes icónicos, una pelea complicada y varios tornados, y hace un excelente trabajo con cada elemento.
Waltz de Shalvey y Raffaele es una historia muy breve pero bien elaborada que termina Elektra #100 con una nota divertida que celebra la icónica relación entre ella y Daredevil. Los dos se encuentran en una azotea para entrenar y reflexionar sobre su lucha como si fuera un baile. Los exuberantes diseños de página de Raffaele ayudan a transformar esta simple presunción en una magnífica narrativa.
Elektra #100 no es un cómic perfecto. Pero es un testimonio de la naturaleza versátil y emocionante de Elektra. La asesina implacable ha tenido algunas de las rivalidades y amistades más memorables en la historia del Universo Marvel.