Paul McCartney, Elton John y Garth Brooks hicieron del alter ego musical un estilo: allí está la Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, el Captain Fantastic y Chris Gaines. Ahora, se reunirán con la banda ficticia por antonomasia en la próxima secuela de This is Spinal Tap, el clásico de culto de 1984 de Rob Reiner, quien reveló en el podcast RHLSTP de Richard Herring que los tres músicos aparecerán en la película, que se comenzará a filmar en febrero de 2024.
Reiner había anunciado la reunión de Spinal Tap el año pasado, con el regreso de la banda titular integrada por Christopher Guest, Michael McKean y Harry Shearer. La secuela de Spinal Tap se inspira en el documental The Last Waltz (El Último Vals) de Martin Scorsese, que retrata los shows despedida de The Band en el Madison Square Garden en 1977.
La historia detrás de This is Spinal Tap: lisergia y rock n’ roll
En su estreno en 1984, This is Spinal Tap confundió a un público no familiarizado con el concepto rockumentary, y salió de las salas creyendo que había visto el documental sobre una de las “bandas más fuertes de Inglaterra”. Sus canciones y su actitud llena de divismo e idiotez se parecían demasiado a lo que circulaba por industria heavy metal de la época. Para mayor psicodelia, Spinal Tap se transformaría en un grupo de verdad, con tres discos y una gira alrededor del mundo, hasta el anuncio oficial de su separación -seguido del anuncio de regreso- en el programa de Jimmy Fallon.
La película tuvo un presupuesto de 2,2 millones de dólares, pero recaudó el doble en su presentación inicial en cines y se convirtió en un concepto rentable gracias a más de tres décadas de relanzamientos, productos auxiliares y giras (la primera de las cuales se realizó en 1984).
La idea de Spinal Tap nació en 1979, cuando Shearer y Reiner eran los coprotagonistas de The TV Show, el piloto para una serie que ABC (una parodia del programa musical nocturno The Midnight Special), que la cadena finalmente transmitió en un único programa especial. Guest quería sacar al personaje rocker “de su sistema”, por lo que reclutó a dos de sus compañeros, Michael McKean y Harry Shearer, para completar su idea imaginada de una banda, a la que llamaron Spinal Tap.
Los cuatro trabajaron bien juntos, y una adaptación cinematográfica parecía el siguiente paso lógico, aunque Reiner (Stand By Me, Cuando Harry Conoció a Sally, Misery) aún no había dirigido un largometraje, y era mejor conocido como el yerno de Archie Bunker en el hit televisivo All in the Family. Reiner dirigió e interpretó al director representado en la película, que filmaron y editaron como un falso documental de rock. Para darle la autenticidad, decidieron escribir las canciones, mientras el guion era un boceto para que pudieran improvisar.
Aunque no tenían un guión convencional, Reiner, Guest, McKean y Shearer trabajaron en la historia completa de la banda (incluida una discografía con títulos como Silent But Deadly (Silencioso pero Mortal), The Sun Never Sweats (El Sol Nunca Transpira) y Bent for the Rent (Doblado por el Alquiler). El ajustado presupuesto de 2,2 millones de dólares significó que Reiner tuvo que rodar toda la película (incluidos varios conciertos en varias ciudades) en el transcurso de cinco semanas en Los Ángeles.
“Filmamos cada escena tres o cuatro veces mientras improvisábamos”, dijo Reiner al New York Times. “La primera vez, simplemente encendía la cámara y veía qué pasaba. La segunda vez agregamos cosas o cambiamos de enfoque. La tercera vez fue para hacer variaciones y la cuarta vez fue para las tomas finales”.
“Sabíamos que teníamos algo bueno”, dijo Reiner. “Lo que no sabíamos era si a alguien más le gustaría”. A los críticos les encantó: David Ansen, de Newsweek, llamó a This is Spinal Tap “un hit especial y muy original”, Variety la consideró “muy divertida” y Janet Maslin del Times la describió como “una sátira ingeniosa y traviesa”.
Debido a que la sátira del mundo del espectáculo todavía era poco frecuente, los fanáticos de la película sintieron que estaban participando del chiste, especialmente cuando el elenco decidió ingeniosamente desdibujar aún más la línea entre realidad y ficción en una gira promocional. Aparecieron como personajes en el programa de televisión presentado por el pilar neoyorquino Joe Franklin, quien tomó a la banda y su fama literalmente. Colocaron un vídeo de Hell Hole en MTV antes del estreno de la película, sin reconocer la película ni a los actores detrás de la banda, y publicaron comerciales nocturnos no para la película, sino el álbum ficticio de grandes éxitos de la banda.
Dos meses después del estreno de la película, Spinal Tap tocó en clubes -incluido un concierto en el CBGB, del que el New York Post informó que había fanáticos “alineados hasta el final de la cuadra”- y fueron contratados como invitados musicales en Saturday Night Live. En los años siguientes, a medida que la audiencia de la película crecía gracias a las transmisiones por cable y al alquiler de videos caseros, habría reuniones y giras, álbumes, libros, un CD-ROM y, finalmente, ese punto de referencia del verdadero estatus de estrella de rock: sus eslóganes y sus escenas se han convertido en una abreviatura para hablar sobre el estado de la música rock.