En 2018 Kevin Feige, el presidente de programación de Marvel Studios , declaró que estaban desarrollando una adaptación de Eternals que sería parte del MCU. En 2021 este proyecto es un hecho, y se estrenará en cines argentinos el 4 de noviembre, bajo la dirección de Chloe Zhao, ganadora del Oscar por Nomadland (la cinta también fue galardonada como Mejor Película y Mejor Actriz para Frances McDormand); Ryan y Kaz Firpo debutan como guionistas para un largometraje de ficción.
Como se ha visto en otras ocasiones en el MCU, los personajes serán adaptados para ajustarse a la realidad del mundo creado hace ya 13 años con la salida de Iron-Man (Jon Favreau, 2008). Por lo tanto, los Firpo han recurrido al material original, y han buscado mantener la esencia de los personajes.
Eternals (2021) de Chle Zhao
El resultado es una historia fiel a las raíces que Kirby creó y que fueron exploradas y desarrolladas por Gillis, Simonson, Gaiman, Knauf y Gillen. Historias que son de una magnitud cósmica. Lamentablemente, el trabajo de los Firpo tiene los mismos puntos débiles que sus contrapartes en las páginas de los cómics.
Nos presentan a diez Eternos: el Prime en este caso será Ajak (Salma Hayek). Respecto a la historia, el cambio de género no afecta en al relato, ya que jamás se lo relacionó en los cómics con ningún otro personaje, más allá de su rol de comunicarse con los Celestiales.
Los demás Eternos son: Ikaris (Richard Madden), conservará su fuerza, los rayos de los ojos, y su habilidad para volar; Sersi (Gemma Chan), puede modificar las partículas de todo objeto no sentiente; Thena (Angelina Jolie), la guerrera más importante del grupo, capaz de crear armas de energía.
También se encuentran Makkari, la velocista (Lauren Ridloff), otro cambio de género que no transgrede el original, ya que la relación amorosa predominante será entre Sersi e Ikaris; Phastos (Brian Tyree Henry) será el artífice tecnológico del grupo, haciendo honor a su rol; Kingo (Kumail Nanjiani, estrella del cine de Bollywood), puede disparar bolas de energía; Sprite (Lia McHugh) posee la habilidad de crear ilusiones; Druig (Barry Keoghan) controla las mentes; finalmente Gilgamesh (Ma Dong-seok), el más fuerte de todos los Eternos.
Eternals comienza con un texto explicativo, considerando que estamos por presenciar una expansión del universo que promete ser gigantesca. La trama coloca a Sersi como protagonista, mientras intenta hacer una vida normal con su pareja Dane Whitman (Kit Harington) y compartiendo piso con Sprite. Luego de un terremoto -que se ha sentido en todo el mundo-, es atacada en pleno Londres por un Desviante. Es ayudada por Ikaris, y deben reunirse con sus compañeros para saber qué está sucediendo. Eso los llevará a un descubrimiento sobre su rol en la historia del planeta.
La estructura del relato tiene ritmo, alternando entre el presente y flashbacks sobre momentos claves en que los Eternos influyeron en la historia de la humanidad salvando a los pueblos de los Desviantes, y cómo fueron influyendo en las culturas. Sin embargo, luego de algunos saltos, la edición se vuelve repetitivo, una especie de camino marcado en un mapa donde la búsqueda de sus compañeros debilita el avance de la película.
Chloe Zhao es una directora que busca narrar de una manera contemplativa, aprovechando planos largos, buscando que el espectador conecte con sus personajes con la fuerza de sus imágenes. Al ser diez personajes a presentar, obliga a que el montaje sea demasiado veloz en momentos que debía detenerse, lo que no permite conectar con lo que les sucede, separando a la audiencia de una conexión empática, y terminando por apoyarse en escenas de diálogos simpáticos que entretengan al público.
Los Eternos siempre tuvieron el problema del distanciamiento por su inmortalidad respecto a los humanos, y hacer que la audiencia conecte con ellos es algo complicado. La necesidad de dar un lugar a cada personaje lo dificulta más.
Dos cosas destacan en la película: la fotografía de Ben Davis, quien además de haber trabajado en Guardians of the Galaxy (James Gunn, 2014), Dr. Strange (Scott Derrickson, 2016) y Captain Marvel (Anna Boden y Ryan Fleck, 2019), también lo hizo en Three Billboards Outside Ebbing, Missouri (Martin McDonag, 2017). Davis compone cada plano junto con Zhao para lograr el estilo visual de la directora, aunque esto ha debilita varias escenas de acción, en las que no se llega a entender lo que sucede. Por otro lado, la música de Ramin Djawadi es perfecta para los personajes y transmit ese misterio que generan los personajes y su relación con las culturas del mundo, pero conservando su misticismo.
El recurso que han sabido utilizar los guionistas para tratar de hacer que nos identifiquemos con los personajes fue dotarlos de determinadas situaciones de índole humana: uno de ellos padece una especie de trastorno mental, que genera potenciales situaciones de peligro para el grupo; la imposibilidad de Sersi de concretar su relación con Dane es otra de estas artimañas que terminan por no resolverse, debido a las responsabilidades (e inseguridades) que tienen los protagonistas en relación al mundo.
La adaptación de la cosmogonía de Marvel es uno de los mejores aspectos del film. Ya que el MCU cuenta con una mitología establecida respecto al personaje de Thor -incluso es nombrado en la cinta, como una anécdota pasajera-, acomoda la realidad de estos personajes de forma que funciona correctamente con el resto del universo y que tiene elementos que todos los que hayan leído las páginas de sus líneas identificarán.
Quizá el cambio más radical se da en los Desviantes, que cumplen un origen y función diferentes a sus homólogos en los cómics, pero que igual terminan por antagonizar con los Eternos y despreciando a los Celestiales.
Las actuaciones son correctas, siendo la s mejores la de Angelina Jolie y Gemma Chan. El resto del reparto cumple. Quizá la más simpática al momento de comunicarse sea Lauren Ridloff, porque el lenguaje de señas hace que haya una intención mucho mayor al momento de comunicarse.
Eternals cumple con expandir la mitología del MCU, trayendo una restructuración de las bases mitológicas establecidas. Sin embargo, al querer hacer foco tanto en la mitología como en todos los personajes, pierde un poco el rumbo, su solemnidad deviene en pérdida de ritmo, el público acostumbrado al sello de entretenimiento encontrará poco que lo satisfaga.
Sus 157 minutos, si bien necesarios para todo lo que quieren abarcar, se sienten excesivos para el tipo de producto al que Marvel tiene acostumbrada a su audiencia. Para volver más dinámica a la cinta, el montaje impide a Zhao utilizar un ritmo que le permita comunicar lo que necesita.
Para el fan de Marvel, las referencias no serán completamente abundantes, pero disfrutarán de varias de ellas. Los fans de los cómics tendrán un desafío asimilando todos los cambios en la adaptación, aunque entenderán el por qué de cada uno.
Es una propuesta arriesgada de parte de Marvel Studios, que puede traer resultados impredecibles. Una historia ambiciosa, con un contenido bien adaptado, pero con un ritmo que le juega en contra. Finalmente, las dos escenas post créditos que contiene buscan expandir más el universo presentado hacia dos direcciones que conoceremos a futuro.