El final de Barry resultó tan ambiguo y lleno de reflexiones como la audiencia esperaba. El episodio, titulado wow, continuó desde el impactante final del episodio anterior, donde Barry se preparaba para rescatar a Sally y John de su captor, NoHo Hank. Sin embargo, en lugar de ofrecer un enfrentamiento explosivo, el episodio sorprendió a todos al proporcionar una conclusión totalmente inesperada para la serie.
La habilidad del genio detrás de Barry, Bill Hader, siempre ha radicado en su capacidad para llevar la historia en direcciones inesperadas pero ominosamente inevitables. Esto se reflejó en el episodio final, que concluyó la profunda meditación del programa sobre el perdón y la redención, sin dejar de lado su sátira sobre Hollywood con la que comenzó. Cada personaje terminó exactamente donde debía estar al final de la historia, pero aún quedaban preguntas sin respuesta y destinos abiertos a la interpretación.
El arco del personaje de NoHo Hank dio un giro oscuro en la mitad de la cuarta temporada cuando ordenó la ejecución de Cristobal, el amor de su vida. A pesar de que Hank estaba atormentado por la muerte de Cristobal, no lograba perdonarse por ser responsable de su muerte. En sus últimos momentos, Hank se absuelve por su peor error al extender la mano hacia la estatua de Cristobal, simbolizando su búsqueda de paz.
En cuanto a Fuches, a pesar de haber deseado matar a Barry durante mucho tiempo, al final se sacrifica para proteger a John y le entrega a su hijo sin utilizarlo como moneda de cambio. Fuches ve en John la oportunidad de una segunda oportunidad y quiere darle a Barry la oportunidad de ser el padre que él nunca pudo ser. Su encuentro final es similar al de Walt y Jesse en Breaking Bad, donde comparten un momento de comprensión mutua en silencio.
El final de Barry es ambiguo, tal como fue toda serie
Después de todas las terribles acciones de Barry y de sus fallidos intentos de obtener perdón, parecía que la única forma adecuada de concluir su historia era con su muerte. Sin embargo, su muerte ocurrió de manera completamente impredecible. Barry fue herido y asesinado por Gene Cousineau, su torpe y apacible profesor de actuación. Este giro inesperado sorprendió a todos, considerando que había muchas figuras formidables del bajo mundo criminal que habían intentado y fallado en matar a Barry.
El destino de Gene Cousineau resultó irónico. Después de aceptar dinero ensangrentado de Barry, se descubre que estuvo involucrado en el asesinato de Janice Moss y fue condenado por ello. Gene, quien buscaba desesperadamente la fama, terminó con la infamia y será recordado como un asesino despiadado responsable de las atrocidades cometidas por Barry.
Después de la muerte de Barry, el final dio otro salto en el tiempo. Sally encontró trabajo como directora de teatro en una escuela secundaria, manteniendo su integridad artística al no venderse por fama. El rechazo rotundo de Sally hacia el profesor de historia sugiere que estaba cansada de las relaciones abusivas y problemáticas.
La escena final con John viendo The Mask Collector, una película exagerada sobre la vida de Barry, ofrece una reflexión meta sobre la serie. Aunque la película lo presenta como un héroe, sabemos que no fue así. Sin embargo, John parece encontrar consuelo o comprensión al verla, lo que muestra la complejidad de la relación entre un hijo y su padre, incluso cuando este último es un asesino.
En resumen, el final de la cuarta temporada de Barry dejó preguntas sin respuesta y destinos abiertos a la interpretación, como ha sido una constante en toda la serie. Barry siempre ha explorado la redención y la moralidad en un mundo moralmente ambiguo. El final de la serie fue un recordatorio de que algunos personajes no pueden escapar de su pasado y enfrentan consecuencias trágicas, pero también dejó espacio para la esperanza y el crecimiento, especialmente a través del personaje de John, quien parece encontrar su propio camino en medio de la oscuridad.