Adaptar a la gran pantalla personajes y franquicias populares constituye un desafío que no siempre tiene resultados presentables; mucho menos al nivel de dejar conforme tanto a audiencias neófitas como al público aficionado a la fuente de origen. Si bien el camino recorrido de las adaptaciones al cine de sagas de libros, novelas y comics ya estableció una formula para que la película sea un hit de taquilla y deje a todos contentos, los videojuegos es la disciplina mas novel del club.
40 años pasaron desde la salida del primer video juego de Super Mario Bros. y en ese periodo de tiempo se estrenó una gran cantidad de adaptaciones de diversos juegos, pero la gran mayoría queda a mitad de camino de ser algo digno de mirarse, que atiendan tanto la narrativa de la historia como su costado lúdico sin que se sienta forzado.
Super Mario Bros. (Rocky Morton, Annabel Jankel, 1993) carga la abyección de ser una de las más pésimas “adaptaciones” del cine de alto presupuesto (una denuncia encubierta de una conspiración reptiliana con un Dennis Hopper desperdiciado), compartiendo el hall of shame junto a Street Fighter (1994) y la Saga Resident Evil (2002-2017), dejando de lado las adaptaciones de juegos menos famosos de la factoría clase B de Uwe Boll.
Pasaron unas décadas y Nintendo aprendió a cuidar más los derechos de sus franquicias exitosas y a elegir mejor a sus socios para volver a desembarcar en cines: es así que a mediados de la década pasada Shigeru Miyamoto, el creador de Mario, conoce a Chris Meledandri, el fundador de Illumination, la productora de animación que realizó la exitosa saga de Mi Villano Favorito y sus Minions, entre otros. El proyecto en conjunto se anunció en 2018 y la producción dio luz verde en 2020.
Super Mario Bros. La Película es una declaración de principios: no hace falta que una película sea live action para ser validada como una buena adaptación para cine.
Es justamente la animación como medio expresivo el factor principal para que toda esa magia visual y dinámica del juego sea plasmada en una historia simple -como la premisa de cada entrega de la saga-, pero que suma ciertos subtextos sobre los mandatos paternos, la persecución de los sueños y el amor fraternal de hermanos, con la aparición de otros personajes del imaginario de Miyamoto junto con homenajes y easter eggs a varios títulos ya legendarios de la veterana Nintendo Nes que al jugador veterano no se le van a escapar.
Una historia cerrada y efectiva, un reparto de actores de primera línea (Chris Pratt, Anya Taylor-Joy, Jack Black, Seth Rogen, entre otros) poniendo sus voces, sumado a un apartado visual excelente que integra de manera natural los aspectos lúdicos del juego. Pero sobre todo, en Super Mario Bros La Película hay un respeto real y apreciación de la obra fuente, que no puede evitar señalar por oposición a otras adaptaciones actuales que terminan subvirtiendo las raíces de una obra, y que dejan como resultado fracasos que olvidan el respeto a las fuentes y sobre todo a las fanbases.
Super Mario Bros. La Película llega para posicionarse en ese top selecto de buenas adaptaciones de video juegos en la gran pantalla con una propuesta transgeneracional que pueden disfrutar grandes y chicos y que apunta al gamer veterano y al contemporáneo.
Además deja abierta una puerta a futuro, así que a quedarse después de los títulos.
Están avisados.