En Baby Ruby, la ópera prima de la aclamada dramaturga Bess Wohl, la maternidad es menos un forma de la felicidad que un descenso al infierno. Tan pronto como Jo (Noémie Merlant) -una influencer que publica artículos sobre cómo mejorar el estilo de vida-, tiene a su hija Ruby, cae en un espiral de desesperación y locura. Es una tendencia del cine postmoderno mostrar los horrores de la maternidad –Kindred, Umma, Lamb-, pero lo que caracteriza a la película de Wohl es cómo analiza la exterioridad performativa de la vida materna utilizando la psicosis posparto como un medio para representar el terror, la paranoia, el insomnio y las alucinaciones como una experiencia traumática para las madres primerizas.
Baby Ruby, terror psicológico para madres primerizas
En Baby Ruby, el bebé titular es el principal antagonista: Jo nota cómo en su útero Ruby parece luchar contra ella; cuando nace, es un pequeño y ruidoso bulto lacrimógeno; mientras los llantos aumentan a niveles de insalubridad sonora, el bebé además se vuelve cruel: muerde con fuerza a Jo durante la lactancia. ¿Cómo puede un bebé sentir una violenta animosidad hacia su madre? Es la pregunta que Jo no puede responder durante gran parte de la película.
Jo conoce un grupo de apoyo de madres que realizan actividades grupales. Cada una de ellas admite el colapso emocional que ocurre debajo de esos simulacros de vida, hechos de sonrisas, amabilidad y fotos subidas a las redes. Pero Jo comienza a desconfiar de todos -en un giro que recuerda a El Bebé de Rosemary (Roman Polanski, 1968)-, especialmente de la familia de su marido Spencer (Kit Harington), que ella cree que quiere a Ruby con propósitos siniestros.
Wohl sabe utilizar los mecanismos que activan el terror psicológico para que Baby Ruby permanezca en una zona inestable entre la psicosis de Jo y la realidad, subrayando la perspectiva poco confiable sobre lo que siente, lo que ve y los instintos que le dicen que proteja a su hija mientras ella cree que la desprecia. Al igual que Jo, nunca sabemos del todo qué es real y qué no, una ambigüedad que se vuelve repetitiva como único recurso narrativo.
El discurso social de Baby Ruby
Baby Ruby explora de manera sensible y brutal las dificultades de ser madre primeriza. Pero el estilo de vida ostentoso de Jo y las presiones sobre las expectativas de una vida privada expuesta en internet nunca se sienten opresivos de una manera que haga que su angustia sea especialmente convincente: el colapso de Jo simplemente se siente como la superficie de una idea sin nada importante en su interior.
Mientras Jo se precipita hacia la violencia, Merlant convierte los miedos internos de esta mujer de maneras fascinantes y escandalosas. En su actuación, donde su mente, cuerpo y alma se sienten como si estuvieran a punto de ser destrozadas, se puede ver su ira aumentar junto con su agotamiento. Es droga ver a la actriz francesa gritarle frenéticamente a su bebé: “No voy a dejar que ganes” en una película por momentos lisérgica y provocadora que presenta una escena en la que otra mujer arroja un bebé a un auto.
Además de sus inclinaciones surrealistas al terror, Baby Ruby examina una temática que habla con la urgencia del presente: en Estados Unidos, los empleadores no están obligados a ofrecer licencia de maternidad remunerada y la tasa de mortalidad materna se encuentran entre las más altas del mundo desarrollado. Mientras el barniz de felicidad materna se perpetúa en las redes sociales, hay un silencio alentado por una cultura que con demasiada frecuencia descarta el trabajo de criar a un niño, y que hace que las conversaciones abiertas sobre las aflicciones físicas y mentales que experimentan las madres sean una rareza.
En el momento de su desconcertante pero esperanzadora conclusión, Wohl teje un misterio con tantas ilusiones basadas en la verdad, que cada zona oscura de la psiquis femenina se vuelve inquietante e indeleble. Baby Ruby destila cierto encanto subversivo al hacer un retrato audaz y fascinante del nacimiento, un evento marcado por el trauma y la paranoia de las expulsadas de los paraísos artificiales de la maternidad.
Baby Ruby está disponible en Star+.