La muerte de Kenneth Anger
Kenneth Anger, el director de vanguardia cuyas composiciones queer fragmentadas Fireworks y Scorpio Rising lo convirtieron en una figura central del cine underground, murió hoy. Tenía 96 años.
La muerte de Anger fue anunciada por la galería de arte Sprüeth Magers, que presentó varias exposiciones sobre su obra. “Kenneth fue un pionero”, dice el comunicado. “Su genio cinematográfico y su influencia vivirán y continuarán transformando a todos aquellos que se encuentren con sus películas, palabras y visión”.
No hay detalles de su muerte disponibles hasta el momento.
Kenneth Anger -nacido el 3 de febrero de 1927 en Santa Mónica, California-, se convirtió en una figura influyente en el cine experimental y under, y llegó a ampliar su pulso transgresor al mainstream: la banda sonora de Main Street de Martin Scorsese y las inquietantes corrientes subterráneas de la canción Blue Velvet en la película de David Lynch; la herejía de proponer a los discípulos de Jesús como una alegre comunidad gay antiestablishment -al ritmo de He’s a Rebel de Cristal- que anticipa La Vida de Brian de los Monty Python y la representación de los subsuelos queer que amplificarán la música disco y Freddy Mercury; todo, incluida la MTV, ya estaba en Scorpio Rising de 1963.
Kenneth Anger: Fireworks y Scorpio Rising
Su primer cortometraje significativo, Fireworks (1947) -que exploraba temas tabú y homoeróticos-, le otorgó reconocimiento en el circuito del cine indie. A lo largo de su carrera, Anger desafió las convenciones cinematográficas y exploró nuevas formas de expresión. Sus películas hacen del fragmento una ética: un simbolismo inmerso en una narrativa no lineal que utilizaba técnicas como el montaje rápido, la yuxtaposición de imágenes y el uso de música no tradicional y pop para crear otro tipo de lenguaje audiovisual.
El trabajo más conocido de Anger es Scorpio Rising (1963), un cortometraje de 29 minutos que captura los residuos culturales de la juventud de la época y se ha convertido en un clásico del cine queer. La película, con su mezcla de imágenes de motociclistas rebeldes, caricaturas pulp, nazismo, música pop y referencias religiosas, amplió las fronteras de lo que el cine podía mostrar. El corto fue seleccionado para su conservación por el Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso en diciembre.
Su otra entrada en el Registro es Eaux d’Artifice (1953), una película de 13 minutos presentada en 1993.
En el siglo XXI, el trabajo de Anger incluyó Don’t Smoke that Cigarette (su película más larga con 45 minutos); The Man We Want to Hang (2002), sobre una exhibición de 1995 de dibujos y pinturas del ocultista inglés Aleister Crowley; y Elliott’s Suicide (2007), un homenaje al cantautor Elliott Smith fallecido en 2003.
“Siempre he tenido proyectos paralelos en un momento dado, por una razón muy simple: nunca pude hacer nada parecido a un largometraje porque eso siempre implicaba más dinero del que podía reunir”, dijo.
Kenneth Anger publicó varios libros, incluido su Hollywood Babylon (1959) -que inspiró la película Babylon de Damien Chazelle-, una colección de chismes y leyendas que pretendía revelar oscuros secretos y los excesos de la industria. Su escritura, sin embargo, reflejaba su amor por el cine al tiempo que ofrecía una visión crítica y subversiva de la historia.