En 1845, Edgar Allan Poe publicó el poema que lo haría inmortal: El Cuervo. Ese pájaro que repite obsesivamente nevermore (nunca más), se puede leer como la materialización de un estado de ánimo marcado por el desasosiego de un amante en duelo. Los cuervos se han asociado con la muerte y los malos augurios del futuro. La idea fundamental del poema gira en torno a la muerte como destino inexorable.
Verna es un anagrama de cuervo (raven). Es una figura original que -como la obra de Poe- desdibuja las fronteras entre realidad y la fantasía, lo natural y lo sobrenatural, la razón y la locura. Es un demonio que cambia de forma, que posee habilidades teriomórficas (convertirse en un animal) y la capacidad de adoptar distintas identidades. Su yeite más común es transformarse en un cuervo -además de tener cuervos disecados e imágenes del pájaro a su alrededor-.
Sus poderes incluyen evitar que las personas mueran, asesinarlas de maneras elaboradas, la manipulación mental y conocer el futuro. También puede dar a la gente lo que desean y es responsable del ascenso de algunas de las personas más ricas, poderosas y crueles de todos los tiempos. En La Caída de la Casa Usher, el objetivo de Verna es actuar como una violenta justicia moral contra el corrupto imperio farmacéutico de Roderick y Madeline Usher. Carla Gugino describió a su personaje como “la ejecutora del destino o la ejecutora del karma”.
La Caída de la Casa Usher: Verna y el Diablo
En La Caída de la Casa Usher, Verna es una figura del pasado de Roderick y Madeline. Ella les ofrece a Roderick y Madeline Usher sus sueños más ambiciosos junto con una inmunidad legal total de por vida, pero eso significa que todo su linaje morirá antes que ellos. También ofrece mantener a Arthur Pym fuera de la cárcel si ofrecía alguna clase de garantía. Verna conoce la vida que habrían llevado las personas si no hubieran aceptado su oferta.
Ella habló de sí misma en varias ocasiones como si fuera el diablo -como cuando menciona “lagunas” y pactos inquebrantables-. Cuando le hace la oferta a Arthur Pym, incluso menciona que tenía que “subir” para ver su infame Expedición Transglobe, como si viniera del infierno a la Tierra. Pero ella no tiene ningún interés en las almas, la moneda de cambio más común. Es como si sintiera una genuina curiosidad por explorar los límites de la naturaleza humana.
Verna posee un verdadero sentido del bien y del mal. Ella no es cruel por un sadismo inherente. Es capaz de amar y tener compasión, como cuando consuela a Lenore. Le encanta su trabajo, pero también tiene responsabilidades que le resultan desagradables. Si Verna fuera malvada o carente de bondad, ¿por qué salva a los trabajadores de la fiesta de Próspero y le dice a Morelle que se fuera? ¿No intentaría maximizar el dolor humano en todo momento?¿Por qué le molesta no poder darles a todos los niños Usher una muerte pacífica?
¿Qué o quién es Verna? Ella se llama a sí misma una “criatura de simetría”, que no es un “intermediario del sufrimiento” -como lo es el Diablo-, sino más bien un “testigo” del sufrimiento. Es una figura que, en última instancia, puede llegar a todos, tanto a los buenas personas como a las más repulsivas.
¿Verna es la muerte?
La Parca es el testigo supremo del sufrimiento. La muerte está ahí para encontrarse con todos nosotros al final del camino, al igual que Verna estuvo allí en el final de cada miembro de la familia Usher (Pymm le dice en el episodio 5 a Dupin “me gusta Bergman”, una referencia a El Séptimo Sello, la icónica película en la que La Muerte juega un partido de ajedrez con un caballero de la Inquisición por su vida).
La muerte no es inherentemente buena ni mala, al igual que Verna. Ambos simplemente son. La muerte es una criatura de simetría. Si Verna -que puede estar en todas partes todo el tiempo- es la Muerte, es lógico que encuentre a las personas tan fascinantes y sepa qué vidas podrían haber vivido si hubieran tomado decisiones diferentes. Todos los caminos conducen a ella. ¿Y quién sino la Muerte podría rechazar la muerte, como cuando Verna no deja morir a Roderick?
El Diablo es un agente de la tentación, no un mercader de muerte. Verna puede elegir la naturaleza del momento final de alguien. Ella puede hacer que la muerte sea sencilla y sin dolor con una mano suave y compasiva. También puede intervenir directamente para castigar a la perfidia. Pero incluso en estos momentos ofrece palabras de sabiduría: “Has tenido miedo toda tu vida”, le dice a Frederick. “Y ahora puedes dejar de tenerlo. Finalmente estoy aquí”.
La Muerte se ríe cuando la quieren comprar, porque no se puedes negociar con ella, simplemente tiene un trabajo que hacer. Y en el caso de Verna, ama y odia su trabajo al mismo tiempo. Ella se ocupa de una especie que encuentra infinitamente fascinante porque nos conoce a todos, quiénes podríamos haber sido y de qué somos capaces.
La simbología de Verna en la Caída de la Casa Usher
Pero al igual que en el caso del Diablo, hay motivos para dudar de que Verna sea la Parca. ¿Podría la Muerte hacer el tipo de ofertas a los vivos que ella hacía? ¿Podría la muerte influir directamente en la vida en la Tierra? ¿Tiene la Muerte ese tipo de poder sobre el reino de los vivos? Si ella no es la Muerte, ¿es simplemente una nueva interpretación de la Muerte, el Diablo o una combinación de ambos? ¿Otra figura de la mitología o de la doctrina religiosa? ¿Un demonio? ¿Un ángel? ¿Un ser totalmente nuevo creado únicamente para la serie?
Lo incognoscible es un tipo especial de terror. Puede hacernos dudar de lo que es real y en quién podemos confiar. Nos hace preguntarnos ¿en qué medida las sombras que estamos viendo son trucos de nuestra mente y en qué medida son presagios de fatalidad? ¿Ese gato negro en la pared es real o imaginario? ¿El doble que vemos en el espejo está realmente ahí o no? ¿Los fantasmas que vemos realmente nos persiguen o es sólo nuestro dolor?
Una vez que comenzamos a dudar de nuestra capacidad para saber algo con certeza, corremos el riesgo de perdernos por completo. A diferencia de un monstruo que podemos ver y, por lo tanto, tal vez derrotar, no saber qué es real crea una pesadilla en nuestra mente de la que podemos escapar “nunca más”.
Si Verna no es un personaje sacado directamente de las historias de Edgar Allan Poe, es el mejor tributo de La Caída de la Casa Usher al escritor. Lidiar con lo desconocido siempre es más inquietante. Hay un tipo de consuelo que proporciona la certeza, incluso la certeza del horror inconfundible, que lo desconocido nunca puede proporcionar. Verna simboliza la ambigüedad que acompaña tanto a la vida como a la muerte, de no siempre saber dónde se separa el bien y el mal, del horror de nunca estar seguros de si somos libres o títeres del destino, de la delgada línea entre la tranquilidad y el dolor.
Quién y qué es Verna será algo que quede entre la niebla, mucho después de que se terminen de juntar los restos caídos de la casa Usher.
La Caída de la Casa Usher está disponible en Netflix.