Crítica Venganza Silenciosa (2023): El Ser y la Nada

En Venganza Silenciosa (Silent Night), John Woo sobrecarga el componente emocional de la historia, envolviendo cada fotograma con el dolor de una vida rota y las consecuencias de un duelo imposible.
2.5/5

Imitado, plagiado, falsificado, John Woo inventó una nueva gramática para las películas de acción que se volvió redundante en un género al que no le sobran ideas. Por eso en Venganza Silenciosa (Silent Night), Woo aprovecha la ausencia de diálogos para hacer una master class de estilo, una puesta en escena saturada de virtuosismo y travellings, que no son sólo representan el cromosoma del director, sino que crean un mecanismo perfecto y armónico en una elaborada coreografía de la muerte.

Pasaron veinte años desde Paycheck, el estreno la última película filmada en Hollywood por el maestro hongkonés. En su tierra afrontó exigentes coproducciones (la monumental The Battle of the Three Kingdoms, 2009), wuxiapian (The Black Stone Conspiracy, 2010) y dramas históricos (The Crossing, 2014 y la secuela estrenada en 2015).

Tras un acuerdo con Thunder Road Pictures de Basil Iwanyk -la productora detrás de la saga de John Wick– Woo vuelve a la esencia del thriller: Venganza Silenciosa es un relato reducido a su mínima expresión, en la que el director utiliza las imágenes para contar la historia a través de las percepciones de su protagonista. El resultado es un gastado déjà vu del género, con toques de poesía en salvaje movimiento.

Venganza Silenciosa, la estética de la muerte de John Woo

Venganza Silenciosa presenta a Brian (Joel Kinnaman, pura intensidad escénica), un hombre que ha perdido sus cuerdas vocales tras recibir un balazo en la garganta después de enfrentarse a los maras que asesinaron a su hijo de 10 años. A su alrededor hay un mundo sin palabras pero no callado: el rugido de los motores, de los neumáticos, de las balas atraviesan el aire; el grito silencioso de Brian es desgarrador, hace sangrar la pantalla. Este protagonista no nace como una máquina homicida, sino como un hombre común que de repente se ve expulsado de su monótona normalidad.

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Joel Kinnaman en Venganza Silenciosa (2023)

Woo se inclina con demasiada frecuencia al melodrama, con la imagen del hijo que acompaña a Brian a través de la odisea hacia su idea de justicia. El director se detiene en los pasajes relativamente más lentos y con mayor carga emocional: Brian primero debe llegar a su punto más bajo y aislarse de sus amigos y familiares antes de actuar. Y el descenso al infierno es un punto de no retorno, saturado de alcohol y de recuerdos dolorosos que lo persiguen como una pesadilla recurrente.

Hay algo profundamente conmovedor en una película que reconoce la imposibilidad de superar por completo la pérdida de un ser querido. Una brecha ontológica que produce una ira autista que sólo engendra más ira, un proceso que se vuelve brutalmente tautológico: la violencia no se refiere nada más que a sí misma, en una compulsión de repetición autodestructiva. Aquí no hay épica: Brian es un zombie que intenta llenar el sinsentido de la muerte de su hijo con una venganza igualmente desprovista de significado, en un lento camino hacia la nada.

John Woo sobrecarga el componente emocional de la historia, envolviendo cada fotograma con el dolor de una vida rota y las consecuencias de un duelo imposible. Venganza Silenciosa es tensa, de un patetismo descarnado. Cuando acelera, la acción es tan ingeniosa como cualquier cosa que Woo haya hecho a lo largo de su carrera. Tener un protagonista mudo le permite concentrarse en las cosas en las que el director sobresale: un relato rítmicamente hermoso, con secuencias de pelea mano a mano, actos de furia vehicular a gran escala y tiroteos masivos con una gran conciencia para mapear el espacio cinematográfico.

CRÉDITOS

VENGANZA SILENCIOSA

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Dirección

John Woo

Guion

Robert Archer Lynn

Fotografía

Sharone Meir

Música

Marco Beltrami

País

Estados Unidos

Duración

104 minutos

Reparto

Joel Kinnaman, Catalina Sandino Moreno, Kid Cudi, Harold Torres, Vinny O’Brien, Yoko Hamamura

TRÁILER

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