Crítica El Gerente: Divina TV Führer

Crítica El Gerente 2022
El Gerente es la crónica de una apuesta: la de una estrategia de marketing que parecía segura pero termina siendo el via crucis físico y emocional del hombre detrás de la promoción “Si la Selección no clasifica, te quedás con el televisor y te devolvemos el dinero”.
2.5/5

Crítica El Gerente de Ariel Winograd con Leo Sbaraglia

Durante el mundial de fútbol, el país entra en una especie de dimensión paralela: es el único momento en el que los microfascismos del yo político quedan eclipsados por un deseo común. No es poco. Los argentinos se vuelven argentinian friendly y se juntan en horarios inverosímiles. Y compran televisores. El Gerente es la crónica de una apuesta: la de una estrategia de marketing que parecía segura pero termina siendo el via crucis físico y emocional del hombre detrás de la promoción “Si la Selección no clasifica, te quedás con el televisor y te devolvemos el dinero”.

Álvaro Torres (Leonardo Sbaraglia) es el hombre sin atributos: una de esas personas a las que la rutina le llega a nivel sanguíneo, que hacen de la constancia y lo permanente un estilo de vida y todo cambio supone un drama existencial. Es un anacronismo de la era industrial en pleno siglo XXI, que trabaja desde hace 30 años como gerente de marketing de la empresa Noblex. Look vintage de montonero con OSDE y una mentalidad haciendo juego: un hombre poco capacitado para la ciencia de la comunicación moderna, con consumidores menos interesados en el valor de uso de los productos que en su valor simbólico.

Sbaraglia está enorme en un personaje en estado de mutación: una actuación de combustión lenta, con distintos niveles de inteligencia emocional para pasar de ser un zombie laboral a alguien que toma decisiones importantes. Un renacido que parece estar divirtiéndose por primera vez. Porque a Álvaro se le ocurre la idea que permitirá colocar a una marca devaluada como top seller en poco tiempo con una promoción que cambia la configuración del mapa de ventas en el país. 

Crítica El Gerente 2022

A El Gerente la perjudica la cercanía temporal con los eventos, que le resta tensión dramática al destino de un hombre atado a la posibilidad de que Argentina quede afuera del mundial de Rusia en 2017 y haga quebrar a la empresa. Pero por momentos la película funciona a nivel emocional, mientras la selección provoca una histeria colectiva con tres empates seguidos y la definición con Ecuador en la altura de Quito en la última fecha. Sbaraglia sostiene la película con un personaje estrenando nueva personalidad -llena de autoestima y vitalidad- pero que vive en el equilibrio precario de saber que puede perderlo todo.

El problema de El Gerente es lo que el director Ariel Winograd (Hoy Se Arregla el Mundo, El Robo del Siglo, Mamá Se Fue de Viaje) entiende por popular: un humor poco elaborado, personajes secundarios estereotipados y kitsch -hasta un actor como Luis Luque está mal utilizado-, un drama familiar forzado y un final cursi que busca tocar la fibra sentimental. El Gerente es una película sobre tomar riesgos y animarse a ser lo que nunca fuiste, pero Winograd no apuesta nada, y pone en escena lo que los gerentes de marketing dicen que es la fórmula química de la taquilla nacional. 

Dirección: Ariel Winograd Guion: Patricio Vega  Fotografía: Félix Monti  Música: Lucio Godoy  País: Argentina/ Estados Unidos  Año: 2022  Duración: 104 min.  Con Leonardo Sbaraglia, Amaia Salamanca, Cecilia Dopazo, Carla Peterson, Luis Luque, Ignacio Saralegui, Agustina Suasquita, Marina Bellati, Mónica Raiola, Martín Piroyansky.

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