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Crítica Si Estas Paredes Cantaran: No es Sólo Rock n´Roll

Si Estas Paredes Cantaran critica
If These Walls Could Sing (Si Estas Paredes Cantaran) es menos un documental que un homenaje, una reverencia audiovisual a los estudios de grabación más famosos del mundo.
3/5

Crítica Si Estas Paredes Cantaran de Mary McCartney

Los Beatles lo demostraron: en los estudios Abbey Road nada es lo que había sido, porque todo está por ser a cada momento: un lugar en el que todo límite sonoro corre el riesgo de romperse todo el tiempo. No se trata de solo llevar al plano material las ideas de los artistas, sino de que cada espacio tiene determinadas características que definen el sonido. El eco del Sun Studio, la compresión traducida en fuerza primitiva del Muscle Shoals, la reverberación seca de Abbey Road: arquitecturas que transitan lo indecible de la música. Y algo más, casi gótico, que está impregnado en las paredes: los fantasmas de la historia hechos de energía creativa.

La película de Mary McCartney If These Walls Could Sing (Si Estas Paredes Cantaran) es menos un documental que un homenaje, una reverencia audiovisual a los estudios de grabación Abbey Road, un monumento de la modernidad del siglo XX donde cambió el mundo, donde todo fue posible porque era juego, encuentro, azar, excitación. Toda grabación es una rebelión contra lo efímero de la realidad, y en los 60’s había una obligación casi ética de hacer lo nadie había hecho, de desear lo inalcanzable, extender la fronteras de lo posible para ir hacia lo ilimitado de la música.

Allí los Beatles grabaron todos sus discos, excepto Let it Be (y Get Back, el glorioso documental de Peter Jackson, ya mostró lo que pasó cuando se fueron a Twickenham y luego a Saville Row); allí Pink Floyd construyó esa catedral lisérgica que es The Dark Side of the Moon seis años después de grabar su primer disco en la sala 2, mientras al lado, los de Liverpool hacían del estudio un laboratorio experimental para crear la partitura alucinada del estado embriaguez colectivo que atravesaba la década: Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band.

Pero Mary McCartney sabe que no es solo rock n´roll, y coloca en el mismo plano narrativo a artistas alejados del mainstream y cercanos a la genialidad: vemos a un joven Daniel Barenboim acompañando a esa fuerza de la naturaleza que fue Jacqueline du Pre, la concertista que sumó a la intensidad dramática del cello una electricidad urgente e incendiaria; vemos cómo Fela Kuti trajo desde Nigeria todo el arsenal percusivo y sonoro del continente en una fiesta pagana que de alguna manera demuestra a Nietzsche: que el ritmo puesto en los cuerpos es la expresión musical de la unidad originaria de todo lo existente.

Crítica si estas paredes cantaran
Roger Waters, grabación de The Dark Side of the Moon, Abbey Road Studio (1973).

Si Estas Paredes Cantaran es un greatest hits de relatos sobre la historia y las grabaciones del estudio, una ex casona de ocho habitaciones comprada por la compañía Gramophone en 1931 para grabar orquestas sinfónicas. Cada artista que McCartney entrevista -su padre Paul, Elton John, Jimmy Page, Roger Waters, John Williams, Noel Gallagher, Kate Bush y más- o tienen un segmento destacado, funcionan como representantes de algo más que ellos mismos: de la diversidad y la cualidad eterna de muchas cosas que fueron grabadas allí.

La explicación de por qué Abbey Road suena como Abbey Road la da el hijo del productor de los Beatles, Giles Martin, que logra un híbrido de discurso técnico e historiografía de la banda para un retrato experto de la relación entre el estudio, el productor y una banda. La parte terrenal de Abbey Road llega con Lester Smith, el hombre de mantenimiento, el proveedor invisible de micrófonos y equipos en condiciones óptimas para su utilización. 

Pero el clímax del documental es John Williams, el compositor que grabó allí las eternas banda sonoras de En Busca del Arca Perdida, El Retorno del Jedi y La Amenaza Fantasma: “Abbey Raod es muy especial, único. La sala tiene un sonido, hace ruido propio. Parecía demasiado pequeña. Mientras que los estudios de filmación como los de Hollywood tienen un volumen inmenso, con un eco muy largo que puede opacar la articulación y a los instrumentos, Abbey Road parecía perfecto… era seco y no reverberaba demasiado, pero no tan seco como para que no tener riqueza expansiva”.

De la palabra musa deriva esta otra: música. Mary McCartney las combina a las dos para el sobrio registro de su musa, el estudio más famoso del mundo, solo comparable con el Sun. Como artefacto cinematográfico es poco innovador, como si no quisiera opacar toda la vanguardia y la experimentación del lugar, que se transforman en microrelatos en primera persona en los que la Historia no necesita maquillaje audiovisual. Y quizás tenga razón.

Los estudios de grabación son una especie exquisita y moribunda, un fósil de otra época, cuando la música era una experiencia, un estado inmersivo sensorial y no el telón de fondo de las actividades de la vida. Si Estas Paredes Cantaran está ahí para recordarnos la importancia de la calidad sonora, que la música no tiene que ver con el estilo sino que es el marco de una experiencia en la que proyectamos nuestro ser, y que en los estudios Abbey Road la urgencia del presente es el punto de fuga hacia el futuro.

Dirección: Mary McCartney  País: Reino Unido  Año: 2022  Duración: 86 min.  

DISPONIBLE EN DISNEY+

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