Extraña Forma de Vida, el western queer de Pedro Almodóvar
Extraña Forma de Vida (Strange Way of Life) es menos una historia completa que el epílogo de una fantasía porno romántica que duró 25 años, un gran fuera de campo en el que las vidas de Silva (Pedro Pascal) y Jake (Ethan Hawke) se separaron por falta de coraje o simplemente por el derecho a afirmar su propia identidad. Pedro Almodóvar retrata el reencuentro de los amantes para poner en escena la diferencia entre el deseo y su concreción: lo que queda son los restos del amor entre dos hombres que sólo se conocen a través de la pasión.
Silva es el forajido impúdico y llamativo que cruza el desierto para encontrar después de más de dos décadas a su ex compañero; Jake, devenido sheriff, busca al hijo de Silva, que está implicado en el crimen de una mujer. Cowboys paralelos. Pero el erotismo sigue pulsando entre ellos y la libido reprimida desborda la pantalla en los colores cálidos, en el vestuario, en la banda sonora de Amalia Rodrigues interpretada por Caetano Veloso. Almodóvar parece llegar a lo esencial del arte cinematográfico en 30 minutos en los que aprovecha los topos del western para saturarlos de sentimientos intensos y desbordantes: el Salvaje Oeste es interno y la ley que impera es la ley del deseo.
A pesar del queer filtrado para el consumo masivo, Brokeback Mountain (Secreto en la Montaña) de Ang Lee fue una subversiva reescritura del género. Almodóvar tuvo la oportunidad de dirigir la película, pero rechazó el proyecto porque sospechaba que Hollywood no le concedería la libertad necesaria para retratar a “dos hombres entregados al placer animal”.
Espuelas Lejanas
Extraña Forma de Vida es su respuesta cinematográfica, que parece dividida entre una historia apresurada y un concepto corto demasiado largo. El western le sirve al director español para examinar una masculinidad dedicada a la traición, la violencia y la soledad, lo opuesto a la solidaridad mostrada por las mujeres en su cine. El flashback de una noche salvaje parece escenificar dos cosas: la violencia del género como lo que está sexualmente reprimido y la falta de libertad para un hombre de amar a otro hombre.
“Hace años, me preguntaste qué podían hacer dos hombres viviendo juntos en un rancho”, le recuerda Silva a Jake, un metacomentario que es el centro de gravedad de un cortometraje reflexivo y melancólico. Los hombres recuerdan el pasado y fantasean con el futuro, mientras se enfrentan a un presente enrevesado. Pascal y Hawke juegan con la imagen del cowboy viril y taciturno, de repente atravesado por un romanticismo que había permanecido entumecido por demasiado tiempo.
Extraña Forma de Vida es una incongruencia western con una historia postorgásmica, marcada por la melancolía del paso del tiempo -tema común del autor desde Julieta (2016)-, con la que Almodóvar descifra el código de los amores imposibles.